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22 oct 2025

El Abrazo Cerrado, donde el Tango piensa en silencio

 

No hay palabra más profunda en el tango que el silencio del abrazo.

Ese momento en que dos cuerpos —a veces extraños— se encuentran sin decirse nada y, aun así, se lo confían todo: el pulso, el equilibrio, el tiempo.

No se hacen preguntas. No prometen nada. Solo comparten un instante donde el cuerpo escucha lo que la razón calla.

En el abrazo cerrado sucede algo que no se enseña. Es una forma de estar, una manera de decirle al otro: aquí estoy, sin máscaras ni pretensiones. No busca poseer, sino comprender. Es refugio y espejo. En él, cada uno trae su historia, sus miedos, sus silencios... y aun así abre un pequeño espacio para el otro.

Porque la cercanía no se mide en centímetros, sino en presencia.

Bailar así es aceptar que el otro existe, que durante unos compases mi paso depende del suyo, y el suyo del mío. Es una conversación sin palabras, donde el respeto marca el ritmo y la confianza sostiene el equilibrio.

No hay exhibición ni aplauso. Solo un pacto silencioso: caminar juntos una música que ya estaba antes de nosotros y seguirá después.

Y en ese instante, cuando el abrazo se cierra y el mundo desaparece, el tango nos recuerda algo esencial: que el ser humano no baila para brillar, sino para no sentirse solo.

17 jul 2025

La milonga de La Lunfardita: un espacio para bailar y aprender

En el corazón de Santander, la milonga La Lunfardita se ha convertido en un lugar emblemático para los amantes del tango. Con una rica historia y una atmósfera acogedora, este espacio ha sido testigo de cómo muchas personas han aprendido a bailar y a relacionarse a través de la música y el baile.

Todos los martes, a partir de las siete de la tarde, el Centro Asturiano en la calle Peñas Redonda 17 se llena de vida con la milonga de La Lunfardita. Esta iniciativa, promovida por Jose Martínez, ofrece una oportunidad para disfrutar y aprender del tango argentino, un patrimonio cultural reconocido por la humanidad.

La milonga es un espacio donde se fusionan el clasicismo del tango con las nuevas influencias porteñas y europeas, creando una experiencia única para bailarines de todos los niveles. La Lunfardita es un lugar donde la pasión por el tango se vive con intensidad, y donde todos son bienvenidos a unirse y compartir su amor por este baile apasionante.


12 dic 2023

Mordisquito, “A mí no me lo vas a contar”

Enrique Santos Discepolo

A los que nos gusta el tango, evocar a compositor y dramaturgo Enrique Santos Discépolo, su obra, y especialmente sus tangos, siempre es motivo de admiración y reconocimiento, por mucho que, en él, se hayan fundado múltiples contradicciones especialmente por su adhesión al Presidente Juan Domingo Perón.

Ya en los años cincuenta, Discepolin colaboro con Perón prestándole voz y popularidad, en una serie de discursos en la radio, que influyeron mucho en su victoria política en Argentina.

Por eso, los invito a ver la serie “Mordisquito” que actualmente transmite Televisión Pública de Argentina (se puede ver en You Tube), que nos transporta a una época pasada, pero que nos ayudara a conocer más a este magnífico autor de tangos, Entre ellos Cambalache, Yira Yira, Cafetín de Buenos Aires, Uno, tangos cargados de mensaje y denuncia política en un país que por aquel entonces – como ahora – pasaba por momentos de necesidad.

Espero que os guste, Por mi parte iré incorporando los episodios a medida que se vayan publicando.  

30 oct 2023

Asi se baila el tango

 


¿Qué saben los pitucos, presumidos y relamidos? ¿Qué saben los acicalados, finolis, shushetas, alcahuetes y soplones?

Nada saben de la elegancia ni del sentimiento que late en el tango. Esa es la pregunta que se hizo en 1942 Elizardo Martínez Vilas, más conocido como Marvil, al escribir su tango inmortal Así se baila el tango. En sus versos coloca a cada uno en su sitio: a los que presumen de la nada, y a los otros, los que hacen del tango un arte íntimo y profundo.

Frente a los arrogantes incapaces de seguir el compás, se levantan los verdaderos bailarines, esos que pintan la silueta y dibujan filigranas, entrelazando figuras en un abrazo sentido. Marvil les habla a ellos, a los que viven el tango desde la piel hacia adentro, como un latido compartido.

El tango nos dice que debe sentirse en la cara, que la sangre sube con cada compás, mientras el brazo se enrosca en el talle de la pareja como una serpiente a punto de quebrarse. Y que nunca ha de faltar la cita con la música: los violines dialogan con el fuelle del bandoneón, mezclando alientos que invitan a cerrar los ojos para escuchar mejor. Esa es la música que Malena no cantó, pero que vive en cada rincón de la pista.

Así se baila el tango es, en definitiva, un himno contra la vanidad y a favor del sentimiento. Una pauta clara de cómo bailar sin perder la emoción, renunciando al artificio exagerado para abrazar la esencia de este arte popular.


22 nov 2022

El abrazo y la “tanda” en la milonga

 

La tanda: un viaje en tres tangos

Una tanda no es solo un conjunto de tangos que suenan uno tras otro en la pista. Es un pequeño viaje, una historia breve que se escribe sin palabras, entre miradas, pasos y abrazos. Para quien musicaliza, puede parecer apenas un bloque de canciones cuidadosamente ordenadas. Pero para quienes bailan, puede convertirse en un encuentro irrepetible: intenso, sutil y lleno de matices.

