La vieja historia de
Moliere ha vuelto a la escena de manos de la compañía Kamikaze Producciones en
el Palacio de Festivales de Santander. Un misántropo actualizado que pone en
momento la vieja, viejísima costumbre de hablar de todo y de todos con la
clásica maledicencia y la crítica del que siempre quiere quedar bien y no deja de
adular y a la vez que descalifica a diestro y a siniestro.
Por la escena del
palacio de festivales convertido en patio trasero de una discoteca de moda a
ruido de bacalao a nada que se abría la puerta, van pasando siete personajes (cuatro
hombres y tres mujeres) que entorno al personaje central Alceste –misántropo por antonomasia que
siempre dice la verdad y a la vez odia a los que la ocultan y/o la disfrazan para
mantener la supuesta cortesía entre las personas- se van expresando las
criticas de las parejas, las opiniones interesadas, alguna que otra baja pasión
y mucha literatura para los momentos que van recordando los personajes de
Moliere adaptados magníficamente por la nueva versión de Miguel del Arco.
Fuertes confrontaciones
entre viejos amigos, que discuten por reprocharse comportamientos de bien queda,
por quien rechaza la mentira aunque sea por supuesta buena educación, el
matrimonio que aprovecha el momento para sincerarse ante su pareja, la amiga
que amparándose en su sinceridad hace daño sin importarle los sentimientos de
la otra, el político que en público alaga para un minuto despues descalificar a
quien supuestamente se aprovecha de su posición social, aunque en definitiva
ambos se necesitan, en fin, muchas situaciones que durante casi dos horas van
llevando al espectador a entrar en el debate entre personas que discuten una y
otra vez, guardando las apariencias
mientras que a la vez reclaman la sinceridad pura y dura para mover su
conciencia, aunque de verdad lo único que tienen es miedo a esa verdad.
Felicidades para
Kamikace Producciones, que se está abriendo un espacio de primera, en la
siempre difícil escena española.
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