
Justamente en el alfeizar de los ventanales hay una larga chapa dorada donde en multitud de canales se podía depositar los cigarros puros de sus señorías. La verdad es que no me imagino a ningún diputado húngaro tirando el puro del adversario – por muy churrepeteado y humeante que estuviera – al suelo para pisarlo con saña.
Es evidente que este asunto tiene mucho de comedia, por lo tanto bueno sería que se pasara pagina cuanto antes, pero soy de los que se apuntan a la recomendación de las disculpas, me imagino que al Sr. Ignacio Diego no le queda mas remedio que pedir disculpas al Presidente Miguel Ángel Revilla y a el aceptarlas, ah por cierto, sr Diego lo que si es una cutrez es apagar el puro y volverlo a encender y sino que se lo pregunten a los que saben de esto.
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