El primer tango abre la puerta. Es el inicio del relato, el momento del descubrimiento. Dos cuerpos que quizás nunca se habían abrazado se buscan, se reconocen y empiezan a encontrar un ritmo compartido. En ese primer compás se rompe el hielo, y nace la confianza.

Con el segundo tango llega el despliegue. Las caminatas se alargan, los giros encuentran su equilibrio y los adornos se transforman en un diálogo. Es el corazón de la tanda, cuando la danza fluye sin esfuerzo y cada movimiento se vuelve respuesta. La música invita a expresarse, pero sobre todo a escuchar al otro.

Y entonces aparece el tercero, a veces un cuarto. Ya no hace falta pensar: el cuerpo habla por sí solo. El tango se convierte en confesión, en susurro, en complicidad. Los pasos se llenan de emoción y lo técnico se disuelve; solo queda la sensación de estar compartiendo algo profundamente humano y único.

Cuando la tanda termina, la historia también llega a su cierre. Acompañar a la pareja de regreso a su mesa no es un simple gesto de cortesía: es una forma de agradecer, de reconocer lo vivido juntos. Porque lo que empezó como “una tanda más” puede transformarse, en el corazón de los milongueros, en un recuerdo que late con fuerza y sensualidad, imposible de olvidar.


19 jun 2022

Báilame, Amor el performance para un Alma Viva de la cántabra Yolanda G. Sobrado

 


Una vez más la sala cultural La Troupe nos sorprende con un nuevo espectáculo de categoría, ahora con “Báilame Amor” de Yolanda G. Sobrado, artista internacional de baile de flamenco con el evento de Performance flamenco para un Alma Viva”.

Espectáculo cargado de simbolismos, para una puesta en escena que invita a la participación de los asistentes a través de la música, el baile, los signos externos como los contraluces que ayudan, incluso en los momentos de cambio de vestuario en la propia escena, que conservan la dinámica del espectáculo a través de los mensajes que irradia el motivo central de la representación.

Báilame, Amor, aporta a los espectadores, según mi opinión. una hora de interpretación de baile escénico, en el que se van superponiendo, emociones, arte siempre vinculado al flamenco, incluso alguna que otra denuncia, a través de unas manos blancas que reparten flores, expresando retales de vida.

Sorprende al inicio del evento un baile centrado en el piar de los pájaros, que, al trino de las aves, la artista fusiona, en una especie de juego desplazándose por todo el escenario formando una mezcla de arte escénico de categoría.

Báilame, Amor, va precedido de un breve comentario que da sentido al encuentro con el espectador, y a la definición complementaria de Alma Viva, que preside el espectáculo, una especie de guion que te ayuda a entender las emociones que se abren a través de la danza flamenca, el tango, la canción moderna, entre otros palos que armónicamente van formando un todo.

Me ha sorprendido gratamente la artista santanderina Yolanda G. Sobrado, a quien deseo mucho éxito en esta nueva etapa que ahora inicia en Cantabria.

27 feb 2022

Los burócratas de las milongas

 


Recientemente me suscribí a la publicación de tango METAFIERRO – The Tango Arts Magazine encontrando entre sus páginas un artículo que me ha llamado la atención. “Los burócratas del tango” de Ricardo Schoua - Director de la revista digital Tango y Cultura Popular - donde se hace una crítica a los “advenedizos” musicalizadores del tango, que someten a los milongueros a “tandas insufribles, con orquestas aburridas y cantantes intrascendentes”.

Desde este comentario a los musicalizadores de la nada en Argentina, y añado yo también en Europa, solo cabe hacerse una pregunta ¿porque se acepta este tipo de musicalización?.

Según Schoua, porque ya se asume como costumbre consolidada, porque existe cierto temor a cuestionar la música, a criticar los tangos que se ponen, so pretexto de ser acusado de falta de conocimiento por los que dirigen y/o adulan a los promotores del negocio de la milonga, en definitiva, porque están convencidos que los que van a bailar, solo lo hacen por hacer pasos sin importarles la música.

Desde estos mimbres cualquier musicalización vale para una “tarde de domingo”, aunque, nada más sea para atiborrarla de tangos que se repiten una y otra vez de milonga a milonga, provocando el aburrimiento, e incluso las ganas de bailar.

Sin ninguna duda hay que replantearse las milongas, hay que dejar a un lado a los Dj “burócratas” que solo hacen musicalizar canciones, en tandas repetitivas y música añeja, que cierra los espacios a nuevos tangos, a otros cantantes y orquestas que se quieren hacer hueco en este difícil mundo del tango.

Concluye este comentario tanguero, haciendo una llamada a recuperar las milongas, los encuentros y festivales con orquestas en vivo. No se me escapa las dificultades que esto tiene por ejemplo en Europa, pero lo que sí se puede hacer es cuidar la musicalización de la milonga, para acabar con esa especie de copia que de forma reiterada se repite vayas a la milonga que vayas.    

14 feb 2022

La poética del tango “Seguí mi Consejo”

 

Entre los muchos tangos que nos “Seguí mi consejo: la vida al compás del desparpajo ”hablan de amor, de traiciones o nostalgias, también hay algunos que, con picardía, se animan a dar consejos. Consejos de vida que, aunque vengan de un personaje ficticio, parecen dichos al oído en una mesa de café. Tal es el caso del tango “Seguí mi consejo” (1929), con letra de Eduardo Tronge y música de Salvador Merico, que Carlos Gardel interpretó con su voz inconfundible.

