20 dic 2025

Cuando el tango abre una última puerta: retrato de un hombre en “escala emocional"

El largometraje del director francés Stéphane Brizé, - No estoy hecho para ser amado - galardonado con el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos en el Festival de San Sebastián de 2005, retrata la vida de un secretario judicial cincuentón cuya existencia deja mucho que desear. Jean-Claude carga con un padre gruñón que jamás le mostró afecto, un matrimonio que terminó en divorcio y un hijo treintañero que le teme más de lo que le entiende. En un intento de escapar de tanta desolación, decide apuntarse a una escuela de tango.

Lo que podría parecer una distracción más se convierte en un punto de inflexión. Allí conoce a Françoise, veinte años menor que él y a las puertas de una boda que su alma marchita no consigue celebrar. Ambos, heridos a su manera, descubren en el abrazo del tango un respiro que no sabían que necesitaban.

Brizé explica que la película nació del deseo de observar a un hombre incapaz de expresar o recibir emociones en un momento de profunda fragilidad. A sus cincuenta años, Jean-Claude intuye que tal vez esté ante su última oportunidad de construir algo afectivo, aunque no tenga idea de cómo abrir su corazón. Esa vulnerabilidad, donde todo parece posible, lo deja expuesto a sensaciones que nunca aprendió a manejar.

El director eligió el tango como eje porque, según afirma, quería que su protagonista se enfrentara a algo que lo desestabilizara y emocionara sin comprender del todo por qué. Para él, el tango es sensual sin resultar amenazante para alguien que no se siente cómodo ni con su cuerpo ni con sus emociones. Además, su melancolía encaja de forma natural con la personalidad de Jean-Claude y con el universo creativo de Brizé.

Los tangos de Carlos Di Sarli y Horacio Salgán envuelven esta magnífica película, que vuelve a demostrar que el baile, y en especial el tango, puede ser una auténtica terapia contra la soledad. Compartir la danza y los instantes luminosos que ofrece vale infinitamente más que resignarse a la supuesta “pérdida de tiempo”.

14 dic 2025

Paula Fernández Viaña y el pulso interno que pone a prueba al PRC

 

Mal que les pese a algunos alcaldes y a otros dirigentes del PRC, Paula Fernández Viaña ganó las primarias con el 65,3 % de los votos, convirtiéndose en la candidata oficial del partido para las elecciones regionales de 2027 y llamada a suceder al líder histórico, Miguel Ángel Revilla. Si el PRC no quiere recorrer la misma senda que el Partido Popular —sustituyendo a Casado por Feijóo de forma abrupta y poco edificante— el partido, todo el regionalismo cántabro, debería cerrar filas en torno a su candidata.

El pasado mes de octubre, el Comité Ejecutivo aprobó cinco condiciones en relación con unos presupuestos “viables y sin coste económico” que el Gobierno del PP debía aceptar como punto de partida para negociar el Presupuesto de 2026. Sin embargo, la estrategia de María José Sáenz de Buruaga parecía perfectamente definida: plantear un pulso político —quién sabe si con la complicidad de algunos alcaldes regionalistas— para forzar el repliegue de la candidata oficial del PRC.

De poco sirvieron las escasas reuniones mantenidas. El PP tenía claro su relato, dirigido especialmente a los alcaldes regionalistas: que el PRC “nunca tuvo voluntad de apoyar el presupuesto” y que todo había sido “puro teatro”. Una posición que evidenció un desencuentro político deliberado.

Como era previsible, la respuesta no se ha hecho esperar. Un reducido grupo de alcaldes regionalistas, encabezados por el histórico Francisco Asón, ya amenaza con abandonar el partido si Paula no “dobla la cerviz”, modifica la estrategia aprobada por la Ejecutiva Regional y firma el presupuesto autonómico, incluso incumpliendo los acuerdos adoptados por el propio partido apenas un mes antes.

Parece no importar que Paula haya defendido recientemente en el Congreso Nacional a las enfermeras y fisioterapeutas, que haya criticado al Gobierno central y autonómico por el retraso de los nuevos trenes de cercanías, o que se haya posicionado con claridad en defensa de las prioridades regionales - sanidad, servicios públicos e inversiones - frente a otros partidos centrados exclusivamente en agendas nacionales.

Por lo visto, ahora lo que toca es “apañar” un año más el presupuesto regional, aunque ello suponga la humillación de la estrategia del partido, que durante meses ha ejercido una oposición responsable al Gobierno de Buruaga, planteando alternativas a corto y medio plazo con la vista puesta en las próximas elecciones.

Soy de los que piensan que el relevo de Revilla por Paula proyectará una combinación de continuidad y renovación que puede consolidar, e incluso ampliar, la base electoral del PRC en Cantabria. Paula tiene la capacidad de conectar con un electorado más joven y, desde una posición de centro y regionalista, atraer a votantes desencantados tanto del PP como del PSOE, partidos que hoy solo parecen ofrecer confrontación permanente y barro político.

