Manuel Zaguirre
ExSecretario General de la USO. Militante PSC.
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Ayer decidí viajar para
estar unos días con mi familia de Hospitalet del Infant; desde Barcelona son
algo más de 130 kilómetros en cualquier tren de cercanías con destino a
Tortosa, o a Valencia en su caso.
Por la mañana, en casa
aun, oigo en un informativo horario que han habido graves disturbios en Salou,
con cortes del tráfico ferroviario, a causa de una intervención policial contra
“manteros” senegaleses que ha provocado el suicidio de uno de ellos. Yo vengo
de un tiempo y de un país, que diría nuestro querido Raimon, que cuando una
intervención policial llevaba pareja la muerte del intervenido nadie pensaba en
el suicido de éste …
Por precaución telefoneé
al servicio de Rodalies de Catalunya, cercanías, a ver qué incidencias había en
el trayecto (Salou está apenas a 25
kilómetros de Hospitalet del Infant viniendo desde Barcelona). La voz femenina
me informa, en un impecable catalán, que “a causa de actos vandálicos el
tráfico ferroviario está interrumpido en Salou, y que el tren nos llevaría
hasta Tarragona; allí un autobús nos llevaría hasta Cambrils –estación
posterior a Salou y anterior a Hospitalet- y desde allí continuaría a sus
destinos naturales de Tortosa o Valencia … Casi mecánicamente le contesto a la
voz femenina que “actos vandálicos son los de los policías autonómicos o
municipales acosando a los vendedores informales callejeros y robándoles la
mercancía…”, algo endémico y en auge en toda Catalunya. La voz femenina se debe
asombrar por mi comentario pero, muy profesional ella, me dice que “es la única
información de que dispongo, señor”.
Llego a Tarragona, allí
están los autobuses, uno de ellos me acerca a la estación de tren de Cambrils y
otro tren me acerca a mi destino, Hospitalet del Infant. Apenas dos horas de
retraso sobre el horario previsto, nada del otro mundo teniendo en cuenta que
entre Tarragona y L´Ametlla de Mar, unos 60 kilómetros, es vía única desde hace
siglo y medio, en un tramo de altísima densidad de tráfico ferroviario pues une
Catalunya con el Levante español y Andalucía, y viceversa… Eso sí, por el
camino y los trasbordos hay que soportar lo más incívico de alguna gente en
estos casos o comentarios racistas sin disimulo que son el reflejo de la
información y la ideología dominantes en estos temas de inmigración, vendedores
callejeros, competencia desleal, ¡hay que joderse!, y demás.
Ya en casa de la
familia, proceso el tema con sosiego, sopeso informaciones y busco formarme un
criterio propio; algo imprescindible siempre, máxime ante unos hechos que
incluyen la muerte de un ser humano que, muy probablemente, alguna vez me ofreció cualquier baratija en su peculiar francés o en su deficiente
castellano o catalán … pues los hechos y
la muerte han sucedido a escasos kilómetros de espacios muy habituales para mí.
Es por ello, y por
tantas otras razones, que puedo afirmar cuanto sigue:
1)
La versión oficial de que el vendedor
ambulante senegalés, manteros les llaman también, se suicidó porque sí sin que
mediase ninguna presión policial, tiene escaso fundamento y menor credibilidad.
Es más creible la versión de los amigos
y el hermano que estaban con él en el piso cuando irrumpió en tromba la policía
avasallando en busca de mercancías y personas “ilegales”. La cosa tiene más aspecto de homicidio, con
los atenuantes que se quieran, que de suicidio caprichoso. Están en Catalunya
intentando subsistir con lo que venden, conocen el acoso policial perpetuo y no
tienen el suicidio como salida o respuesta a su situación. Son vitalistas y combativos pese a todo. He conocido a muchos de ellos en
mi etapa de presidente de SOTERMUN y sé de lo que hablo. Una de las mejores
personas que tuve en mi equipo respondía a ese perfil de joven senegalés que
viene a intentar vivir para ayudar a los suyos allí, bien formado, honesto y
trabajador. Se llama Mamadou Agné y mantenemos el contacto si bien ya no
tenemos un espacio común de trabajo y
compromiso.
2)
Dentro del cuerpo de los Mossos D ¨Esquadra
(policía autonómica de Catalunya), hay indeseables en abundancia que
suplen con brutalidad la falta de profesionalidad. Lo prueba el hecho de que
son innumerables los denunciados y encausados judicialmente por palizas a
detenidos, actuaciones brutales en manifestaciones o conflictos callejeros,
y asesinato incluso … Las imágenes de 8
ó 10 de estos “policías” moliendo a
golpes a un infeliz hasta la muerte, ocurridas a un par de calles de donde yo
vivo, están aun en la retina del horror de la ciudadanía . Parte de esas imágenes eran de las
amenazas de los homicidas contra el
vecino que grababa la paliza mortal en su teléfono. Yo, que vivo al ladito del
mayor cuartel de estos mozos de escuadra que hay en Catalunya, en la calle Nou
de La Rambla tocando a Sant Oleguer, me pregunto de qué escuadras se habla para
identificar a esos indeseables que denigran el honor de todo el Cuerpo, porque
parecen surgidos de las escuadras pardas
o negras que en los años 30 del pasado siglo asolaron las calles de Alemania o
de Italia. Y, por supuesto, cuando estos
escuadristas se disfrazan de antidisturbios, como fue el caso en Salou,
resultan especialmente peligrosos.