En esta pieza, es un jubilado quien toma la palabra: un viejo milonguero que, lejos de resignarse a la calma de su edad, se empeña en presumir de lo imposible. Su voz no aconseja prudencia ni reposo, sino todo lo contrario: invita a reírse del trabajo, a despreocuparse de las responsabilidades y a vivir como un bacán, rodeado de placeres, comidas sabrosas y buenos tragos.

“Rechiflarse del laburo” y no trabajar “para los ranas” —esos vivos y tramposos— es el primer mandamiento de este jubilado. Lo demás, puro goce: un colchón de plumas, champán en la mesa, doce horas de sueño cuando el sol asome, y las noches encendidas de milonga, donde mirar con detalle a las minas se vuelve casi un deporte. Claro, siempre y cuando sepan bailar, porque hay que esquivar a “los paquetes que dan pisotones”, esos aprendices que todavía no dominan la pista.

No falta tampoco la advertencia médica al revés: nada de “lecherías” ni café con leche, que arruinan el corazón. El remedio, según este consejero pintoresco, es entregarse a los tragos fuertes, whisky y pernod incluidos.

En definitiva, “Seguí mi consejo” es un tango desbordado de lunfardismos y de humor, que retrata la voz de un jubilado imaginario que se rehúsa a aceptar la vida metódica y ordenada del trabajo cotidiano. Sus recomendaciones, tan exageradas como entrañables, nos recuerdan que en el tango todo cabe: la nostalgia y la burla, el amor y el desparpajo, lo imposible y lo real.


29 ene 2022

El tango y el peronismo diez años de convivencia feliz

 

Una década, la que gobernó el general Juan Domingo Perón, (1944 – 1954) “el candidato del pueblo” que tuvo su sitio en el tango, con canciones de fidelidad a su gestión política, en momentos de necesidad del pueblo argentino.

Fueron unos años donde el presidente Perón impulso políticas sociales, y cambios profundos en la recuperación de derechos políticos, laborales, culturales, sociales…, y lo hizo gracias a las alianzas entre movimientos sociales de ideológica socialista y sindicatos revolucionarios.

Pero no le corresponde a este comentario de la “poética del tango”, valorar la figura del general Perón ni su gestión política. Se trata simplemente de comentar algunos de los tangos que le ensalzaron como persona y como político.

Entre la amplia lista de tangos dedicados al general he elegido. “Se acabo la mishiadura del maestro Enrique Rodríguez y Jose Paradiso, Una carta para Italia de Santos Lipesker, La Marcha Peronista de autor anónimo, los Versos de un payador al general Juan Perón de Homero Manzi, La Oda a Perón de Marino García, La Descamisada de Enrique Maroni y la sindicalista Marcha de Luz y fuerza”.

En el tango “Se acabo la mishiadura” https://www.youtube.com/watch?v=F61FxhjSjW8  se dice con la radicalidad del convencido por Juan Perón, que en el nuevo “Buenos Aires se está de bute y la guita anda bailando” y que todo el mundo tiene vento - dinero- “para ir al Casino de Mar de Plata, donde va lo mismo el zapatero, el bacán y el verdulero todos mezclados en el montón”, y ya puestos hasta el “preso esta de bute porque le quitaron la rayada”

Concluye el tango, reiterando el buen momento ciudadano porque “hoy cualquiera toma el taxi y no va de infantería, porque tanto el rico como el pobre ya no llevan distinción, y si alguno patalea o no tiene compostura, que se compre dos bufosos – pistolas - y se tire a matar”. Un poco trágico el último mensaje invitando a pegarse un tiro, para aquellos que no asuman los cambios del justicialismo que impuso el coronel.

Y en ese tiempo “revolucionario” del peronismo, la Argentina también era país de acogida y porvenir, como recoge el tango “Una carta para Italia” https://www.youtube.com/watch?v=ng3dnaYN8a4 del maestro Reinaldo Yiso, carta de vuelta para un italiano recién llegado, que lejos de abordar su estancia con la tristeza del emigrante, lo hace desde el sentimiento de la felicidad.

“Si vieras Buenos Aires, que linda y que distinta es, de nuestra pobre Italia, cansada de sufrir” y que le ofrece al emigrante “un suelo amigo donde dan ganas de vivir y donde ya soy otro hombre que sueña con el día que pueda traerte junto a mí”.

 Cuanto de propaganda tenía la carta y cuanto, de realidad, como para decirle a “Rossina que estaba trabajando duro para casarse y formar un hogar, aquí donde los campos conversan con el cielo, y nos dará, felicidad y pan.

  La Marcha Peronista” https://www.youtube.com/watch?v=YtNpLS4GQOA autor anónimo, y reconocida en la interpretación de Hugo del Carril, es un tango que bien pudiera inscribirse dentro de la poética del tango canción, para un momento político, que generaba una ilusión desbordante en muchos argentinos.

 De ahí que la marcha de los muchachos peronistas, desde el principio de la canción, ensalce la figura del general con el “grito de corazón a modo de soflama viva Perón, viva Perón el primer trabajador, ese gran argentino que trabaja sin cesar, para que reine en el pueblo el amor y la igual”.