11 dic 2025

La vieja herida urbanística del Sardinero: memoria de un pelotazo que vuelve a escena

Hay historias urbanísticas que, por más años que pasen, siguen proyectando su sombra sobre la ciudad. La operación que transformó los antiguos Campos de Sport del Sardinero en el actual Parque de Mesones es una de ellas. Hoy reaparece con fuerza, justo cuando se vuelve a hablar de remodelar el estadio del Racing y de redefinir todo su entorno.

Conviene agradecer a la periodista Olga Agüero, de Diario.es, que haya recuperado un episodio que muchos prefieren olvidar. Su reportaje recuerda cómo, hace cuatro décadas, el Ayuntamiento compró el viejo campo para derribarlo y crear un parque que compensara el exceso de edificabilidad de Feygon, auténtico beneficiario de una maniobra que, vista en perspectiva, encaja en todas las definiciones de “pelotazo urbanístico”.

Detrás de aquella operación hubo acuerdos políticos transversales, silencios cómplices y decisiones que transformaron un solar deportivo en un terreno urbanizable. Un embargo pactado permitió adquirir el Racing a precio de saldo, remodelarlo y, finalmente, demolerlo para justificar unas zonas verdes que no respondían a una demanda ciudadana, sino a una necesidad administrativa: regularizar un exceso de volumetría ya consumado.

Quizá por eso no sorprende la inquietud de la actual corporación municipal ante el nuevo proyecto para el estadio. La posible ampliación edificatoria y la explotación futura de los locales comerciales previstos despiertan un déjà vu inevitable. En Santander conocemos bien cómo empiezan estas historias… y cómo suelen terminar.

El futuro del Sardinero está aún por decidir, pero recordar lo que ya ocurrió no es un ejercicio de nostalgia: es una obligación democrática. Reportajes como el de Olga Agüero son necesarios porque devuelven a la memoria colectiva episodios que no deben repetirse. La ciudad tiene cicatrices —los Campos de Sport, el Río de la Pila, el Teatro Pereda— y solo se curan reconociéndolas, no ocultándolas.

Santander no puede permitirse otro capítulo de improvisación interesada. Esta vez, la transparencia debe ser tan sólida como los cimientos que se proyecten sobre ese suelo. Sólo así la ciudad aprenderá, de una vez por todas, a cerrar sus viejas heridas. 

6 dic 2025

La Marea Vecinal Despierta: Santander exige ser escuchada

La marea vecinal de Santander ha dicho “basta” al modelo de ciudad que, según denuncian, la alcaldesa Gema Igual y su equipo están imponiendo sin diálogo ni participación ciudadana. Con esta contundencia,numerosas asociaciones de vecinos han anunciado una campaña de movilizaciones y denuncias, que ya ha comenzado a tomar forma con dos conflictos recientes, el intento municipal de habilitar un aparcamiento de autocaravanas en Mataleñas, y la instalación de un McDonald’s en Puerto Chico, que los vecinos consideran incompatible con el compromiso previo de respetar la identidad histórica de La Plazuca del Pescado durante la rehabilitación del mercado.

No es la primera vez que el movimiento vecinal se une ante decisiones municipales que afectan de lleno al urbanismo y al turismo. Las asociaciones lamentan enterarse por la prensa de proyectos que transforman sus barrios, cuando —recuerdan— tienen derecho a ser informadas y consultadas antes de que los hechos estén consumados.

A ello se suma una lista cada vez más larga de quejas que los vecinos consideran olvidadas: problemas de limpieza en los barrios, presencia de ratas, inundaciones recurrentes con lluvias moderadas, desigualdades en el trato entre zonas de la ciudad o los desencuentros del Ayuntamiento con otras administraciones por asuntos como La Horadada, La Remonta o los Galeones de Vital Alsar. Todo ello conforma un panorama de asuntos sin resolver que, a juicio de los vecinos, requieren consenso político y participación ciudadana real.

El sentimiento de abandono también se acentúa en lugares como el Cabildo de Arriba o el Sardinero, donde el paso del tiempo no trae soluciones, sino actuaciones puntuales que, según denuncian los residentes, no abordan los problemas estructurales: un derribo aislado, una mano de pintura en una verja… y poco más.

Resulta llamativo que un movimiento ciudadano que durante décadas fue ejemplo de participación activa en el Ayuntamiento, hoy se vea obligado a recurrir a la movilización para hacerse escuchar. Las asociaciones señalan otras ciudades —como Barcelona— como ejemplo de que es posible gobernar teniendo en cuenta la opinión de los vecinos en materias tan decisivas como las viviendas turísticas, la movilidad, el urbanismo, el espacio público o las terrazas.

Comparto plenamente la reivindicación de estas asociaciones: esta movilización no nace de intereses partidistas, sino del deseo legítimo de que los barrios y sus habitantes tengan voz. Los partidos —también los de la oposición— deben atender ese clamor ciudadano. Pero es la alcaldesa Gema Igual, y el Partido Popular tras tantos años en el gobierno municipal, quienes más deben garantizar que Santander no se gobierne de espaldas a los santanderinos.

