Dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena, pero no es cierto, y mucho menos cuando la tardanza ha sido una de las causas por las que veintidós trabajadores fijos – primero lo fueron varios cientos de eventuales y autónomos - se encuentra despedidos de la empresa constructora Cenavi.
Si, me estoy refiriendo al Concurso de Acreedores que motivaron el ERE por el que estos trabajadores se vieron en la obligación de recoger una mísera indemnización de 27 días por año de servicio - del cual buena parte fue abonada por el Fogasa – debido entre otras causas por la falta de liquidez y acuerdos económicos en las permutas de los terrenos donde se ubica el parque de bomberos, autobuses y talleres municipales, que ha su vez iban a servir para las nuevas obras de Peñacastillo y Ojaiz.
Y ahora resulta que después de un retraso sustancial de dos años y medio, el Ayuntamiento de Santander anuncia la gran solución “pagar 12,9 millones de euros” para unas obras valoradas inicialmente por bastante menos, y con ello reanudar las obras, eso si sin obreros – al menos de Cenavi – con quienes hacerlas. No me digan que la cosa no tiene su gracia sino fuera porque los trabajadores actualmente se encuentran en el paro, lamiéndose unas heridas que de haberse resuelto este tema en su momento, sin duda hubieran sido muy otras.
Desconozco los detalles concretos del acuerdo por el que se reanudan las obras y su financiación, pero lo que si conozco fueron los argumentos que Cenavi (yo estuve en la negociación) esgrimió como justificación para liquidar su plantilla en febrero del dos mil nueve, argumentos que pesaron sobre el animo de la intervención judicial a la hora de presentar el ERE.
Como siempre el mas débil es el que paga el pato de todo, y en este caso perdiendo el trabajo y su indemnización, en muchos casos de importancia dada la antigüedad, así que ahora si la Empresa y el Ayuntamiento de Santander, serian como se tiene que ser, resarcirían a los trabajadores con algún que otro complemento económico, cubriendo así una parte del despido, pero no será el caso.
Si, me estoy refiriendo al Concurso de Acreedores que motivaron el ERE por el que estos trabajadores se vieron en la obligación de recoger una mísera indemnización de 27 días por año de servicio - del cual buena parte fue abonada por el Fogasa – debido entre otras causas por la falta de liquidez y acuerdos económicos en las permutas de los terrenos donde se ubica el parque de bomberos, autobuses y talleres municipales, que ha su vez iban a servir para las nuevas obras de Peñacastillo y Ojaiz.
Y ahora resulta que después de un retraso sustancial de dos años y medio, el Ayuntamiento de Santander anuncia la gran solución “pagar 12,9 millones de euros” para unas obras valoradas inicialmente por bastante menos, y con ello reanudar las obras, eso si sin obreros – al menos de Cenavi – con quienes hacerlas. No me digan que la cosa no tiene su gracia sino fuera porque los trabajadores actualmente se encuentran en el paro, lamiéndose unas heridas que de haberse resuelto este tema en su momento, sin duda hubieran sido muy otras.
Desconozco los detalles concretos del acuerdo por el que se reanudan las obras y su financiación, pero lo que si conozco fueron los argumentos que Cenavi (yo estuve en la negociación) esgrimió como justificación para liquidar su plantilla en febrero del dos mil nueve, argumentos que pesaron sobre el animo de la intervención judicial a la hora de presentar el ERE.
Como siempre el mas débil es el que paga el pato de todo, y en este caso perdiendo el trabajo y su indemnización, en muchos casos de importancia dada la antigüedad, así que ahora si la Empresa y el Ayuntamiento de Santander, serian como se tiene que ser, resarcirían a los trabajadores con algún que otro complemento económico, cubriendo así una parte del despido, pero no será el caso.
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