Muchas gracias Fede por el correo que me mandas recordando a Irena Sendler, y totalmente de acuerdo contigo en la cita de que el “premio no se lo lleva siempre el que mas lo merece”. Seguro que Al Gore y Obama tienen meritos para el Nóbel de la Paz, pero también tienen tiempo suficiente para el reconocimiento social, lastima que Irena no lo haya tenido.
Durante la 2ª Guerra Mundial, Irena consiguió un permiso para trabajar en el Ghetto de Varsovia como especialista de alcantarillado y tuberías.
Pero sus planes iban más allá... Sabía cuales eran los planes de los nazis para los judíos (siendo alemana) Irena sacaba niños escondidos en el fondo de su caja de herramientas y llevaba un saco de arpillera en la parte de atrás de su camioneta (para niños de mayor tamaño). También llevaba en la parte de atrás un perro al que entrenó para ladrar a los soldados nazis cuando salía y entraba del Ghetto. Por supuesto, los soldados no querían tener nada que ver con el perro y los ladridos ocultaban los ruidos de los niños.
Mientras estuvo haciendo esto consiguió sacar de allí y salvar 2500 niños Los nazis la cogieron y le rompieron ambas piernas, los brazos y la pegaron brutalmente Irena mantenía un registro de los nombres de todos los niños que sacó y lo guardaba en un tarro de cristal enterrado bajo un árbol en su jardín. Después de la guerra, intentó localizar a los padres que pudieran haber sobrevivido y reunir a la familia. La mayoría habían sido llevados a la cámara de gas. Aquellos niños a los que ayudó encontraron casas de acogida o fueron adoptados.
El año que Irena fue propuesta para recibir el Premio Nóbel de la Paz... Se lo llevó Al Gore, por unas diapositivas sobre el Calentamiento Global
Durante la 2ª Guerra Mundial, Irena consiguió un permiso para trabajar en el Ghetto de Varsovia como especialista de alcantarillado y tuberías.
Pero sus planes iban más allá... Sabía cuales eran los planes de los nazis para los judíos (siendo alemana) Irena sacaba niños escondidos en el fondo de su caja de herramientas y llevaba un saco de arpillera en la parte de atrás de su camioneta (para niños de mayor tamaño). También llevaba en la parte de atrás un perro al que entrenó para ladrar a los soldados nazis cuando salía y entraba del Ghetto. Por supuesto, los soldados no querían tener nada que ver con el perro y los ladridos ocultaban los ruidos de los niños.
Mientras estuvo haciendo esto consiguió sacar de allí y salvar 2500 niños Los nazis la cogieron y le rompieron ambas piernas, los brazos y la pegaron brutalmente Irena mantenía un registro de los nombres de todos los niños que sacó y lo guardaba en un tarro de cristal enterrado bajo un árbol en su jardín. Después de la guerra, intentó localizar a los padres que pudieran haber sobrevivido y reunir a la familia. La mayoría habían sido llevados a la cámara de gas. Aquellos niños a los que ayudó encontraron casas de acogida o fueron adoptados.
El año que Irena fue propuesta para recibir el Premio Nóbel de la Paz... Se lo llevó Al Gore, por unas diapositivas sobre el Calentamiento Global
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