 Entre los sindicatos que apoyaron a Perón se encontraba La Federación Argentina de Trabajadores de luz y fuerza, un sindicato que a los compases de Catulo Castillo crearon el tango “Marcha de luz y fuerza”, https://www.youtube.com/watch?v=5REpS6vBJM0 apoyo a la revolución social del general, y reivindicación del sindicato, el que “con celo maternal vela siempre por el bien de sus hijos al amparo de la vida sindical”

 Entre los compases de esta marcha obrera dos mensajes, el primero para defender y dignificar la institución, “Luz y fuerza compañeros el sindicato es nuestro segundo hogar y debemos ser los primeros en hacerlo respetar” y segundo desde el sindicato una llamada de apoyo a Perón para luchar por la Justicia Social “derrocando la oligarquía, sin temor al capital”.

En el tango la “Oda a Perón”  https://www.youtube.com/watch?v=JWh7eFJkljY de Marino García, se recoge una crítica feroz para quien ostentaba la presidencia hasta 1943, el oligarca Pedro Pablo Ramírez, a quien sustituye el justicialismo que presidiría Juan Domingo Perón.

 Una oda a Perón, que para reconocer sus méritos no se corta en la crítica al oligarca, llamándole “negrero, explotador, vividor en la abundancia del dinero de los demás, vendepatria que vendiste el transporte al extranjero, té ha sonado la campana anunciando el nuevo día, que veía en Perón su salvación”. Una soflama política de la que se nutre el tango como la mejor forma de expresar los sentimientos que por aquel entonces vivían los argentinos.

 Y como replica a la crítica, la poética del tango, la exaltación al líder al “patriota, al que gobierna para el pueblo, el hombre derecho que respondió al llamado de la patria para el bien de la Nación, que se llama Juan Perón”. Y como complemento a esa oda tanguera, de reconocimiento desmesurado, “Viva Evita a la que gritan las mujeres, la eterna jefa espiritual, la mas humana, mas cristiana y más divina, que lucha junto al líder por la justicia y la libertad”.   

 Con el termino descamisados, el peronismo identifico al movimiento ciudadano que apoyo al general Perón. El Comando de los descamisados también tuvo su espacio en el tango canción - interpretada especialmente por la cantante Nelly Omar - que puso voz al tango “La Descamisada”  https://www.youtube.com/watch?v=LI7ldCJ3Xb0 “la mujer argentina, la que nunca se doblega y siempre se la juega por Evita y por Perón”, la que trabaja y lucha por el bien de la Nación”.

 Para esas mujeres el tango, fue también instrumento de identificación política, a través del movimiento de las “descamisadas que ostento el justicialismo como emblema nacional”, identificación que según recoge el tango canción llegaba al compromiso “si fuera necesario a dar la vida por Evita y por Perón”.

  Termina este comentario a los tangos políticos de reconocimiento al general con los “Versos de un payador al general Juan Peron” https://www.youtube.com/watch?v=dnZpZqAD7jE  interpretados por el cantante Hugo del Carril. Inician estos versos pidiendo “perdón al presidente, con la certeza de que serán de alabanza, para quien lucho por la gente con justicia y valentía”. 

    Y nuevamente el tango, vuelve hacerse eco del mensaje político recordando en sus estrofas el “oprobio general al oligarca vendepatria, que fue vergüenza e ignominia nacional”, a la vez que contrastando con Perón el “que trabaja y nos cuida desde que nace la aurora, robando tiempo a las horas, quitando vida a su vida”. Concluyen los versos del payador elogiando a "Juan Perón Presidente y General, el que comprendió las penas de la Nación librandola de tanto mal"


23 ene 2022

2 La poética de los tangos y sus personajes, El Llorón, Niño Bien, Haragán, Garufa y El Apache Argentino

 El tango, con su verbo filoso y sentimental, es un espejo del arrabal y de la vida que lo habitó. En sus letras desfilan personajes que, entre el descaro y la ternura, encarnan los arquetipos de un mundo de pasiones extremas. El Llorón, el Niño Bien, el Haragán, el Garufa y el Apache Argentino son parte de esa galería entrañable donde la ficción y la realidad se confunden al compás del dos por cuatro.

El Llorón, en la pluma de Enrique Cadícamo, se disfraza de debilidad para conquistar. Lo llaman “el picaflor del Norte”, y como un colibrí de tierras bajas, vuela de mujer en mujer con un arma inesperada: las lágrimas fingidas. Sabe que el llanto enternece, y lo usa como estrategia seductora, sin importarle la burla ajena. Entre flores y palabras dulzonas, mientras juega al trompo y al talle, el Llorón se convierte en un artista del engaño amoroso. Nadie se le resiste, porque en el arte de enamorar, él siempre lleva la ventaja.

Muy distinto es el Niño Bien, figura ridiculizada en el tango que desnuda la falsedad del engrupido. Se viste de seda y gomina, fuma tabaco inglés, se corta las patillas a lo Valentino y presume de modales finos. Pero bajo la corbata cara, se esconde la hilacha: nació en un bulín alumbrado a kerosén, hijo de un vendedor de fainá. Su linaje, más turbio que ilustre, contradice la careta de gran señor que intenta sostener. El tango, implacable, lo despoja de toda máscara y lo devuelve a la realidad: la del suburbio y la mentira.

El Haragán, de Manuel Romero y Luis Bayón Herrera, representa a quienes hacen del ocio un destino. Gandul por convicción, sueña con ser sultán, pero el tango lo despierta de su modorra con ironía y reproche. Su mujer, cansada de mantenerlo, le recuerda el mandato del casorio: sostener al hogar. Él, en cambio, lo interpretó al revés. Por eso lo despide al campo, a “cachar giles”, porque en el amor, como en la vida, no se puede vivir solo del cuento.

