14 ene 2021

¿Será esta una legislatura perdida para Cantabria?

Recientemente el Gobierno de coalición PSOE-Podemos encargó a un grupo de expertos que hiciera una evaluación del Pacto de Gobierno de diciembre de 2019, con el fin de comprobar el grado de cumplimento que está teniendo. Y, claro, la curiosidad me ha podido: aunque solo sea a modo de «cotilleo», me he puesto a leer el correspondiente Pacto de Legislatura 2019-2023 (Acuerdo Programático) suscrito por el PSOE y el PRC para la gobernabilidad de Cantabria, un acuerdo que tiene mucho de Boo y poco de Guarnizo. Echadle un vistazo y lo comprobaréis.

Los ejes fundamentales son declaraciones de principios excesivamente genéricos cargados de voluntad política que se les presupone a todos los partidos y políticos que viven de ello. Por ejemplo, la «protección a los derechos de las personas», un «empleo de calidad donde no haya discriminación entre hombres y mujeres» o la vivienda, que más que un derecho está siendo una guerra constante —defendida de forma magnífica por la Plataforma Stop Desahucios de Cantabria—.

Esta guerra también ha afectado a otros colectivos a los que el Pacto comprometió soluciones urgentes, y solo con movilizaciones están a punto de conseguirlo: la Ley de Memoria Histórica y la Ley de Garantía de Derechos de las Personas Lesbianas, Gais, Trans, Transgénero, Bisexuales e Intersexuales y No Discriminación por Razón de Orientación Sexual e Identidad de Género (Ley LGTBI de Cantabria).

También, otros buenos deseos que nos recuerdan lo importante que es la Sociedad para el Desarrollo Regional de Cantabria (SODERCAN) y el resto de sociedades públicas —algún día hablaré de su utilidad—; el constante «empuje» del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, ahora para tratamientos experimentales; las obras públicas, siempre pendientes de los dineros que nos llegan del gobierno nacional y/o Europa, porque nuestro presupuesto regional está más seco que la mojama —y más ahora que se han empeñado en no meter mano a la fiscalidad regional—, y, ya puestos, un Plan Regional de Ordenación del Territorio (PROT), como iniciativa fundamental para los años venideros. Esto de deberes para las siguientes legislaturas.

El Presidente Revilla anda estos días un poco liado recordando lo que el Pacto reclama como «compromiso prioritario», y no le falta razón, porque si fracasa en esto ya puede romper el resto de las hojas.

Cuatro son las promesas: la financiación íntegra de la obra de Valdecilla; la conexión ferroviaria Santander-Madrid, que a la fecha no se sabe ni cómo llamarla; el tren a Bilbao, que, según parece, nos va a resolver todos los males, y el «proyecto estrella» del Llano de la Pasiega. Estas cuatro iniciativas, de mucho interés, dependen del gobierno nacional. Veremos cómo se porta.

Por lo que afecta al resto del Pacto, lo dicho: «Mucho de Boo y poco de Guarnizo». En materia sanitaria y políticas sociales, otra vez Valdecilla, gestionar bien la sanidad, poner «guapa» la cartera de servicios sanitarios, desarrollar la Ley de Igualdad, ver qué se puede hacer con la brecha salarial y, ahora que estamos en momento de crisis económica y social por culpa del covid, abrir todos los espacios de ayuda económica a los sectores más desfavorecidos, para luchar contra la pobreza infantil y familias desfavorecidas, darle un achuchón a la Ley de Renta Social Básica y estudiar con los ayuntamientos la creación de escuelas infantiles de 0 a 2 años.

El pacto de gobierno en materia de empleo tampoco aportaba compromisos reales —y ahora con la crisis del covid, apaga y vámonos—, literatura difícil de valorar, a no ser con la estadística de desempleo que, al cierre de 2020, arrojaba datos muy preocupantes: 5 900 parados más que el año anterior, cifra que se eleva a 42 629 —un repunte interanual del 16 %—.

Por lo tanto, ¿de qué pueden servir las buenas intenciones del pacto de gobierno? «Promover el empleo digno y bien remunerado, recuperando derechos laborales y combatiendo el fraude», buena decisión si no fuera por los silencios que mantienen los socialistas y regionalistas ante la reversión de la reforma laboral que están pidiendo los sindicatos y otros partidos. Aunque no importa mucho: con una «hipotética colaboración de la inspección de trabajo» parece que lo van a resolver, y para los jóvenes, «un mecanismo de garantía juvenil para acompañarlos en su primera experiencia laboral». Y el «diálogo social» que no falte; es la receta para quedar bien ante los ciudadanos. No hacemos mucho pero hablamos y hablamos lo que haga falta.

