A ese guapo,
que por lo visto está perdiendo su condición de asesino y pendenciero, incluso
convirtiéndose en un cobarde, se refiere el tango “Malevaje”, cuando se
pregunta “Decir por Dios, que me has dado, que estoy tan cambiado, que
hasta los compañeros del malevaje me miran extrañados, sin comprender porque “me
ven perdiendo el cartel de guapo” “embretao” confundido en aprietos,
“vencido y maniatado” “cuando hasta ayer brillaba por la acción”.
Ese guapo
que sorprende a la “patota” ha caído en el encanto del enamoramiento de una
mujer, que le hace cambiar el modo de vida, desde una decisión personal no
exenta de contradicciones, y que le lleva a rechazar “la pelea quien nunca
aflojo” traicionando los códigos de valentía de macho que le están
convirtiendo en un cobarde para el grupo, y a la vez sometiendo a la angustia
que le lleva a encerrarse y llorar”.
Y el guapo,
el protagonista y siempre citado en el tango, revive nada más ver “tanganeando
y altanera” a la mujer a quien ama, como va perdiendo la fe, el coraje
hasta el ansia de guapear”, una situación personal que le lleva a reconocer,
que ante su “pasado malevo y feroz” no le queda más “que ir a misa e
hincarse a rezar” como lo hacen las mujeres.
Y quien fue
el malevo mas arrogante e engreído del arrabal, hoy enamorado hasta las
trancas, compite con sus contradicciones que le hacen débil, a la vez que empieza
asumir que su vida, ya no va a ser la misma, que está dando paso al amor, y a
los nuevos sentimientos, y que merecen más la pena, que su vida de ayer cargada
de violencia y riesgos.
Importante
mensaje del poeta, compositor, actor y autor teatral Enrique Santos Discépolo,
que dejo en su tango Malevaje, buenos consejos para el “guapo” capaces de abrir
su corazón a los nuevos sentimientos.
MALEVAJE ¡Decí, por Dios, que me has dao Que estoy tan cambiao! ¡No sé más quién soy! El malevaje extrañao Me mira sin comprender Me ve perdiendo el cartel De guapo que ayer Brillaba en la acción No ven que estoy embretao Vencido y maniao En tu corazón Te vi pasar tangueando, altanera Con un compás tan hondo y sensual Que no fue más que verte y perder La fe, el coraje, el ansia'e guapear No me has dejado ni el pucho en la oreja De aquel pasao malevo y feroz Ya no me falta pa completar Más que ir a misa e hincarme a rezar Ayer, de miedo a matar En vez de pelear Me puse a correr Me vi a la sombra o finao Pensé en no verte y temblé Si yo que nunca aflojé De noche angustiao Me encierro a llorar ¡Decí por Dios que me has dao Que estoy tan cambiao ¡No se mas quien soy¡
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