El Garufa, creación de Juan Antonio Collazo Patalagoiti, es el milonguero elegante y bullanguero que cumple con su trabajo de día y estalla en la fiesta de noche. Hombre de fin de semana, cae en la milonga como rey indiscutido, vareador de mujeres y bailarín capaz de marcar desde la Marsellesa hasta el Trovador. Su madre lo llama bandido, la gente lo ve como rana fenomenal. Y, sin embargo, tras la jarana, regresa a casa con modestia: café con leche y una ensaimada. El Garufa es el espejo de la doble vida porteña: trabajador común en la semana, bacán deslumbrante en el sábado de gloria.  

Por último, se alza el Apache Argentino, personaje de Manuel Aroztegui. Es el milonguero bravo, de mirada altiva y coraje intacto. Desheredado de fortuna, pero noble de corazón, se juega la vida en defensa del amor. Astuto, diestro con el puñal, se enfrenta sin temor a proxenetas y malevos. El tango lo pinta como símbolo de una raza fuerte, mezcla de valentía y honor, para quien ultrajar lo querido equivale a sellar la sentencia con sangre.

14 ene 2022

1 La poética de los tangos y sus personajes, El Cuarteador de barracas, El Taita del arrabal, El Ciruja, Langosta y El Carrerito.

 La poética de los tangos y sus personajes 1

El tango, con su lengua áspera y sentimental, nos ha legado un repertorio de personajes que parecen surgir de las sombras mismas del arrabal. Figuras “célebres” en su marginalidad, protagonistas de pequeñas y grandes historias donde se entrecruzan valentía, desamor, engaño y nostalgia. Entre ellos, el Taita, el Ciruja, el Cuarteador de Barracas, Langosta o el Carrerito: arquetipos que habitan la memoria del pueblo y que, al sonar en las milongas, vuelven a cobrar vida.

En El Cuarteador de Barracas de Aníbal Troilo, aparece Prudencio Navarro, hombre rudo y necesario, capaz de liberar con su percherón cualquier carro encajado en el barro. Figura de fuerza y servicio, el cuarteador encuentra en el amor su zanja más honda, aquella de la que ni siquiera su caballo ejemplar puede sacarlo. Así, el hombre que tiraba de la carga ajena queda atrapado en el propio lodazal de su corazón.

Muy distinto es el Taita del Arrabal, creación de Manuel Romero y Luis Bayón. Malevo provocador, pendenciero de la noche, atractivo para las mujeres y temido por los hombres. Bien vestido, de melena recortada y maneras altivas, parecía intocable. Pero el tango lo sorprende con su justicia social: el bravucón, perdido en la morfina, tropieza con otro taura que lo enfrenta a balazos. El destino lo alcanza en plena milonga, dejando trunco su efímero deseo de redención.

El Ciruja, de Francisco Alfredo Marino, encarna al guapo arrabalero siempre alerta, caminando entre broncas y jaranas, con la mirada sesgada hacia las trampas de la vida. Enamorado de una mujer engañosa, descubre el engaño con un músico rival. El duelo inevitable lo encuentra ágil para el tajo, haciendo pagar con sangre el precio del amor traicionado. Sin embargo, al volver de la prisión, la poética del tango lo abate con la ironía del destino: la mujer que lo perdió está ahora recogiendo basura, convertida en despojo de aquello que un día lo embrujó.

Langosta, “el Cebollero”, es otro rostro del arrabal. Malevo de cuchillo rápido y sonrisa feroz, una noche de invierno se lo vio caminar con un pucho apagado en la boca y lágrimas en los ojos. En sus manos, el retrato de Carmen, la hija de Giacumin, aquella que le negó su amor. El compadrito temido se derrumba en soledad, mientras viejas y niños murmuran que esas penas de amor, tarde o temprano, salen a la luz. El tango lo transforma en símbolo del contraste entre la ferocidad pública y la fragilidad íntima.

Por último, aparece El Carrerito de Alberto Vacarezza. Un cochero de caballos que avanza con chiche, moro y zaino, alegrando las calles con su cadencia. Vanidoso, picaflor, galanteador, luce un clavel rojo en el chambergo mientras presume de oficio y de conquistas. Al terminar la jornada, se refugia en los ojos de su amada, donde el sol vuelve a nacer aun cuando la tarde se apaga. Entre el corralón, la cena sencilla y su violín, el Carrerito se hace canción, fundiendo trabajo, amor y música en la poética eterna del tango. 

Así, entre luces y sombras, valentías y derrotas, los personajes del arrabal siguen vivos en las letras. El tango los rescata de la penumbra y los convierte en emblemas de una época, donde cada historia es al mismo tiempo tragedia y celebración, lágrima y abrazo.









23 dic 2021

La poética del tango El choclo

 

El Choclo es uno de esos tangos criollos que parecen desafiar al tiempo. Compuesto en 1903 por Ángel Villoldo, sigue sonando en milongas de todo el mundo y basta escuchar sus primeros compases para que el ánimo se eleve.

El Club del Tango Cambalache recoge una curiosa anécdota sobre el origen del título: en una pensión llamada El Pinchazo se servía un gran puchero del que los parroquianos extraían lo más apetecible, el choclo. De ahí el nombre, tomado de ese alimento simple y sustancioso, cargado de vitaminas y minerales, que en el imaginario popular se vuelve símbolo de lo más sabroso y buscado.

Pero fue la versión de Enrique Santos Discépolo, en 1947, la que dio al tango su dimensión poética más profunda. En su letra, El Choclo deja de ser solo una melodía festiva y se convierte en una metáfora del tango mismo, entendido como un estilo de vida. Es la música del “burlón y compadrito”, compañero de la ambición y de los sueños de salir del barrio “buscando el cielo”. Es también conjura de amor y esperanza, mezcla de dolor, rabia y fe, todo envuelto en ese ritmo juguetón que llora y ríe a la vez.

En sus versos resuenan las calles de Buenos Aires, las “paicas y las grelas” que compartieron la milonga, y la nostalgia de un mundo que se despide. Carancanfunfa se hace a la mar con tu bandera, dice Discépolo, entrelazando París con el Puente Alsina y brindando con un trago de Pernod. El tango, que nació en los conventillos y ardió en la pasión de los compadritos, ahora viaja al extranjero para enseñar a bailar lo que fue primero vivencia popular y poesía de arrabal.

El milonguero —ese “triste compadre del gavión y de la mina”, bacán seductor y a menudo farsante— aparece como figura central. Hombre de cuchillo a la cintura, habituado a las juergas, ardió en los patios de los conventillos y hoy se marcha, llevando consigo el tango como bandera. Discépolo parece despedirlo con afecto y cierta incertidumbre, deseándole éxito en su viaje a Europa, pero también recordándole las raíces que deja atrás: las mujeres de pollera recta, los guapos del barrio, las calles encendidas de pasión y peligro.

Así, El Choclo se vuelve más que un tango: es un testimonio del desarraigo y la esperanza, un canto de despedida que encierra la tristeza de lo que se deja y la ilusión de lo que se busca. Una misa profana de faldas, querosén, tajo y cuchillo, que arde en los conventillos y en el corazón.


17 dic 2021

Poética del tango Naranjo en flor

Hablar de la poética del tango es hablar de Homero Expósito, poeta y letrista que supo unir la prosa con el tango–canción, dotando a cada verso de una hondura literaria poco común. Sus letras se convirtieron en verdaderos poemas, capaces de elevar la canción popular al rango de arte mayor.

Entre ellas, resplandece Naranjo en flor (1944), una obra que condensa en apenas cuatro estrofas la fragilidad del amor y el desgarro del abandono. Allí, Expósito describe a la mujer amada como “agua blanda y fresca, con aroma a naranjo en flor”, evocando un instante perdido en una calle cualquiera, donde quedó un pedazo de vida sin explicación ni consuelo.

La canción avanza como un itinerario del corazón: primero sufrir, luego amar, más tarde partir… y al final quedar atrapado entre el perfume del naranjo y las promesas vanas que se deshicieron en el viento. Es la pedagogía amarga de la experiencia, la enseñanza que solo el dolor deja grabada.

El poeta vuelve una y otra vez sobre la memoria de la felicidad perdida. La llama “eterna y vieja juventud”, esa ilusión que quedó trunca y que ahora acobarda, como “un pájaro sin luz”. La metáfora final es un lamento desgarrador: manos que se preguntan qué hicieron para merecer tanto dolor, allí, en la vieja arboleda, en la esquina que guarda un pedazo de vida.

Como en tantos tangos, Naranjo en flor vuelve al territorio de las promesas incumplidas y del amor que se desvanece. Pero aquí, Homero Expósito lo viste de perfume y nostalgia, dejando flotando en el aire la esencia de una poesía que sobrevive al tiempo, como ese naranjo que florece aunque el viento arrastre sus recuerdos.


2 dic 2021

La poética del tango, Al mundo le falta un tornillo

Ríete tú de los economistas, políticos y opinadores de la Gran Depresión. Porque, mientras ellos se empeñaban en explicar la crisis con cifras y discursos, fue el tango quien supo darle un verdadero sentido al dolor, al hambre y a la incertidumbre que se extendió por el mundo en los años treinta.

En 1932, Enrique Cadícamo escribió “Al mundo le falta un tornillo”, un tango que pasó revista, con crudeza y sarcasmo, a la miseria que llegaba importada desde los Estados Unidos y que golpeaba con dureza a América Latina. La Argentina, que había gozado hasta entonces de vacas gordas y un bienestar social envidiable, vio cómo sus esperanzas se desmoronaban, abriendo paso a la pobreza y a un escenario político inestable, sembrado de dictaduras sucesivas.

El tango comienza describiendo la atmósfera de la época: tristeza, melancolía, hambre. La gente sin garufa, apagada, resignada. El puchero, inalcanzable para la mayoría, se sustituye por “diez de fiambre” barato; y hasta el cuerpo se resiente: “cuatro kilos he baja’o”, dice la voz del cantor, mostrando cómo la crisis se lleva por delante la carne y el ánimo.

La miseria también desordena la moral. Allí donde no hay pan, la frontera entre lo honrado y lo delictivo se desdibuja. El tango lo pinta con ironía brutal: el ladrón se vuelve decente porque ya no encuentra a quién robar, mientras que el honrado, en su fiebre por ahorrar lo poco que tiene, se convierte en ladrón.

Y como si se tratara de un último lamento, el tango concluye con una súplica disfrazada de burla: “Al mundo le falta un tornillo, que venga un mecánico a ver si lo puede arreglar”. No lo dice un político, ni un economista, sino la voz del pueblo, cansada de diagnósticos y estadísticas, clamando por alguien que repare lo que parece roto para siempre.