26 nov 2025

El tango: cuando la emoción se hace abrazo

“El tango es un sentimiento”, escribe María de los Ángeles Montes, del Instituto de Humanidades (Argentina). Y basta ver a dos personas bailarlo para entenderlo: el tango no se piensa, se siente. Es una emoción que viaja entre dos cuerpos y se hace visible en un abrazo.

Montes distingue entre las emociones que surgen de lo que hacemos y aquellas que logran conmovernos de verdad. Para quienes bailan tango, esas emociones nacen tanto de la música como del propio baile: un lenguaje sin palabras que puede despertar alegría, vértigo, calma o placer.

Música y danza forman un todo inseparable. El tango no es solo algo que se escucha o se baila: es algo que se vive.

Pero las emociones que aparecen en la pista no son solo sensaciones del cuerpo. Están hechas de decisiones y significados: la elección de la pareja, el deseo o la expectativa del encuentro, el sonido del bandoneón, la precisión — o el temblor — de los pasos. Y también esa “conexión” tan especial que los milongueros buscan y que muchos describen como un pequeño misterio compartido.

Entre lo que se siente al bailar y lo que después se cuenta hay una distancia. Las emociones rápidas — como la alegría de una tanda o el simple gusto de moverse — a veces se consideran menos valiosas por durar poco. Para que el placer parezca importante, solemos convertirlo en “sentimiento”: algo más duradero y digno de recordar. Así, los sentimientos ordenan y dan sentido a lo que vivimos.

Por eso, cuando los milongueros hablan de una conexión especial en la pista, no se refieren solo al deseo físico. Buscan algo que vaya más allá: una especie de vínculo profundo, una chispa única que, aunque rara, es lo que más valoran. Para ellos, ahí aparece el tango en su esencia.

Se ven a sí mismos como personas apasionadas, pero con una pasión cuidada, profunda, no superficial. Así quieren mostrarse: no como quienes bailan cualquier música, sino como quienes viven el tango, quienes sienten de otra manera, quienes encuentran en el abrazo una forma de decir quiénes son.

El tango, entonces, no es solo música ni danza. Es una manera de estar en el mundo, un espacio donde la emoción se convierte en identidad y la pasión se vuelve sostén. En cada giro y en cada pausa se repite el mismo deseo: dejar una huella, transformar lo efímero en algo que, al menos por un instante, se siente eterno.

16 nov 2025

El Ayuntamiento de Santander vulnera la libertad sindical de USO y margina a los trabajadores del SMTU

Hace unos días, desde la Unión Sindical Obrera (USO) se ha presentado ante el Juzgado de lo Social una demanda contra el Ayuntamiento de Santander por vulneración del derecho fundamental a la libertad sindical. El motivo: la exclusión del sindicato de la Mesa General de Negociación de Asuntos Comunes.

El Ayuntamiento pretende justificar esta decisión alegando que la representación sindical obtenida por USO en el SMTU no corresponde al consistorio, sino a una supuesta empresa independiente.

Una excusa injustificable, basada en una sentencia anterior plagada de inexactitudes e intereses políticos, que el concejal responsable ha decidido asumir como “verdad absoluta”. Con el argumento de ser una “sentencia firme” y bajo el pretexto de mantener la “paz social”, se niega a reconocer la representación legítima de USO, que en las últimas elecciones fue respaldada por un 20% de los trabajadores municipales.

Años de desigualdad y marginación

Durante demasiado tiempo, los trabajadores del Servicio Municipal de Transportes Urbanos (SMTU) han sido tratados como personal de segunda. Desde USO llevan años exigiendo que se reconozcan para ellos los mismos derechos laborales y sociales que disfrutan sus compañeros del Ayuntamiento.

Gracias a la presión sindical, se ha avanzado en su equiparación, pero ahora el consistorio vuelve a maniobrar para dar marcha atrás.

El Ayuntamiento ha aprobado un nuevo reglamento y ha solicitado un CIF propio y una nueva denominación para el SMTU, con el único objetivo de separar artificialmente a sus más de doscientos trabajadores del ámbito municipal. Todo ello se ha hecho sin el consentimiento de la plantilla y al margen del marco legal que corresponde.

Un intento de dividir y silenciar

Detrás de esta maniobra se esconde una clara estrategia: aislar a los trabajadores del SMTU y silenciar a la USO. La creación de un supuesto “organismo autónomo municipal” —que podría ser anulado por los tribunales— no es más que un intento de enmascarar una privatización encubierta y de excluir al sindicato de la negociación colectiva.

Mientras tanto, otros sindicatos guardan un silencio cómplice ante esta vulneración flagrante de derechos. El Ayuntamiento pretende justificar la exclusión de USO alegando la existencia de un “comité de empresa” propio, cuando en realidad se trata de una elección amañada para marginar la representación legítima en la Mesa General.

Respeto y justicia

Desde la USO están exigiendo que el Ayuntamiento de Santander ponga fin a esta discriminación sindical, reconozca su derecho a participar en la Mesa General de Negociación y devuelva al ámbito municipal a los trabajadores del SMTU, de donde nunca debieron salir. 

La defensa de los derechos laborales y sindicales no es negociable. No van a permitir que se silencie la voz de los trabajadores ni que se les utilice como moneda política.