Lo que ocurre es que no los
recoge, y no me refiero sólo al fraude fiscal (90.000 millones de euros), sino
a las reducciones de impuestos que han estado ocurriendo en los últimos quince
años y, muy en especial, en las rentas de capital y en las rentas superiores,
reducciones que, como ha señalado el Fondo Monetario Internacional han sido
responsables de más de la mitad del déficit estructural existente en España.
El estado (tanto central como
autonómico) podría hacer obtenido 2.100 millones de euros manteniendo el
impuesto sobre el patrimonio, y 2.552 millones anulando la bajada del impuesto
de sucesiones, y 2.500 millones revirtiendo la bajada de impuesto que se aprobó
para las personas que ingresan más de 150.000 euros al año, y 5.300 millones
eliminando la reducción de los impuestos de las empresas que facturan más de
150 millones de euros al año (y que representan sólo el 0.12% de todas las
empresas) y/o 44.000 millones de euros anulando el fraude fiscal de las grandes
fortunas y de las granes empresas citadas en la frase anterior y/o 6.900
millones de euros aplicando un impuesto finalista en Sanidad (como ha hecho
Canadá) y/o 3.000 millones de euros gravando los beneficios bancarios (como ha
aconsejado el FMI), y/o 1.000 millones haciendo pagar 5 euros más por cada
pasajero que saliera de un aeropuerto español y(o casi 1.000 millones de euros
pagando las multas de tráfico según el nivel de renta del infractor (como en
Finlandia) y así un largo etcétera.
Con estos fondos podría haberse
creado empleo y con ello estimular el crecimiento económico disminuyendo así el déficit. El que estas
medidas no sean las que se tomen y en su lugar otras (recortes y más recortes)
se impongan se debe a la creencia errónea de que el gasto público es el
problema, y así estamos.
(Sacado de un articulo de Vicent Navarro en el Plural)
No hay comentarios:
Publicar un comentario