Así, con humor ácido y con la fuerza de su poesía lunfarda, Cadícamo convirtió el desconcierto de toda una década en un espejo artístico y social. Porque en el tango, incluso la pobreza y el hambre encuentran un lugar donde hacerse canción.

22 nov 2021

La poética del tango, Melodía de Arrabal

En Melodía de Arrabal, con versos de Alfredo Le Pera y Mario Battistella, el barrio aparece como un universo entero. No es un barrio preciso, sino ese barrio de todos, capaz de reunir en sus calles a los amigos de siempre, a los afectos más hondos, a las broncas de la vida cotidiana y a los amores que laten en cada esquina. Allí, entre las milongas y las fiestas improvisadas, se dibuja la vida casi en su totalidad, con su mezcla de ternura y aspereza.

Desde la primera estrofa, la imagen se enciende bajo la luna. Una cortada humilde se ilumina de plateado, mientras el bandoneón deja escapar su queja doliente. En esa atmósfera, una pebeta, fresca como una flor, aguarda coqueta bajo la quietud del farol. Es la postal primera del tango: un instante suspendido entre música y deseo, entre luz y penumbra.

Le Pera, con su pluma, abre el corazón del barrio. Lo pinta como un gorrión sentimental, siempre inquieto, siempre herido, donde se cruzan la dureza maleva y la nostalgia más pura. Al evocarlo, el cantor confiesa la lágrima que rueda sobre el empedrado, un “lagrimón” que no es tristeza seca, sino un beso prolongado que el alma ofrece a ese suelo querido.

Pero el arrabal no es solo refugio de recuerdos dulces. También es escenario de broncas y engaños, de pasiones contrariadas y amores que encienden la noche. Allí viven Rosa la milonguita y Rita la paica, arquetipos del tango arrabalero, figuras que encarnan el vértigo del amor furtivo, de las promesas ardientes y las despedidas sin consuelo.

Ese barrio es cuna de tauras y de cantores, de entreveros y pasiones que quedan grabadas en sus muros como cicatrices. Los nombres amados, trazados con acero, permanecen en la memoria de las piedras, eternizando lo que la vida se llevó.

El arrabal, siempre al margen y a la vez tan próximo a la ciudad, es antesala y raíz, lugar de partida y de regreso. Desde allí brota la melodía del tango: música que abraza la vida, que guarda las risas y las penas de su gente, y que se vuelve compañía para quienes, lejos del barrio, lo evocan con lágrimas que todavía saben a ternura.

14 nov 2021

ARG Escuela de Baile “La Troupe” te invita al “Vermut espectáculo”

 

Magnifico concierto de flamenco, el que nos ha brindado el Centro Cultural Montaraz (La Troupe) de Santander en una nueva jornada de vermut en esta ocasión Vermut Flamenco.

El cuadro artístico ha estado formado por el cantaor Eduardo Florido, Toni León a la guitarra y Jonathan Perez al cajón, tres profesionales que durante hora y media nos han deleitado con un espectáculo muy diverso en el que se ha mezclado cante flamenco más clásico de soleares, seguidillas, fandango entre otros palos y un cierto flamenco/fusión para la interpretación de boleros, incluso la canción Viento del Norte del cántabro Nando Agüeros.

Un repertorio donde se han hecho presente retazos de cante jondo - capaz entretener al público más puristas – y al más profano que entre sevillanas y otras adaptaciones al flamenco principalmente de bolero han hecho que el recital se nos haya quedado corto.

Y en eso estábamos cuando Susana – promotora del evento – se arrancado como bailaora al espectáculo aportando calidad con la copla La Bien Paga del maestro Juan Mostazo y Ramon Perelló, una copla perfectamente interpretada por Eduardo Florido y bailada en perfecta armonía por Susana, un regalo inesperado al menos para mí.

Felicidades a Compañía “La Troupe” por estos nuevos espectáculos de Flamenco, Salsa, Teatro Tango entre otros, que juntamente con la ARG Escuela de Baile, están ofreciendo un lugar de entretenimiento y cultura a los santanderinos, mucho animo y adelante con la iniciativa merece la pena.

10 nov 2021

El tango Cambalache presente ayer, hoy y mañana

El tango Cambalache de Enrique Santos Discépolo, allá por el año 1935, levanto fuertes polémicas por lo que tuvo de acusación, a la enorme corrupción e impunidad en la gestión de lo público y lo político, y en buena medida, según el autor, en amplios espacios de la sociedad argentina de aquel entonces.

Pero el Cambalache de ayer, bien pudiera decirse que es el cambalache de hoy. Con otros personajes, pero en el fondo de la crítica mismo, basta con seguir la letra de este tango atemporal, para comprobar las sucesivas llamadas que se hacen a lo bueno y a lo malo, a robar y hacer el bien, a matar o curar, etc., llamadas que en otro contexto hoy también pudieran decirse a modo de denuncia política.

Pero vayamos por parte:

“Que el mundo fue y será una porquería”, no deja de ser una expresión especialmente radical al referirse al “dos mil también” aunque para muchas personas, ayer, hoy y posiblemente mañana no deje de ser una vida pésima, en la que solo han encontrado “chorros, y maquiavelos” personas que siempre obran con astucia y engaño para lograr sus ventajas, sin importarles los medios convirtiendo los “valores en dublés” a través del engaño.

