Si Alfred Hitchcok levantara la cabeza y viera sus “39 escalones” reducidos a una obra cómica como la representada recientemente en el teatro de Caja Cantabria, seguro que le entraría al menos un fuerte dolor de cabeza.
No resulta fácil ver como una obra, con fuerte componente dramático y por supuesto de intriga, pasa por la escena con golpes graciosos reducidos a meras expresiones que no son capaces de arrancar minimamente el aplauso, todo lo mas pequeñas sonrisas en momentos muy puntuales.
Un asesinato y un falso imputado va pasando por una persecución de la policía, recorriendo una trama - que en su huida ofrece momentos estelares al menos en la película original - que acaba con el enamoramiento dulzon del protagonista, un recorrido en que se ve obligado a vivir situaciones en buena medida dramáticas, pero que bajo los intérpretes de la obra se convierte en momentos grotescos.
Cabe destacar la actuación de los cuatro actores (Gabino Diego, Jorge de Juan, Diego Molero y Beatriz Rico) capaces de superponer diversos personajes a un ritmo totalmente acelerado, que para quien no conoce la obra de Hitchcok le puede parecer difícil de seguir, en definitiva grandes escenas reducidas a golpes cómicos, que quizá sean para un publico muy abierto acostumbrado a las nuevas expresiones teatrales, pero que en mi caso solo me sorprendió y no de forma muy positiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario