En primer lugar, para dotarnos de
financiación – solo contábamos con un millón de las antiguas pesetas, que nos
presto la confederación – y en segundo lugar definir que tipo de formación y
especialidades concretas podíamos impartir, todo ello considerando el amplio
abanico de centros de formación ocupacional existentes en la región, y
sobremanera, la oferta de los sindicatos mayoritarios y patronal que venía de
tiempo avalada por acuerdos con el gobierno regional.
Por lo que respecta a la
financiación lo resolvimos con Caja Cantabria, gracias a un préstamo de doce
millones de pesetas a devolver en cinco años, que sirvieron para alquilar una
nave de cuatrocientos metros cuadrados, y aulas en la calle Candina, con las
que conseguimos la homologación ante el INEM, y posteriormente por la Dirección
General de Trabajo. En cuanto a las especialidades, después de darle muchas
vueltas nos decidimos por la fontanería, calefacción, y gas en IG1 y IG2,
especialidades que nos generaron cierto reconocimiento entre los profesionales
de la construcción - en ello tuvo mucho que ver José Ramón Lavín, a quien
agradezco mucho su empeño por nuestro proyecto formativo - y las vinculadas al Medio
Ambiente, especialidades que nos parecieron de futuro.
Posteriormente y como complemento
a la formación dentro del sector de la construcción, solicitamos con éxito la
homologación de centro para la obtención del Carnet Profesional de Instaladores
de Gas, que facilitaba el Ministerio de Industria del Gobierno Central,
homologación que tenía en exclusiva el ITEC, dependiente del Colegio de
Ingenieros Técnicos de Cantabria.
Con estos mimbres nos lanzamos a
poner en marcha EFIE, con escasa experiencia y pocos conocimientos técnicos, a
no ser los obtenidos del centro de formación de la USO de Asturias. Enseguida
nos dimos cuenta que el éxito de nuestro proyecto formativo iba a estar
condicionado a los acuerdos que pudiéramos alcanzar con las diversas
administraciones de los gobiernos central y autonómico, acuerdos que
dependerían en buena medida de las relaciones institucionales que precisamente
nunca fueron nuestro fuerte.
En paralelo al centro de
formación, creamos Cantuso Sociedad Limitada, una empresa de servicios cuya
titularidad era en exclusiva del sindicato, y que tenia entre otras funciones
ayudar a los alumnos que finalizaban los cursos a encontrar un trabajo en las
empresas privadas que colaboraban con nosotros o en la economía social bien a
través del autoempleo o impulsando algún tipo de sociedad laboral.
Si tuviera que hacer un pequeño
resumen estadístico y valorativo de EFIE, este no podía ser mas que positivo, fueron
más de 700 los alumnos - durante el
tiempo que yo fui secretario general - repartidos en unos 51 cursos los que pasaron
por la escuela, que en más del 90% recibieron la calificación de aptos con una inserción
laboral alta principalmente en los cursos de Fontanería y Gas, inserción
laboral que alcanzo el 68% en los seis meses posteriores al acabar el curso por
lo tanto datos y valoración positiva.
Unos años después sin muchas
explicaciones, el sindicato procedió a cerrar la escuela, liquidar su
patrimonio, despedir a los profesores sin darles razones suficientes en
definitiva, dar un salto hacia atrás en la política de servicios sindicales, y
todo ello, para al final suscribir un acuerdo de formación profesional con la
patronal PYME del Metal para ayudarles a llenar los cursos, en fin decisiones
poco discutidas y bastante regresivas para el desarrollo de la organización,
pero esto no deja de ser una opinión personal.
Con este relato de antiguos
hechos sindicales que han marcado bajo mi punto de vista, el devenir del sindicato
en Cantabria, me dispongo a modo de epilogo, a contar mi salida del sindicato,
que por desgracia no ha estado exenta de confrontaciones, en muchos momentos difíciles
soportar, por actuaciones entre personas que provocaron mi distanciamiento en
cuanto a su estructura y cuadro dirigente no así entre compañeros y amigos
militantes, entre quienes me encuentro perfectamente identificado y en muchos
casos a su servicio.
Talleres Canduela
Pero antes de narrar esta ultima
parte, permitirme una breve nota sobre algunos asuntos sindicales que actualmente
me ocupan y preocupan como el juicio de la antigua Grúas Canduela, todavía en
fase de instrucción después de ocho años que se promovió denuncia ante la Inspección
de trabajo y fiscalía, denuncias por delito contra los trabajadores y
alzamiento de bienes.
Recordar a Talleres Canduela también
es recordar la historia de nuestra organización, en esa empresa trabajo uno de
los fundadores de la USO Cantabria, Juan José González Salas, que como ya
comente anteriormente falleció muy joven, por lo que no participo en los hechos
que provocaron el cierre de su empresa.
Traer a estos comentarios sindicales
a Talleres Canduela se justifica por los hechos que han ido sucediendo desde
1997 año que fue vendida a Serveis Administratius de Tarragona inicio de
problemas y más problemas en su desarrollo como una de las principales empresas
de grúas del sector de la construcción, problemas que han tenido a la ingeniería
financiera como baluarte a la hora de recoger los importantísimos beneficios
que se dieron con el bom de la construcción en España.
Y cuando digo ingeniería
financiera me estoy refiriendo, a que por la venta de sus terrenos en episodios
sucesivos pasaron al menos nueve sociedades entre inmobiliarias, sociedades
limitadas y entidades bancarias, muchas de ellas de apariencia legal pero
sociedades instrumentales a la postre, y como empresas de producción industrial
ocho, también la mayoría instrumentales, que esperamos se pongan en evidencia ante el juzgado para
que se las pueda condenar y con ello a sus titulares por presunto delito social
asumido por la fiscalía, y agencia tributaria entre otros que también se han
visto engañados por unos “artistas” que no dudaron después de haber ordeñado a
una marca prestigiosa como fue grúas canduela, despedir a la totalidad de la
plantilla - sesenta trabajadores – y llevarse todos los activos a distintas
empresa de Zaragoza.
Y mientras tanto a la espera del juicio, los
trabajadores siguen atentos a las operaciones de compra venta, que sobre los terrenos
– 9.500 metros cuadrados calificados de Espacio Terciario por el Ayuntamiento
de Santander – se van producido hasta
llegar a su actual titular Construcciones C15 – S.A, quien los ha cedido para
su explotación a el Supermercados LIDL, empresa que conoce perfectamente la
situación jurídica de los terrenos.
Destacar que la Agencia
Tributaria también abrió Procedimiento de Derivación de Responsabilidad
Tributaria, declarando que los administradores de estas sociedades encadenadas estaban
creando un conjunto de negocios para reducir los activos líquidos a favor de
los socios, a traves de cuantiosos gravámenes hipotecarios sobre los terrenos y
sede de la actividad, actuación administrativa que demuestra que no solo los
trabajadores han sido agraviados en sus derechos sino la propia administración
con el engaño tributario.
En mi calidad de asesor sindical desde el
principio me he sentido vinculado a este grave conflicto, la USO no solo tenía
afiliados entre los despedidos sino representación sindical en el Comité de
Empresa lo que nos obligaba al asesoramiento y en buena parte representación de
los trabajadores, por eso no dudamos en presentar denuncias ante la inspección
de trabajo, juzgado de lo social y fiscalía general de Cantabria, actuaciones
que esperemos sirvan para que el juzgado pueda dictar sentencia a favor de los
trabajadores y contra los empresarios una sentencia ejemplar que no les permita
cometer actuaciones como las que he comentado.
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