Respecto a las pymes y autónomos, apenas dos líneas para anunciar que el Gobierno va a «crear nuevos incentivos, especialmente para jóvenes, parados de larga duración, mujeres mayores de 45 años, para que los puestos de trabajo que se consigan sean inclusivos y sostenibles». ¿De qué folleto abran sacado este latiguillo?


Sobre la Universidad de Cantabria, un deseo de «educación de excelencia», y para ello el Contrato-Programa de siempre. Mucho diálogo para el profesorado, alumnado y familias, darle una vuelta al tema de la interinidad —común para todos los organismos— y alguna que otra cita genérica para las escuelas rurales.

El apartado de «estrategia industrial», tan citado por todos los partidos, sindicatos, empresarios, etc., tampoco aporta compromisos de interés. Seguimos con las vagas palabras de apoyo, crecimiento, impulso, fomento, etc. Así, el Gobierno, sin mucho más que decir, se «compromete a apoyar a las empresas, a impulsar nuevos proyectos, a fomentar la industria del conocimiento» —faltaría más—. Algo más concreto para la industria de la salud, la agroalimentaria, la pesquera, la forestal y el eje logístico La Pasiega-Corredor del Besaya, que parece que están siendo desarrollados con cierto interés.

De «poner en marcha la mina de explotación de zinc» mejor ni hablar, otro fracaso, al menos por ahora. La empresa que se anunció a bombo y platillo se desinfla y, con ello, las expectativas de empleo y la rentabilidad a futuro de las instituciones locales que ya veían en ello un negocio rentable.

Toca saber si las arcas públicas se han dejado algún que otro euro en el proyecto industrial, aunque ahora con menos preocupación, al menos para los técnicos que, por parte de la Administración regional, le dieron el visto bueno. Si fueran los de Sodercan, tranquilos, la póliza de seguro millonaria —por importe de 86 000 euros— que han suscrito ya les tiene blindados ante la posible responsabilidad como gestores y la propia entidad.

Lo que sí parece que se va cumpliendo, aunque de momento se queda también en deseo, es «alcanzar el 2 % del PIB en I+D+i». Por ahora, lo previsto para el presupuesto de 2021 solo será del 1 %.

Ya puestos, qué decir de la apuesta por «desarrollar un programa de retención y atracción de talento, a la vez que propiciar el retorno de los científicos». Este apartado del pacto de gobierno converge con la CEOE en su programa Cantabria 2030.

La estrategia turística del Gobierno regional está muy lejos de la del Ayuntamiento de Santander, que, con su programa Santander a punto, al menos sobre el papel está más desarrollada. Para el pacto de gobierno, de lo que se trata es de prolongar la temporada turística más allá del periodo estival, a través de la marca España Verde; propiciar la llegada de turistas con dinero, a quienes se les incrementará el precio medio de la estancia; un Plan de Mejora de Infraestructuras Turísticas y meter mano a los establecimientos de hospedaje ilegal.

Con Guillermo Blanco como consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, se abrió cierta expectativa por una mayor concreción en los trabajos políticos siempre residuales en la política regional. Pero el pacto de gobierno tampoco precisa mucho: un plan para luchar contra el despoblamiento, otro para los temas forestales y ley de montes, otro para la ordenación del territorio… Y un deseo: impulsar la ordenación urbana de los municipios; cómo y cuándo quedan a futuro, vaya usted a saber.

Por lo que afecta al medio ambiente, más de lo mismo: planes para la restauración de espacios degradados, reordenar la Bahía de Santander, tratar la calidad del aire y el ruido, los incendios forestales, el plumero y la avispa asiática.

Al leer el plan de gobierno, da la sensación de que estamos empezando, porque todos son nuevos planes y otros protocolos, como si hasta la fecha esta literalidad de propuestas no hubiera estado en los programas de otros gobiernos recientes.

Lo que sí parece más concreto es el apartado de infraestructuras —y las conexiones ferroviarias con Madrid y Bilbao—, condicionado en exceso a las relaciones con el Gobierno de España y a la influencia que el voto del diputado José María Mazón pueda ejercer en el Congreso de los Diputados. Veremos si al final algunas de estas infraestructuras se llevan a cabo.