 Al siglo veinte Santos Discépolo lo llamo el de “maldad insolente, y en el que todos estuvieron revolcaos y manoseados en el merengue”, un siglo, que aporto más bien poco a los ciudadanos, un siglo que dejo carencias sociales, guerras, pobreza, terrorismo etc. aunque también avances en tecnología, medicina, y ciencia en general, aunque para el maestro a la fecha que compuso el tango 1935 pasara un poco desapercibido.

 Y entre comparaciones estaba el tango, cuando confronto al ciudadano que va por la vida de forma correcta “por derecho” con el “ignorante o estafador” concluyendo que “es lo mismo ser un burro, que un gran profesor”.

 Han desaparecido los “aplazados que esperan en el escalafón” su momento para optar a la gloria, y como dice el tango los han “igualádo con los que con impostura, ignorancia y caradura”, se mezclan con “el cura y el señor”, y como ejemplo de tanto desatino, el compositor Discépolo nos recuerda que la sociedad mezcla personas de reconocimiento social, con los inútiles del momento  “como el famoso estafador Stravisky , con el fundador de la Orden Salesiana Don Bosco, a la mujer mantenida La Mignon, con Don Chicho el jefe de la mafia argentina, y Napoleón, al famoso boxeador italiano Carnera  y San Martín...”

Concluyendo el cambalache de aquel siglo veinte problemático y febril, con un mensaje a la necedad como si la situación no tuviera remedio recordando que el que no llora no mama y el que no roba es un gil, a la vez que le invita a que no piense más, porque a nadie le importa si nació honrado”. Así que no se esfuerce demasiado porque “da lo mismo trabajar como un buey, que vivir de los otros sin dar un palo al agua”

Y así va transcurriendo de milonga en milonga el tango Cambalache, recordándonos que la sociedad en general y las personas en particular, deben ser respetadas y reconocidas por sus valores, y que no son lo mismo personas que con inteligencia contrastada perseveran en hacer el bien, que los otros que con malas artes se aprovechan para su propio beneficio.

Cambalache ayer, hoy y mañana, nos descubre un sendero de denuncia por el que caminar, y para los milongueros que disfrutamos del baile del tango una canción referente, de un autor, Enrique Santos Discépolo, actor, director de cine y teatro y sobre todo, compositor entre otros de los tangos famosos Yira, Uno, Cafetín de Buenos Aires... 

20 oct 2021

Aproximación al “guapo” protagonista del tango Malevaje

 

En el tango de Malevaje letra de Enrique Santos Discépolo y música de Juan de Dios Filiberto, compuesto en el año 1928, se destapa la figura del “guapo”, un personaje, que con la agresividad del momento se jugaba la vida - puñal en mano - en peleas callejeras diarias, en muchos casos, para impresionar a las mujeres, cuando no disputando su amor a otros hombres, incluso poniendo su bravura al servicio pendenciero de otros.

A ese guapo, que por lo visto está perdiendo su condición de asesino y pendenciero, incluso convirtiéndose en un cobarde, se refiere el tango “Malevaje”, cuando se pregunta “Decir por Dios, que me has dado, que estoy tan cambiado, que hasta los compañeros del malevaje me miran extrañados, sin comprender porque “me ven perdiendo el cartel de guapo” “embretao” confundido en aprietos, “vencido y maniatado”cuando hasta ayer brillaba por la acción”.

Ese guapo que sorprende a la “patota” ha caído en el encanto del enamoramiento de una mujer, que le hace cambiar el modo de vida, desde una decisión personal no exenta de contradicciones, y que le lleva a rechazar “la pelea quien nunca aflojo” traicionando los códigos de valentía de macho que le están convirtiendo en un cobarde para el grupo, y a la vez sometiendo a la angustia que le lleva a encerrarse y llorar”.

Y el guapo, el protagonista y siempre citado en el tango, revive nada más ver “tanganeando y altanera” a la mujer a quien ama, como va perdiendo la fe, el coraje hasta el ansia de guapear”, una situación personal que le lleva a reconocer, que ante su “pasado malevo y feroz” no le queda más “que ir a misa e hincarse a rezar” como lo hacen las mujeres.

Y quien fue el malevo mas arrogante e engreído del arrabal, hoy enamorado hasta las trancas, compite con sus contradicciones que le hacen débil, a la vez que empieza asumir que su vida, ya no va a ser la misma, que está dando paso al amor, y a los nuevos sentimientos, y que merecen más la pena, que su vida de ayer cargada de violencia y riesgos.

Importante mensaje del poeta, compositor, actor y autor teatral Enrique Santos Discépolo, que dejo en su tango Malevaje, buenos consejos para el “guapo” capaces de abrir su corazón a los nuevos sentimientos.

 

MALEVAJE

¡Decí, por Dios, que me has dao

Que estoy tan cambiao!

¡No sé más quién soy!

El malevaje extrañao

Me mira sin comprender

Me ve perdiendo el cartel

De guapo que ayer

Brillaba en la acción

No ven que estoy embretao

Vencido y maniao

En tu corazón

 

Te vi pasar tangueando, altanera

Con un compás tan hondo y sensual

Que no fue más que verte y perder

La fe, el coraje, el ansia'e guapear

No me has dejado ni el pucho en la oreja

De aquel pasao malevo y feroz

Ya no me falta pa completar

Más que ir a misa e hincarme a rezar

 

Ayer, de miedo a matar

En vez de pelear

Me puse a correr

Me vi a la sombra o finao

Pensé en no verte y temblé

Si yo que nunca aflojé

De noche angustiao

Me encierro a llorar

¡Decí por Dios que me has dao

Que estoy tan cambiao

¡No se mas quien soy¡