Las cartas de las golondrinas , las cartas que van y vienen cargadas de
sentimientos, voluntades, mensajes e intenciones de los que se fueron hacer las
américas a primeros del siglo XX, de los españoles que salieron del país empujados
por la necesidad con destinos diversos, y todos convencidos de volver cargados de recursos con los que aliviar
la miseria y el hambre que dejaban atrás.
Este es el mensaje que magníficamente representa Escena Miriñaque en el palacio
de festivales de Santander, luciendo el premio recientemente obtenido Max Revelación
2013.
Dos mujeres, Noelia Fernández y Esther Aja - que acompañados por cuatro
figurantes – se entrecruzan como madre e hija en cualquier rincón de España
y como emigrantes en el otro lado del océano, van explicando al espectador los porqués de la marcha y como emigrantes su llegada e inserción en el nuevo mundo,
un relato cargado de humanidad que no deja a nadie indiferente, porque todos
tenemos memoria y razones personales que solo hace falta activarlas.
La autora de la obra (Blanca del Barrio) ha sido capaz de fundir en un
mismo acto la emigración de ayer con la de hoy que salvando las distancias
responden a la misma necesidad de trabajo y estabilidad social.
La obra tiene su momento de crítica, recordando a literatos, científicos,
doctores, pintores, músicos, artistas e intelectuales en general, que en el
exilio encontraron el reconocimiento, a la vez que se empobrecía cada vez mas
nuestro país. Y en esto estábamos cuando se abrieron las ventanillas para
recordarnos a los emigrantes de hoy que quizás mas cerca de nosotros en Europa,
se afanan por ganarse la vida y conseguir de su cualificación profesional el reconocimiento
deseado.
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