Prietas las filas, que
no se escape nadie, que el voto se cierre entorno a la ley de Gallardón aunque
para ello sus señorías – eso espero – lo hayan tenido que hacer cerrando los
ojos y tapándose los oídos, para no escuchar ni ver, a la mayoría ciudadana que
una y otra vez están diciendo que la nueva ley del aborto nos detrae a un
pasado que solo aportaba desamparo, y situaciones familiares indeseables,
cuando no, agresiones mas que probadas para la mujer y su maternidad. De esta
manera tan sumamente insensible se han expresado a través del voto secreto las
mujeres y los hombres diputados del Partido Popular en el Parlamento.
Nuevamente se ha
perdido otra oportunidad para devolver la cordura a una norma, la del aborto,
que despues de muchos años, no estaba generando ningún problema, incluso para
esos retrógrados, amantes estériles de una falsa religión católica, que
prefieren condenar a la mujer a los
riesgos del embarazo no deseado, aunque para ello tengan que acabar con la ley
de plazos que no hacía otra cosa que facilitar el tiempo a la mujer – y en
muchos casos a la familia – a resolver situaciones ante el embarazo no deseado
por causas diversas.
El Partido Popular y su
ministro Gallardón ha justificado, esta decisión de unanimidad, amparándose en
que sus diputados no han hecho otra cosa, que responder a la voluntad mayoritaria de quien
precisamente hace algún tiempo les voto.
Vaya forma de entender
la democracia, la del secuestro de voto durante cuatro años, la de considerar
que estas, y estos diputados, por ser elegidas, ya tienen patente de corso para
hacer lo que les viene en gana. Pues va
a ser que no, que los votantes – los que votaron al PP – y los que no lo
hicieron, tenemos también derechos durante su mandato político, y nos gustaría ejercerlos,
para eso están los referéndum, las consultas abiertas, los debates plurales, para
que ustedes hagan lo que la mayoría piensa en cada momento y sobretodo en este
tema que afecta a las personas directamente, escuchen y obren en consecuencia.
Hace unos días, el
propio Rajoy parecía que tomaba nota del rechazo que produce esta ley entre los
ciudadanos - incluso entre algunos de sus diputados – y de esas maneras abría
la posibilidad al consenso, está claro, que con esta votación a instancia de la
oposición, no ha sido posible, confiemos que en la vía parlamentaria posterior
el consenso, se abra paso y se evite esta modificación.
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