¿Será esta una legislatura perdida? Así empecé y así termino, con la incógnita que genera ver al Gobierno regional gestionar en su totalidad la covid-19; al Parlamento buscar las vueltas a los fallos que de esta se están detectando; al presidente Revilla recordar al Gobierno central, una y otra vez, los compromisos firmados, mientras que la parte socialista calla fiándolo todo al futuro, y todos esperando al Plan de Recuperación económica de la UE.

4 ene 2021

Hasta cuando se tiene que esperar

Un hecho sin precedentes, así lo calificaron los medios de comunicación cuando ocho organizaciones suscribieron el “primer análisis de las prioridades regionales de Cantabria”.

Después le siguieron unos cuantos más a instancia del gobierno regional, universidad, consejo económico y social, patronal y otros frutos de la “concertación regional, desde aquel primero del año 1985. PCE, CDS, ADIC, USO, CCOO, COES – CEPYME y UNIPIMEC, fueron las organizaciones que agrupadas en la “Mesa Regional para Cantabria” trabajaron durante diez meses en torno a los problemas prioritarios de la región, que resultaron ser, el paro, las comunicaciones e infraestructuras, la política industrial y política agraria, con mayor hincapié en la ganadería.


Recuerdo que por aquel entonces también le preocupaba al gobierno de turno, representado por Angel Diaz de Entresotos, y a los partidos presentes en el parlamento – Coalición Popular, Psoe y Prc – la aportación colectiva que hacíamos a modo de listado de prioridades. Algunos como ahora entendían que se trataba de un programa de gobierno, que debían rechazar por considerarlo una intromisión en la representación legitima del parlamento.

Y nada mas lejos de nuestro objetivo, aquel trabajo colectivo entre organizaciones plurales no fue más que una aportación a la política en general de todos para un trabajo común que ayudase a salir de la situación de crisis que afectaba muy directamente a los cántabros. Han pasado muchos años, demasiados para seguir hablando de planes de reindustrialización, del paro que sino es por una causa es por otra azota a Cantabria sin piedad, de hojas de ruta para la Cantabria 2030, etc., planes que, igual que aquellos todavía están sin conseguir, acuerdos que se pactan para el papel y que solo son útiles para la campaña electoral.

Hoy volvemos hablar del desempleo y como ayer ponemos recetas que la “mesa regional del 1985” ya consideraba prioritarios. Como, por ejemplo, los fondos municipales contra el paro, las ayudas a las pymes y autónomos o la priorización para estas en la realización de las obras que pudiera ejecutar la administración regional y ayuntamientos, incluso el embrión de la concertación regional actual que por aquel entonces proponíamos como una Comisión Regional de Empleo, formada por el Inem, la consejería de empleo, sindicatos y 2 empresarios.

Y que decir de los múltiples planes de formación profesional que hoy se proponen, también ayer se fomentaban entorno a “una planificación racional de la formación profesional en las distintas especialidades de acuerdo con las expectativas del mercado de trabajo”.

La política regional de hoy una y otra vez, se tropieza con los problemas sociales de los ciudadanos, sin que parezca los pueda resolver sin la pelea reivindicativa, como ejemplo la vivienda, pues bien también la mesa regional de entonces proponía medidas de acción social ante el gobierno de turno por ejemplo el “establecer un convenio entre la administración y la caja de ahorros para financiar la vivienda y el pago del alquiler para los parados, o un fondo de ayuda para paliar las necesidades urgentes (alimentación, ropa, etc.) y/o la creación de un servicio Cooperativo para que con la mediación de la Diputación Regional no se c errase ninguna empresa sin antes ofrecerla a los trabajadores con la mínima garantía de viabilidad, propuestas entorno al cooperativismo que hoy la concertación regional también propone en su actual acuerdo sobre el empleo.

Cuando leo, los planes de reindustrialización que se han venido pactando en los sucesivos años, entre administración, sindicatos y patronal, veo enormes similitudes con los recogidos en aquellas prioridades de la “mesa regional”.

En aquellos años, también se hablaba de crisis industrial, aunque con más fundamento al estar inmersos en la famosa reconversión industrial que dejo a Cantabria fuera de las zonas de urgente reindustrialización ZUR.

Hoy igual que ayer, se habla de las grandes empresas de su financiación, de sus domicilios fiscales y de sus decisiones que se encuentran fuera de nuestra región, de la necesidad de potenciar en desarrollo tecnológico e innovación, de los polígonos industriales, de la formación profesional, de la promoción industrial para comarcas en crisis como las del saja Besaya y Campoo de la financiación siempre difícil de las pequeñas y medianas empresas de su inclusión en el Consejo Económico y Social, pendiente de constituirse, etc., planes y propuestas industriales que se repiten sin límite una y otra vez.

