El
Ayuntamiento de Santander se enfrenta a un nuevo reto después de que una
denuncia de la Unión Sindical Obrera (USO) ante la Inspección de Trabajo y la
presión política hayan obligado a reconsiderar el suelo de las cocheras
municipales. Resulta que el suelo actual, construido hace apenas cinco años, ha
demostrado ser inseguro y ha provocado múltiples riesgos de accidentes, lo que
ha llevado a la USO a denunciar la situación.
Lo que llama
la atención es que el Ayuntamiento tendrá que asumir el coste de la obra para
reemplazar el suelo, a pesar de que la empresa constructora debería haber
garantizado la calidad y seguridad del material. La pregunta es: ¿cómo es
posible que se haya llegado a esta situación? ¿Qué falló en el proceso de
revisión y aprobación del proyecto?
Es
esperanzador que se tomen medidas para garantizar la seguridad de los
trabajadores, pero también es importante que se investigue y se determinen las
responsabilidades para evitar que se repitan errores similares en el futuro. La
seguridad y la calidad de las obras públicas deben ser una prioridad para
evitar riesgos y garantizar la protección de los trabajadores.
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