Mucho
me temo que al alcalde de Santander Iñigo de la Serna, de nada le va a servir
este despliegue de obra municipal, que estos días esta presentando, a modo de
precampaña electoral por todos los rincones de la ciudad. Obras menores,
pavimentaciones, escaleras mecánicas y de las otras, viviendas de VPO,
alumbrados públicos, y otros remiendos, con los que quiere priorizar su
campaña, convencido de que su partido
político el PP, y el Presidente
de Cantabria Nacho Diego, poco o muy poco le van a ayudar en su incierto
triunfo de las próximas elecciones municipales del 2015.
Todas
las encuestas centran mayoritariamente en el PP, los temas de corrupción, la
mala gestión de la economía, provocadora de grandes desequilibrios sociales,
las sucesivas e ineficaces reformas laborales, el enorme gastos a favor de las
entidades financieras, entre otras que le colocan ante un descalabro electoral
muy importante.
Con
estos mimbres Iñigo de la Serna sabe muy bien que solo cuenta con sus activos,
personales y políticos, que por ahora de nada le han servido para dar el salto a
la política con “mayúsculas” en responsabilidades de estado o algo parecido.
Por
eso Iñigo de la Serna, ha pisado el acelerador con un despliegue de obras, más
propias de periodos de bonanza económica, que no de crisis como la actual,
convencido que solo así tendrá alguna posibilidad de sacar la mayoría necesaria
para volver a gobernar el ayuntamiento, y para ello no ha dudado en presentar
obras a diestro y siniestro (66 dice el Diario Montañés) que abarcan la
totalidad de la cuidad, y que generaran gastos muy importantes para una
economía municipal, que según dicen los concejales del PP se va a reducir en
unos 12 millones de euros en el 2015.
A
pesar de esta situación de supuesta merma en los ingresos, el ayuntamiento
parece estar en condiciones de financiar, obras tan importantes, como el
asfaltado de general dávila por importe de 500.000 euros, viales para Cueto,
San Román, Monte y Peña Castillo por 1 millón de euros, peatonalizaciones y
mejoras de viales en las calles del rubio, gravina, cuesta de la atalaya, o el
carril bici desde la marga a nueva montaña por 300.000 euros entre otras, obras
que con mucha prisa se están poniendo en marcha como mejor reclamo del voto.
Según
parece el voto es lo que vale, no importa, si se tiene dinero para abonar las
obras comprometidas o no (ya vendrá otra corporación hacerse cargo) en último
extremo, siempre se podrán subir los impuestos y reducir las prestaciones
sociales, que por otra parte todas las instituciones públicas están obligadas a
dar a los ciudadanos. Ahora de lo que se trata es poner el escaparate municipal
a punto y por lo visto solo se puede
hacer con las obras, aunque de nada le pueda sirve a la necesidad social, los asfaltados
y cambios de alumbrados, sino se tiene nada para echar al puchero o pagar los
libros de texto y la ropa para los hijos.
Algunos
dirán que la responsabilidad del ayuntamiento es limitada en los servicios
sociales, y nos les faltara razón, pero la crisis y sus efectos sobre los
santanderinos no es pequeña, por lo tanto, bueno seria, a la hora de aprobar la
ejecución de algunas obras, que los políticos municipales se acordaran de las
familias y sus necesidades, como lo hicieron los vecinos del barrio de Gamonal
en Burgos entre otras poblaciones españolas, que a través de la movilización
están presionando para que el gasto de los ayuntamientos tengan una orientación
prioritaria a las necesidades básicas de los vecinos.
Confió
que alguien le explicara al alcalde de Santander y candidato del PP a las
próximas elecciones municipales, que ahora lo que toca no es solo hacer mucha
obra municipal, sino pensar en los santanderinos, que las obras originales y
veraniegas están bien para las infografías, pero que no tienen cabida en estos
momentos, que pueden y deben esperar a
que la economía se vaya recuperando y con ello mejoren sustancialmente y sin
sobresaltos la recaudación, a que los más de 16.000 parados de nuestra ciudad
vayan encontrando trabajo, y con ello no sea tan necesario los servicios
sociales que presta el ayuntamiento, a que no se vea obligado como este año el
alcalde hacer público que en el mes de junio ya se habían acabado los recursos
para la ayuda a las familias necesitadas.
Con tu permiso publico tu correo para conocimiento general.
ResponderEliminarHola Antonio: Leido tu comentario sobre los sueños faraonicos de Iñigo, creo que los ayuntamientos tienen el deber de velar por el bien de sus habitantes en todos los sentidos, cosa que lo interpretan a antojo y de forma muy particular. Te voy hacer un comentario de la obra faraonica de la entrada de Santander por Marques de la Hermida.
Con el pretesto de hacer una entrada mas acogedora, Zona verde con verde, plantas, carril bici y el resto zona peatonal, mas o menos como el paseo Pereda de ancho, y un aparcamiento en el que ahora entran 180 coches menos que antes de hacer la obra. Los aparcamientos se podian haber dejado todos, solo es cosa de repartir mas acorde a las necesidades de la zona. Por si fuera poco la obra la han diseñado de tal forma que ahora cuando entras por Marques de la Hermida ya apenas se puede ver el barrio pesquero ni los atraques con los barcos de recreo como durante muchos años se podia apreciar como primer detalle de la zona marinera de Santander. Cuando pases por esta zona si te acuerdas lo miras.
Saludos
Jose luis