Y así hasta el infinito, han pasado más de treinta años, desde aquel primer análisis de “Prioridades Regionales de Cantabria”, y seguimos igual, cada año un nuevo plan que se repite en términos generales, con bronca entre el gobierno y los agentes sociales, y sin que seamos capaces de visualizar el futuro y las especialidades a las que se va a dedicar nuestra región, con un presupuesto escaso y con liderazgos políticos en los partidos que dejan mucho que desear, que pena.


28 dic 2020

USO pide voluntad política para garantizar las pensiones, con gasto inferior al europeo

Joaquin Perez Secretario General USO
El pasado mes de octubre se  hizo público el Informe sobre la Sostenibilidad del sistema de Pensiones, que elaboro el Gabinete de Estudios de USO  y que ha servido a Joaquin Perez, Secretario General para posicionar la organización en materia de pensiones y salario mínimo interprofesional. Y hacerlo precisamente en un momento de revisión crítica de la economía, en tiempo de Covid, recién suscrito acuerdos por el Pacto de Toledo y en discusión la revisión del Salario Mínimo Interprofesional.

Por lo tanto, siempre es de agradecer claridad y posición reivindicativa para estos temas, que por desgracia son motivo de debate político interesado por parte de los partidos especialmente por los de la oposición que ven en ello un motivo de interés para desgastar al gobierno.

Dice el Secretario General que, para garantizar las pensiones, y con ello la revisión anual de las mismas, solo se necesita voluntad política, argumentándolo en la lógica de los agravios comparativos entre los porcentajes del PIB que dedican los países de la Unión Europea – el 12,4% en el 2019 - y el que dedica España, - el 10,8% para el mismo año - agravio que se mantiene desde el 2013.

Para la USO esta situación discriminatoria no es asumible, por eso habla de voluntad política, de tomar medidas económicas para igualar el gasto en pensiones con el de la Unión Europea. Y a modo de ejemplo, recuerda la revisión constitucional que se hizo en su día para blindar el pago de la deuda, que le sirve al sindicato, para tomar posición en favor del “blindaje de las pensiones en el capítulo de Derechos Fundamentales”, y para acometer una revalorización más acelerada de las pensiones más bajas equiparándolas al SMI”.

Me alegra que la posición del sindicato al que he dedicado muchos años de militancia sea clara y rotunda en la defensa de las pensiones, salario mínimo y sus revisiones, y lo haga con rotundidad poniendo el acento en la voluntad de la política, pero también en la de los partidos y sus líderes, para reprocharles cuando sea necesario, y mucho me temo vaya a serlo sin tardar. 

Informe “Sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones: análisis y propuestas” elaborado por el Gabinete de Estudios del USO

27 dic 2020


El otro dia visite la exposición de belenes que Chemi Pelayo ha colocado en los escaparates  de la calle San Francisco, belenes artesanales muy creativos que recogen estampas muy cercanas al santanderino y perfectamente identificables, exposición que tiene una pequeña dificultad, encontrar los belenes en el interior de las vidrieras, a pesar de la cartulina verde que sirve de reclamo.

Felicidades para Chemi Pelayo y su magnifica obra que invito a visitar, merece la pena.


21 dic 2020

Los acuerdos son para cumplirlos

 

Y especialmente si estos resuelven las carencias sociales de muchos de ciudadanos. Entonces porque armar tanto ruido cuando Podemos se empeña en cumplir el “Acuerdo para España” que en su día suscribieron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, porque tanta alarma dentro del gobierno a la hora de cumplir con la palabra dada, o mejor dicho porque algunos y/o algunas ministras se empeñan en no cumplir con el acuerdo que dio luz a la coalición progresista de la que se están beneficiando.

Cada vez esta más claro, según mi opinión, el problema que con tanto bombo se está llevando a los medios de comunicación, no es Podemos, el problema es el PSOE que con al menos dos sensibilidades – por decirlo de alguna forma - se empeña en hacer política de derechas en un gobierno de izquierdas, y esto no es posible al menos con Podemos dentro de él.

La coalición progresista no dejo dudas en el pacto que firmaron. el acuerdo programático fue claro y preciso y tiene en su desarrollo compromisos difíciles de evitar y menos con argumentos globales de política global, por más que se empeñen, compromisos electorales como la “elaboración de un nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI, la derogación de la reforma laboral para recuperar los derechos arrebatados por la reforma del 2012 o la subida del Salario Mínimo Interprofesional” son propuestas que van a pesar para lo bueno y /o para lo malo en el haber del PSOE y Podemos en el futuro.

Últimamente todo esta justificado por el Covid, da igual que sea para bien que para mal, los ejemplos de vida y las ayudas de todo tipo se ensalzan como iniciativas ejemplares, sin embargo, los recortes y las carencias que afectan a los ciudadanos se justifican de inmediato y se posponen a un futuro, siempre con la consabida frase “no dejar atrás a nadie”, y con eso ya se tiene justificación para ralentizar la política a mejor momento, y eso a mi modo de entender no está nada bien. Con Covid y sin Covid, se tiene que hacer política, se tiene que abordar la contratación laboral, se tiene que hablar de las causas del despido, empleadas del hogar, de pensiones, la vivienda, el empleo público, los impuestos y solo son ejemplos que recoge el acuerdo de gobierno.

Las ayudas sociales económicas, los Ertes, etc. están muy bien y se tienen que seguir dando en esta economía de subsistencia en la que están muchos ciudadanos y empresas, son imprescindibles, pero el mundo no se acaba en ello, los ciudadanos necesitan de un gobierno que cumpla con los compromisos firmados, porque también con ello estarán ayudando afrontar el Covid y sus consecuencias.


17 dic 2020

Trabajar menos para trabajar todos

Este es un mensaje que preside buena parte de la actividad de los sindicalistas, especialmente cuando negocian los convenios colectivos, “trabajar menos para trabajar todos”, una llamada reivindicativa sobre la jornada laboral que ha hecho Iñigo Errejón de Mas País con motivo del debate de presupuestos, actualizando una de sus propuestas electorales, precisamente en este momento de crisis en el que se nos anuncian cambios profundos en muchos aspectos de nuestra vida.

Con esta iniciativa se devuelve al debate político y social, la jornada laboral de 32 horas semanales, con la intención de que se vayan negociando las bases, para su aplicación en años sucesivos.  Para este diputado de la izquierda la propuesta arroja importantes ventajas de carácter social y ambiental, tales como el reparto del trabajo remunerado, la conciliación familiar y con ello el reparto del trabajo doméstico entre hombres y mujeres, la reducción de los desplazamientos al trabajo, y hacer posible más tiempo libre para otras actividades deportivas, culturales, etc.

Pero claro esta propuesta – como estaba previsto – ha tropezado nada mas formularse, con el rechazo de los partidos de la derecha, con la excusa de la prudencia de la Ministra de Trabajo y el, nos lo vamos a pensar de la otra parte del parlamento, que con algún que otro agente social como la CEOE “no es el momento”, se ha recibido la iniciativa.

Argumentos que tropiezan incluso con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que desde hace tiempo está abogando por reducir las 40 horas semanales que predominan en buena parte de los países europeos. Aunque no en todos, tal es el caso de Luxemburgo, Noruega, Holanda, Francia y Alemania, que con una jornada laboral inferior a la media ya han demostrado que trabajar menos horas no es sinónimo de ser menos productivos. Y, sino que tomen nota a la cita que se hace de la empresa “Microsoft Japón, la primera en aplicar la jornada laboral reducida, donde la productividad mejoró un 40% en los 2.300 empleados en los que se aplicó, aumentando las ventas en un 39% en comparación con las del mes anterior”. 

Dice Errejón  que  "hay que abandonar la mentalidad obsoleta que se fija solo en el número de horas trabajadas" porque "la clave para la generación de riqueza es la productividad", y no le falta razón no siempre trabajar muchas horas es sinónimo de mayor productividad, para el diputado solo ha hecho falta remontarse a los años donde en España se trabajaba jornadas de 11 horas diarias, para remitirse a la actual de 8 horas y comprobar el incremento de la riqueza actual, razonamiento que no dudo tropiece con una mentalidad cortoplacista para muchos empresarios, incluso  trabajadores que dudaran sobre la oportunidad de abrir el debate hacia el objetivo de las 32 horas semanales.

Por eso el proyecto de Más País y Compromís, consciente de las dificultades, propone dedicar 50 millones para subvencionar a las empresas que apuesten por rebajar un día la jornada laboral, y probar su productividad y beneficio, convencidos de que será un éxito como lo ha sido en otros países de la unión europea.

Negarse incluso a debatir la propuesta seria dar un paso atrás muy importante para una política de izquierdas que en este momento esta construyendo el gobierno actual. La reducción de la jornada laboral, la revisión del SMI, o la recuperación de los derechos perdidos con motivo de la reforma laboral del gobierno anterior, son entre otras medidas políticas, las que muchos ciudadanos estamos esperando. 

5 dic 2020

Ecomasa, suma y sigue

Van pasando los días y lo que pareció un escándalo político, económico y social, que ocupo hasta la celebración de una comisión de investigación por parte del parlamento regional, hoy parece un asunto olvidado a pesar de haber sido resuelto incluso por la Audiencia Provincial de Cantabria. 

Me estoy refiriendo a Ecomasa, la sociedad nacida al albur del gobierno regional, en aquel tiempo en manos del Partido Popular, y en la que se unieron multitud de errores administrativos y de gestión hasta convertirla en uno de los mayores fraudes conocidos en Cantabria en manos de la administración regional. 

Atrás quedaron 18 millones de euros públicos, y 3,2 millones de los ochenta y ocho trabajadores,  que confiaron en un proyecto empresarial fracasado, perfectamente avalado por la administración autonómica y que los dejo cesantes, con alguna que otra promesa de empleo – que vaya usted a saber si se ha cumplido – y sin poder recuperar la aportación económica que  hicieron  a Ecomasa. Una sociedad creada para salvar a Teka Industrial y que contó con el asesoramiento e inversión de los organismos estrella de la Consejería de Industria Sodercan e I.C.A.F que según la sentencia de la audiencia provincial “asistía regularmente a las reuniones del Consejo de Administración”, por lo visto incapaz de resolver la malversación de fondos urdida por los señores Lavín y De León. 

Durante cuarenta y tres comparecencias parlamentarias, todos pudimos leer en prensa e incluso en actas, las explicaciones que los unos y los otros fueron dando para justificar el fracaso de Ecomasa, y lo que es más importante, encontrar las causas y la posible recuperación de los dineros públicos perdidos entre la más absurda ingeniería empresarial de sociedades que se iban sucediendo una tras otras en operaciones de compra venta,  incapaces de poner orden en la fabricación y venta de las famosas estufas. 

Pero todo fue inútil, los políticos que gobernaban de aquel entonces, embozados en su afán de servicio público a favor de los trabajadores, libraron bastante bien su responsabilidad ante el fracaso de Ecomasa, y los actuales lejos de instar las obligaciones pertinentes, parece se quieren callar apresurándose a poner en él debe los 22 millones de euros perdidos en la inmensidad de operaciones contables del holding empresarial, eso sí, bajo la promesa del nunca más, a la vez que como Sodercan, se va dotando de nuevas sociedades de consulting, que prometen revisar con más detalle las nuevas inversiones públicas. 

Al final lo que queda es una sentencia, que hasta la fecha confirma la “declaración de culpabilidad del concurso de Ecomasa” - solo por el retraso en la solicitud de este - una inhabilitación para administrar bienes ajenos para los imputados, y la imposibilidad de recuperar los dineros públicos mal gastados, más allá de pequeñas cantidades  en la cobertura del déficit concursal”, nada de nada, una mala historia que quedara en los anales de la administración regional como algo pasajero y de la que nadie será responsable, que pena.

26 nov 2020

Carteles para el recuerdo

Frente al campo de futbol de los soldados

Últimamente estoy caminando a modo de deporte diario por  "El Alta", como tiempo atrás llamábamos a la actual General Davila - a ver cuando se cambia este nombre - y en esa caminata siempre se me va la vista al letrero que durante años me vio crecer, La Peña del Prado San Roque.

 Lugar de encuentro para los vecinos del Prado San Roque, que sirvió de entretenimiento a las familias obreras, un ambigu donde los padres jugaban a carta, las madres siempre pendientes de los hijos  y nosotros disfrutando en los fines de semana entre juegos y la televisión que por aquel entonces faltaba en la mayoría de los hogares.

 Hace unos días escuchaba en la radio, que existe un movimiento de personas por diversas ciudades españolas, empeñados en conservar los carteles que identificaron un tiempo pasado, y me parece  que este de la Peña del Prado San Roque bien pudiera ser uno de ellos. Asi que animo  a estos amigos de la historia que recojan y cuiden de este letrero, porque al menos para mi este merece un puesto en este ranking a conservar.