23 ene 2022

2 La poética de los tangos y sus personajes, El Llorón, Niño Bien, Haragán, Garufa y El Apache Argentino

 En el tango El Llorón de Enrique Cadicamo, al personaje se le cita como El Picaflor del Norte (Colibrí pequeño de tierras bajas) experto en la conquista de la mujer a través de una sutil estrategia, la de hacerse el llorón, sin importarle lo que otros puedan pensar, porque para la seducción el llorón es un artista y no hay quien se le resista.

Y asi el llorón va conquistando mujeres, haciéndose el cortes, y como dice el tango - mientras que por diversión tallo y trompo - va ofreciendo flores, con su pico de jarabe dulzón, siendo el primero para el enamoramiento.

Yo soy, para el amor muy blando 

Y la mujer, pa´ conquistarla

Yo le hago ver de cuando en cuando

Que hay que llorar pa´ enamorarla.

En el tango Niño bien se desnuda la mentira del pretencioso y engrupido personaje que presume de la nada y que pretende engañar a todos y a todas a través de un personaje que al final solo es mentira por mucho que se disfrace.

Este tango - canción a través de sus estrofas va descubriendo la mentira, del niño bien cuando habla de su “papa” a quien distingue exageradamente presumiendo de lo que no es. Un padre que sale todos los dias a vender faina” – plato hecho a base de harina de garbanzos, agua, aceite de oliva, sal y pimienta - para llenar el puchero, mientras que el fantasioso se envuelve en la falsedad de un  personaje  “que fuma tabaco inglés, usa guantes caqui, se corta las patillas a lo Rodolfo Valentino, usando modales delicados y muy exagerados”, ese personaje que hace su papel envuelto en la gomina creyéndose un rana y solo es un pobre gil.

Y el tango duro con la apariencia, vuelve una y otra vez a dejar al personaje en el ridículo más espantoso, recordando que su nacimiento fue en el suburbio en un bulín alumbrado a querosén de una familia con pedigrí bastante turbio y no de una familia bien como presume. Y como receta final para el engrupido niño bien el tango le cita la hilacha que le cuelga de la manga para decirle que la puede lucir detrás del mostrador como dependiente.

Niño bien, que naciste en el suburbio
De un bulín alumbrado a querosén,
Que tenéis pedigrí bastante turbio
Y decís que sos de familia bien,

El tango canción Haragán de los maestros Manuel Romero y Luis Bayón Herrera, se personaliza a todos aquellos que hacen de la gandulería su oficio, mientras se creen nacidos para ser sultanes, a ellos, les dice el tango que salgan del letargo, que despierten de la siesta y se pongan a ganarse el pan.

A ese haragán le ridiculiza el tango, recordándole que el día que se caso, el cura le dijo que la cosa debía ser mantener a la mujer, y no al revés como el haragán lo entiende y quiere, por eso la mujer harta de soportar tanta gandulería lo manda al campo a cachar giles a engañar a tontos, porque estar enamorada y vivir del cuento no da para tanto.  

El día del casorio
dijo el tipo ‘e la sotana:
"El coso debe siempre
mantener a su fulana".
Y vos interpretas
las cosas al revés,
¿que yo te mantenga
es lo que queréis?
Al campo a cachar giles
que el amor no da pa' tanto.
A ver si se entrevera
porque yo ya no te aguanto...

El personaje mítico del tango Garufa del musico y compositor Juan Antonio Collazo Patalagoiti, nos describe a un milonguero elegante, cargado de ambición, cumplidor con su laburo durante la semana, y milonguero rompedor el sábado noche.    

Ese garufa divertido, de quien dijo su madre ser un bandido, porque le vieron salir del Parque Japones, bailador de pro, que en cuento llega a la milonga se convierte en el mejor vareador el que mejor coquetea con las mujeres, y capaz de bailarlo todo – la Marsellesa, la Marcha garibaldi y El Trovador – pero que cuando vuelve a casa se conforma con un café con leche y una ensaimada, a la vez que se reconoce como la mejor rana un avispado fenomenal.

Un personaje de los que abundan en el tango, siempre dispuesto a la apariencia pero, especialmente los fines de semana, que se transforman como dice el tango canción en un garufa por lo bacán, doctor elegante con polainas y cuello duro, agradable siempre, el mejor para la milonga y la jarana.

Caes a la milonga en cuanto empieza
y sos para las minas el vareador;
sos capaz de bailarte la Marsellesa,
la Marcha a Garibaldi y El Trovador.
Con un café con leche y una ensaimada
rematas esa noche de bacanal
y al volver a tu casa, de madrugada,
decís: "Yo soy un rana fenomenal".

El Apache argentino, es otro de los personajes del tango, que nos narra a un milonguero de raza y de gran astucia y valor. Este tango canción es obra del pianista y compositor uruguayo Manuel Aroztegui, quien toda su obra artística la llevo a cabo en Buenos Aires. 

La poética del tango nos describe a este Apache Argentino, como un hombre valiente, dispuesto “a vengar con coraje a quien se atreva a ultrajar a su amor”, astuto, altivo y por supuesto diestro con el puñal para hacer frente a cualquier canflinfle, proxeneta o matón, un ser desheredado de la fortuna, pero de muy noble de corazón.

  

Es el apache argentino
el tipo fiel de una raza
que se echa ‘e ver por su traza
la astucia de su valor.
¡Y ay de aquél que se atreviera
a hacer de su amor ultraje!,

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