3)
El problema de fondo y los antecedentes
de lo sucedido en Salou es la cuestión de la venta ambulante con la que sobreviven
miles de inmigrantes, senegaleses y de otras muchas nacionalidades, incluyendo
españoles. Es un auténtico acoso policial, ordenado por las autoridades, que
incluye requisarles, robarles, la mercancía y ponerlos en el disparadero de la
expulsión del país, pues muchos de ellos no tienen sus papeles en regla. Todos
hemos visto alguna vez a estos muchachos saliendo a la carrera con sus hatillos
de baratijas porque la policía se les echa encima. Ese acoso es extensivo a
otras actividades de supervivencia no sólo a la venta callejera. La razón que
se esgrime para dicho acoso es un monumento a la hipocresía. Se les acusa de
“competencia desleal con los honrados comerciantes –lease cadenas
transnacionales de distribución- que pagan sus impuestos”. ¿Dónde queda el
discurso sobre la libertad de comercio, de empresa, de mercado?. Para los
negritos manteros no cuenta por lo visto.
Al tiempo que se les cierran todos los caminos de supervivencia, y se
les exime piadosamente –hipocritamente- de responsabilidad, se aduce que las
mercancías que venden proceden de mafias que las producen a muy bajo coste. Y
yo les digo que proceden de los mismos sitios infernales que las mercancías que
venden las grandes cadenas comerciales españolas, europeas o norteamericanas: de
la explotación de mujeres, niños y hombres, que producen intensivamente con
salarios de hambre y condiciones de trabajo insoportables, en China, Bangla
Desh, Marruecos … Las multinacionales
pagan una ridiculez por el balón o la camiseta de Messi y a ti te la venden por
cien veces ese valor; el mantero te lo vende por la tercera o cuarta
parte…, ese es su delito.
4)
Dejémonos de cuentos con la “competencia
desleal” y digamos claramente que hay mafias de marca que producen barato y
venden caro y evaden o defraudan impuestos en mayor medida que los que pagan
contra mafias sin pedigrí que medran con la bobaliconería de las marcas y las
modas para gentes de escaso poder adquisitivo. Y entre esos dos fuegos están
miles y miles, millones y millones, de seres humanos, manteros o no, que
intentan sobrevivir produciendo o vendiendo para las mafias de marca o para las
mafias corrientes sin clase alguna.
5)
La economía informal, en sus mil formas,
incluida la de los manteros, es un fenómeno con un fortísimo peso en el PIB de
decenas de países en Africa, Asia o América Latina. Es un fenómeno inseparable
del subdesarrollo y el atraso impuestos, de la desigualdad y la injusticia
extremas, que caracteriza a esa gran parte de países de la Tierra, En la medida
que este capitalismo global y salvaje, de naturaleza especulativa y codiciosa
más que productiva, corroe también las estructuras económicas y sociales de los
países desarrollados o de capitalismo “avanzado”, es lógico que este fenómeno
de la economía informal o irregular avance también en esos países de primera
división, ya sea muy ligada a la inmigración a la desesperada, manteros y
similares, o ligada a la degradación de las condiciones de vida y trabajo de
millones de autóctonos. ¿Qué es la
hiperprecariedad laboral, los salarios
de pobreza, la explotación de los contratos por horas, la falta total de
horizonte para los jóvenes y para capas cada vez más ámplias de la población,
sino formas nuevas de economía informal y de vida irregular?.
Estos son los problemas
y los desafíos de fondo. ¿Piensan enviar a mozos de escuadra a combatir y a
ayudarles a suicidarse a esas masas ingentes y en aumento de seres humanos de
todo color y condición víctimas y supervivientes a la vez de la economía
informal y de una vida forzosamente irregular?.
Quedamos a la espera de respuesta. Mientras tanto, vaya este aviso para
navegantes políticos y administrativos: No podrán estar por mucho tiempo más
siendo arrogantes y despóticos con los débiles y serviles con los poderosos,
simplemente porque los primeros levan camino de ser inmensa mayoría y los segundos no son más que
aplastante minoría.
Por cierto, fuentes
oficiales de toda solvencia han cifrado en unos 9000 euros el coste de los
“actos vandálicos” de los manteros senegaleses en Salou el pasado 12 de Agosto.
Intolerable. Es una cantidad desorbitada, muy superior al coste de la vida de un puto negro al que ayudaron a suicidarse…
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