28 ene 2019

Cantabria 2030 se desinfla antes de empezar



Lo que fue presentado por Lorenzo Vidal de la Peña - Presidente de CEOE Cantabria - como un Plan Estratégico para la Región, se ha quedado, en una Hoja de Ruta de meros enunciados, en muchos casos coincidentes con otros planes industriales - incluidos los elaborados por Sodercan, CES, Universidad, etc. - que bien pudiera ser útil, si el reciente Consejo General del Dialogo Social de Cantabria lo adoptara como instrumento de análisis, para todas las ideas y propuestas que vayan apareciendo en el debate político.

Recoge con literalidad esta nueva propuesta “que el objetivo es trazar un camino a recorrer por Cantabria para la recuperación económica y desarrollo de sus potencialidades,  siempre con un horizonte temporal no vinculado y limitado por las legislaturas políticas”, objetivo que choca frontalmente con la práctica habitual de los partidos - entre otras instituciones - que tienen la responsabilidad de aportar ideas y propuestas para el desarrollo de la región principalmente en los momentos de elecciones políticas, por lo que, limitar esta capacidad a que pasen el filtro de la hoja de ruta de la CEOE, parece difícil de asumir. No lo veo yo muy claro, que por ejemplo el PRC le pase al estudio de la patronal, la viabilidad de sus propuestas estrella como la del Llano de la Pasiega, o la recuperación del Túnel de la Engaña, y eso mismo aplicable al conjunto de los partidos políticos  que este año se preparan  para las elecciones.

Si entramos un poco más a fondo en esta hoja de ruta no parece que encontremos aportes especialmente novedosos, desde el principio, en las “debilidades y fortalezas” Cantabria 2030 repite lo ya conocido desde hace tiempo “ el pequeño tamaño de nuestras empresas, la escasa inversión en investigación y desarrollo, los desequilibrios territoriales, o la falta de conexiones ferroviarias y de infraestructuras” nada que no supiéramos. Quizá un pequeño comentario a lo que la consultora Deloitte destaca como debilidad la “indefinición de la Marca Cantabria” algo tan elemental que a estas alturas debería estar resuelto y que choca con la gala que hace el Presidente Revilla una y otra vez cuando dice ser el mejor embajador de nuestra región.

Y ya puestos, haciendo lista de las debilidades, otra de las clásicas esta vez con reproche incluido para los promotores de la hoja de ruta, la falta de formación especializada en conocimiento técnico digital, y la escasa vinculación de planes de formación en la demanda de profesionales para los sectores más productivos, situaciones que deberían ser llamada de atención a la propia CEOE que desde hace años viene participando en la formación profesional y en contacto con la Universidad de Cantabria para la integración de sus alumnos a la actividad profesional en la empresa.
Apostar por la fortaleza de nuestras empresas centenarias como punto de encuentro para la tracción de nuevas empresas, tampoco parece muy acertado, y más cuando de muchas de ellas sea dicho que tienen procesos productivos obsoletos y falta de inversiones en nuevas tecnologías, que necesitan, de fuertes ayudas económicas incluso para su supervivencia. Pero en cualquier caso según Deloitte, siempre nos quedara la fortaleza del Banco de Santander y la rentable apuesta por las energías renovables representadas por el Instituto de Hidráulica Ambiental, el Tanque de Ingeniería Marítima y la Torre de Energía Renovable y poco mas,  alguna que otra investigación y las mas de “cien cuevas de arte rupestre, el Centro Botín, y  la implantación de la antigua sede del Banco de España en centro asociado del Museo Reina Sofía y el Smart City de Santander”, nada que no supiéramos y  que nuestros políticos no estén estrujando una y otra vez para vender su buena gestión.

Por lo que respecta a las líneas estratégicas que recoge Cantabria 2030, a mi modo de entender son muy generalistas, no definen suficientemente el futuro  para hacer de Cantabria una región más competitiva y especializada. Apostar globalmente por la robótica, por una aceleradora de contenidos digitales, por el impulso de  la sostenibilidad medioambiental la biotecnología, el impulso de nuevos negocios dirigidos a la tercera edad o para reconvertir el PCTCAN  en un Parque Tecnológico Avanzado no me parece suficiente y mas sin explicar cómo hacerlo y lo más importante con qué dinero.

Y si me pregunto con qué dinero, es porque el gobierno regional ya tiene su propia hoja de ruta aprobada y en curso la “Estrategia para el Desarrollo y Crecimiento Industrial de Cantabria hasta 2030” que según declararon en su día los Consejeros Juan José Sota y Francisco Martin “cuenta con la colaboración de la Comisión Europea para ser apoyado con financiación de 500.000 euros a repartir en los próximos años, y los medios técnicos para marcar la senda regional hasta el año 2030” entonces,  dos hojas de ruta, elaboradas en apenas un año que alguien deberá unificar para sacar rentabilidad a tanto esfuerzo “intelectual” y económico para que el Consejo General del Dialogo Social lo considere como única hoja de ruta y de una vez por todas nuestra región pueda tener una estrategia industrial con mirada larga.