Como entender más allá de su literalidad a la tanda, esos tres o cuatro tangos, que de forma armoniosa y de estilo similar, suenan en la milonga, antesala musical de la cortina - que por tiempo limitado es destinado a que cambien las parejas y liberen la pista - abriendo asi un nuevo ciclo de tango y con ello nuevas sorpresas.
Cuando
empecé a bailar tango, una de las primeras cosas que me dijeron, fue el sentido
de la tanda, la significación de esos tres tangos, agrupados en un todo y que encierran
en el tango “un sentimiento que se baila”.
Y asi el
primero de la tanda, el dedicado a conocerse y reconocerse en pareja, que, en
muchos casos, es la primera vez que bailan juntos y que necesitan de algún que
otro detalle para romper el hielo.
El segundo,
para interpretar el tango entre cortes y quebradas, giros, caminatas y ganchos,
que hacen lucir la expresión más armónica del tango bien bailado. Un tango que
da paso al tercero, el que sirve para que fluyan los sentimientos y el despertar
de las sensaciones en pareja y que cierran una tanda difícil de comparar con
cualquier otra, - la tanda con mayúsculas – la que al finalizar y acompañando a
la pareja a la mesa, te permite agradecer lo sentido he interpretado, con el
saludo y la gratitud de un tango bien “interpretado”.
Y aquello que,
para el musicalizador del tango en la escena, era simplemente una tanda más de
tangos similares, se convierte para la pareja milonguera, en un encuentro
intenso, emotivo y cargado de sensaciones y sensualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario