6 dic 2025

La Marea Vecinal Despierta: Santander exige ser escuchada

La marea vecinal de Santander ha dicho “basta” al modelo de ciudad que, según denuncian, la alcaldesa Gema Igual y su equipo están imponiendo sin diálogo ni participación ciudadana. Con esta contundencia,numerosas asociaciones de vecinos han anunciado una campaña de movilizaciones y denuncias, que ya ha comenzado a tomar forma con dos conflictos recientes, el intento municipal de habilitar un aparcamiento de autocaravanas en Mataleñas, y la instalación de un McDonald’s en Puerto Chico, que los vecinos consideran incompatible con el compromiso previo de respetar la identidad histórica de La Plazuca del Pescado durante la rehabilitación del mercado.

No es la primera vez que el movimiento vecinal se une ante decisiones municipales que afectan de lleno al urbanismo y al turismo. Las asociaciones lamentan enterarse por la prensa de proyectos que transforman sus barrios, cuando —recuerdan— tienen derecho a ser informadas y consultadas antes de que los hechos estén consumados.

A ello se suma una lista cada vez más larga de quejas que los vecinos consideran olvidadas: problemas de limpieza en los barrios, presencia de ratas, inundaciones recurrentes con lluvias moderadas, desigualdades en el trato entre zonas de la ciudad o los desencuentros del Ayuntamiento con otras administraciones por asuntos como La Horadada, La Remonta o los Galeones de Vital Alsar. Todo ello conforma un panorama de asuntos sin resolver que, a juicio de los vecinos, requieren consenso político y participación ciudadana real.

El sentimiento de abandono también se acentúa en lugares como el Cabildo de Arriba o el Sardinero, donde el paso del tiempo no trae soluciones, sino actuaciones puntuales que, según denuncian los residentes, no abordan los problemas estructurales: un derribo aislado, una mano de pintura en una verja… y poco más.

Resulta llamativo que un movimiento ciudadano que durante décadas fue ejemplo de participación activa en el Ayuntamiento, hoy se vea obligado a recurrir a la movilización para hacerse escuchar. Las asociaciones señalan otras ciudades —como Barcelona— como ejemplo de que es posible gobernar teniendo en cuenta la opinión de los vecinos en materias tan decisivas como las viviendas turísticas, la movilidad, el urbanismo, el espacio público o las terrazas.

Comparto plenamente la reivindicación de estas asociaciones: esta movilización no nace de intereses partidistas, sino del deseo legítimo de que los barrios y sus habitantes tengan voz. Los partidos —también los de la oposición— deben atender ese clamor ciudadano. Pero es la alcaldesa Gema Igual, y el Partido Popular tras tantos años en el gobierno municipal, quienes más deben garantizar que Santander no se gobierne de espaldas a los santanderinos.

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