Pablo Iglesias, Secretario General de Podemos
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Si no fuera por la generosidad y la
solidaridad familiar de los pensionistas, este país no habría podido resistir
la última década. Millones de abuelas y abuelos, que ya se rompieron la espalda
trabajando durante toda su vida laboral, han tenido que estirar su pensión para
proteger a sus familias mientras las élites se pegaban la fiesta con el dinero
de todos y todas. Ellos y ellas han sido la red que ha salvado a miles de
hogares de una caída aún más dura. Un Gobierno responsable debería reconocer el
enorme esfuerzo que han hecho y defender unas pensiones dignas. Pero el
Gobierno corrupto e insensible del señor M. Rajoy les da la espalda.
Si quienes se sientan en el Consejo
de Ministros tuvieran la centésima parte de la decencia que han demostrado
nuestros mayores, lo mínimo que deberían hacer es dejar de negar la realidad.
Pero en lugar de eso, tienen la desvergüenza de ponerse delante de un
micrófono y decirles a los pensionistas que lo que ven con sus propios ojos es
mentira, que no han perdido poder adquisitivo, que todo va de maravilla. Eso
sí, que no olviden aconsejar a sus hijos e hijas que ahorren un café al día
para no tener que buscar en la basura cuando lleguen a su edad, porque eso de
tener una pensión después de toda una vida trabajando es cosa del pasado.
Sospecho que el señor M. Rajoy subestima la entereza, el coraje y la conciencia
de país de nuestros mayores. Lo pagará caro.
Los pensionistas merecen saber una
cosa: que mientras el Gobierno intenta tomarlos por tontos negando su pérdida
de poder adquisitivo, mientras que intenta aplacar las movilizaciones con la
promesa de un parche en forma de rebaja fiscal, lleva meses rechazando una tras
otra las leyes que hemos presentado desde Unidos Podemos para garantizar de
verdad unas pensiones dignas.
En octubre de 2016 llevamos al
Congreso una ley para que las pensiones subieran al 1,2% (precisamente esta
semana hemos sabido que el IPC sube al 1,1%). El Gobierno la vetó, impidiendo
siquiera que se debatiese y votase, con el apoyo de C's.
En julio de 2017 presentamos otra
ley para derogar las reformas de PSOE (2011) y PP (2013) y hacer una reforma
integral del sistema de pensiones. Contemplaba, entre otras medidas: devolver
la edad de jubilación a los 65 años; ninguna pensión por debajo del salario
mínimo interprofesional, con especial atención a las pensiones no contributivas
(tres de cada cuatro las tienen mujeres); fin de las bonificaciones a los
planes de pensiones privados; volver a ligar las pensiones al IPC, y acabar con
el mal llamado «factor de sostenibilidad», que amenaza el futuro del sistema de
pensiones. De nuevo el Gobierno la vetó impidiendo su debate y votación, y de nuevo
con el apoyo de C's.
Hace un mes, en enero de 2018,
presentamos una nueva ley para subir las pensiones con el IPC y eliminar el
factor de sostenibilidad. El Gobierno aún no ha dado respuesta.
Los pensionistas merecen saberlo.
Merecen saber que hay un Gobierno corrupto que está bloqueando en el Congreso
propuestas claras, eficaces y perfectamente posibles que podrían mejorar
sensiblemente su situación y la de sus familias, y que servirían para blindar
las pensiones futuras. ¿Y saben cuál es la razón que alega para rechazarlas? Un
clásico: que afectan a los presupuestos y que no hay dinero. Para gastar más de
3 millones de euros en enviar a cada pensionista una carta con propaganda
política de su insultante «subida» del 0,25%, sí hay dinero. Para rescatar bancos
y autopistas, todo el que haga falta. Para proteger un derecho fundamental
recogido en la Constitución… eso ya es otra cosa.
Nuestros abuelos y abuelas no solo
se dejaron la piel trabajando para construir un futuro para sus hijas y sus
nietos, también se jugaron la libertad en la calle para traer la democracia a
España. Ellos y ellas nos enseñaron cómo se pelea por nuestros derechos. Ahora
nos vuelven a marcar el camino. Y no vamos a dejarlos solos.
La primavera está llegando, y este
año viene cargada de dignidad y esperanza.
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