5 oct 2014

La transparencia para cuando.


Cuando los políticos que hoy sufrimos, quieran ponerse de acuerdo sobre la corrupción, ya no será necesario, la justicia, los ciudadanos con su denuncia, ya se abran hecho cargo de los sinvergüenzas que desde sus poltronas se vienen beneficiando y mucho del dinero de todos.

 Ahora toca las tarjetas opacas de Caja Madrid. Ochenta y tres consejeros puestos a dedo por partidos políticos, sindicatos, patronal, administraciones varias entre otras, que con su plástico en la mano, han usado y abusado de una de las principales cajas de ahorros, que lejos de ser gestionada con la honradez de lo publico, la echaron mano para forrarse y de forma descarada consumir a su antojo en todo y para todo.

He leído estos días que el uso de las tarjetas opacas es una practica habitual de la banca y de las empresas publicas, incluso entre consejeros que habiendo dejado el cargo seguían gozando de ellas. Entre ellos los afamados Miguel Blesa y Rodrigo Rato, que empeñados en demostrar su buena gestión en Caja Madrid, según parece, se olvidaron también de controlar el gasto de sus colegas consejeros, para con ello, comprarles su conciencia, honor y silencio, en todo momento, especialmente cuando el presidente Blesa fue puesto en entredicho por la justicia.

 Entre estos colegas del negocio fácil, sindicalistas de UGT y CCOO que solo por su representación social debieron ser transparentes como el agua clara, y no tener que verse ahora dimitiendo y medio escondiéndose entre la vergüenza y la denuncia publica.

Con el plástico en la mano estos defensores de la buena gestión, se fueron al supermercado, hoteles restaurantes, cajeros automáticos para sacar efectivo, etc., con una tranquilidad pasmosa, convencidos que estaban ejerciendo de un derecho por echar unos ratos en reuniones entretenidas.

 Que vergüenza, todos los días salen escándalos, y lo que es peor, no parece que esto vaya a tener final, porque a nada que se investigue, siguen apareciendo personajes públicos y nuevas organizaciones, que gastaron escondiendo hacienda, lo que debió ser  complementos salariales y no gastos de representación, dietas y demás dadivas que veremos como acaban.

Así que ya saben los diputados y gobiernos en general, o se dan prisa en poner legislación,  transparencia, limpieza y orden entre los suyos - en primer lugar devolviendo los dineros y dimisiones – o los ciudadanos les devolverán de donde nunca debieron salir la calle, y algunos que otros entre rejas.

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