Por favor deje de interpretar la
biblia, deje que los evangelios nos hablen de Jesús, deje que nuestras
historias aprendidas por miles de años sigan animando las navidades, la pasión
y tantos y tantos momentos que nuestros mayores nos enseñaron.
Que ya no tenemos Portal de Belén,
que los reyes magos eran un bluf, que los pastores estaban por Belén sin haber
sido convocados por el ángel o que el ángel con estrella incluida, era mas un fenómeno
atmosférico que el envío del Padre para anunciar al Hijo, nos dejan bastante
asustados, confundidos _ diría yo - por esa historia que desde la niñez nos ha
producido, sustos y temor, felicidades y muchas alegrías a medida que hemos ido
viviendo nuestra fe.
Algunos dirán que ya iba siendo
hora de desmontar nuestras creencias, que estaban sustentadas en falsas
vivencias de una religión inventada, pero a nosotros nos valía y nos vale.
La vida de Jesús nos dio muchas
razones para creer en el, nos abrió caminos, su propio camino de solidaridad y
vida comprometida con los mas necesitados, la vida de la fe, esa que ha quedado
muy reducida después de las reflexiones que el Papa Benedicto XVI nos ha hecho
en su libro La infancia de Jesús.
Bueno, todo sea por la
recuperación de la fe en lo mas profundo y sensato de nuestra religión
cristiana, pero, a ella la debo sesenta años - que ya son unos pocos - aunque
prometo hacer un esfuerzo y releer esas reflexiones, para ver si soy capaz de
encontrar mas puntos de coincidencia.
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