1 dic 2018

El Presupuesto Regional que viene 2019


En uno de los comentarios recientes del Diario Montañés, se venía a calificar el proyecto de Presupuestos de Cantabria como un “presupuesto con claro perfil electoral”, no quedaba claro si esta valoración correspondía al propio periódico o algún partido político de la oposición, sea como sea, coincido plenamente con esta definición para las cuentas del próximo 2019, para mí, se trata de un presupuesto continuista y falto de orientación política, en concreto, una lista de gasto comprometido mayoritariamente, en el que se incorporan - como viene siendo habitual - ayudas y subvenciones para entidades y asociaciones, con el claro objeto de silenciar la crítica, en definitiva, un presupuesto de perfil electoral que solo va tener la critica puntual de la oposición, pero sin resultado alguno. 

Una vez mas el Gobierno de Miguel Ángel Revilla ha vuelto a conseguir con el diputado Rubén Gómez de Ciudadanos el aliado necesario para sacar adelante este presupuesto sin sobresaltos, aunque para ello, haya tenido que rebajar en cuarenta millones de euros su capacidad recaudatoria, consiguiendo que los cántabros más necesitados sigan en la precariedad de la ayuda social, y los que no la necesitan estén un poco mejor a la hora de contribuir al fisco, pero sin ninguna garantía de que ese recorte vaya a generar estabilidad económica y mejora social. 

Como no podía ser de otra forma, para el Consejero de Economía, estas son las mejores cuentas posibles, son “realistas, responsables y ambiciosas al contar con 122 millones de euros más - un 4,47% respecto al año anterior - destinados mayoritariamente a revertir los recortes que hizo el PP en el presupuesto del año 2018, y con ello recuperar por ejemplo la jornada laboral de los funcionarios a 36 horas semanales, y poner en marcha después de muchos atrasos injustificados la oferta pública de empleo”. 

Estas son algunas de las justificaciones que el Consejero Sota ha ensalzado para justificar el borrador de presupuesto y de paso ganarse al colectivo de empleados públicos para las elecciones políticas que vienen, por cierto, convocatoria de oferta pública, que vienen reclamando los interinos especialmente de sanidad pero que les preocupaba y mucho al no tener reconocido los muchos años que llevan trabajando como interinos, preocupación que se hace más insistente cuando miran a las otras comunidades autónomas por ejemplo el País Vasco y más recientemente Madrid que están buscando soluciones que les pueda reconocer la antigüedad en el servicio. 

Y ya puestos a ensalzar y justificar el borrador de presupuesto, el Consejero se apunta a todo, da igual incluso a sumar la partida de 22 millones “comprometida” por el presidente Sánchez para abonar la deuda de Valdecilla aunque a la fecha no se pueda considerar partida consolidada, o alabar los 15,2 millones de euros para el Fondo de Cooperación Municipal destinados a la “cohesión social” para dejarla congelada en la misma partida del año 2018, o la ayuda a la dependencia con un incremento miserable de dos millones de euros más cuando el riesgo de pobreza en Cantabria alcanza a más del 20,5% de la población. 

Otra de las sorpresas que nos brinda el presupuesto, es el traslado del marco de la concertación regional que venían celebrando los sindicatos mayoritarios y la patronal - en el que después de hacer una crítica más o menos “reivindicativa” proponían a los grupos parlamentarios y Gobierno ciertas recomendaciones a incorporar en los presupuestos - a un nuevo marco que va a cambiar  sustancialmente la concertación, al incorporar a la Ley de Acompañamiento la declaración que en Noviembre 2015 suscribieron los sindicatos, patronal y el propio Presidente del Gobierno comprometiendo la creación del Consejo General del Dialogo Social, un consejo que entre otros objetivos se marcaba para el periodo 2015 – 2019 la elaboración de un “Acuerdo Marco para el Empleo, la Cohesión Social y el Desarrollo Económico de Cantabria”, que por cierto ha intentado reventar la propia patronal anunciando su inminente propuesta “Cantabria 2030” que según su presidente Lorenzo Vidal de la Peña nos va a sacar de todos los males, veremos.  

A la fecha y por lo que afecta al borrador de presupuestos lo único que se conoce son las partidas económicas con que se dotan a los sindicatos y patronal, entre otras CEOE 370.000 euros, UGT y CCOO cada uno de ellos 243.895 euros y 54.223 euros que se repartirán el resto de los sindicatos cantidades nada despreciables  - al menos para los mayoritarios - que a partir de ahora no necesitaran de la gracia  política para que se concedan por haber sido incorporado como un organismo más de la administración el citado Consejo General del Dialogo Social, por cierto un consejo que inclusive pudiera invadir competencias del propio debate parlamentario ( quien se atreve a discutir las iniciativas de sindicatos y patronal). 

Y mientras tanto, a esperar el cierre presupuestario del 2018 que todo hace indicar arrastrara un importante endeudamiento, como ya ocurrió en años anteriores, soportar un año más que la tasa impositiva no suba lo necesario para ayudar apaliar la deuda y servir de sustento a las muchas necesidades que tienen los cántabros, o que el famoso plan industrial tan cacareado para el Besaya y Reinosa siga pendiente y/o infra financiado entre cantidades repartidas en el presupuesto sin definir suficientemente el plan de recuperación industrial de la Cuenca del Besaya, en definitiva un año mas con un presupuesto de 2.850 millones de euros perdido para el impulso económico, falto de propuestas, mas allá de las que se puedan derivar de la financiación autonómica del gobierno central y dotado de grandes palabras que solo esconden un presupuesto para propaganda de las elecciones que vienen.

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