Cultura, mucha cultura,
es lo que ha sugerido la reforma de la nueva calle Florida al ínclito Iñigo de
la Serna, quien en ese afán por la originalidad, y las nuevas obras, ahora nos
ha brindado una iniciativa que no debería pasar desapercibida por mucho que se
haya formulado en plena campaña electoral.
Me estoy refiriendo al desarrollo
cultural del colorido Barrio La Florida a través de un “Observatorio de Arte”, que
de llevarse a cabo bien pudiera agrupar, a las principales entidades artísticas
y culturales de la ciudad, entre ellas, el Centro Botín, la sede Asociada del
Museo Reina Sofía, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, Museo de
Prehistoria, la Torre de la Catedral, Biblioteca Menéndez Pelayo, Fundación
Gerardo Diego, la Biblioteca Central, Filmoteca, Palacio de Festivales, todas
ellas garantía de una oferta extraordinaria de calidad que desarrollándose en
el transcurso de los doce meses del año – no solo en verano - bien pudiera dar
a Santander el reconocimiento y prestigio que necesita para su desarrollo en lo
cultural.
Otra cosa es la oferta
política de la cultura como negocio, en manos del ayuntamiento, las ayudas
siempre son limitadas aunque bienvenida sean, esas propuestas que De la Serna
avanzo en el DM, como la reducción de impuestos en el IBI, o la puesta en
marcha del Santander Tax Free', que vaya usted a saber cuál sería su desarrollo,
y la Zona Franca Cultural que bonificaría impuestos y tasas municipales, a las
industrias culturales, artísticas y creativas, que se fueran incorporando, propuestas
que no son desdeñable, por lo que tienen de generadoras de nuevos puestos de
trabajo.
Como hacerlo, alcanzar
el consenso de los políticos en las instituciones, contar con los protagonistas
de la cultura, escuchar a los ciudadanos sus propuestas y comentarios, será el
reto que tiene ese Santander Creativo, porque solo desde el consenso, este tipo
de iniciativas tienen futuro, se trata de cuidar y fomentar lo que tenemos en
torno a la cultura, valorarlo sin escatimar esfuerzos, y sobretodo ser
receptivos ante las diversas propuestas vengan de donde vengan.
Hasta ahora las escasas
propuestas y circuitos culturales que se han puesto en marcha en la ciudad y en
buena medida en la región, según mi opinión, no han gozado de ese consenso
imprescindible, han sido realizadas por el partido de turno en clave de
rentabilidad política, por lo tanto con una falta de interés global que ha
hecho que la competencia lo criticara, cuando no, lo marginara en participación
y publicidad.
Quien puede poner en
duda que un “centro integral de iniciativas artísticas” donde puedan exponer
los artistas locales, o un espacio de Coworking, donde profesionales
independientes, emprendedores e innovadores puedan trabajar en común sumando
sinergias, no debe ser apoyado.
Estamos en un tiempo
político nuevo donde el consenso se abierto paso, donde hablar entre todos y
sobretodo escuchándose, resulta imprescindible, donde los ciudadanos tienen
mucho que decir y los políticos escuchar, por eso bienvenida sean las
propuestas al Barrio de La Florida, espero que no caigan en el olvido y se tome
buena nota de ellas, Santander y los santanderinos nos las merecemos para sentirnos orgullosos de una
ciudad cultural plenamente activa, donde los visitantes dejen de serlo de temporada,
y donde la oferta creativa transcurra durante el año, y con ello identificarnos
más allá del precioso marco incomparable que da el verano.
Santander va a tener
una oportunidad de oro para esa unidad política de consenso el próximo 2016,
cuando se presente a Capital Europea de la Cultura, será un momento muy
importante que requerirá del esfuerzo de todos, porque nos estarán mirando
millones de europeos dispuestos a descubrir en nuestra tierra un lugar de
cultura y esparcimiento. Por eso tener perfectamente definidos y operativos los
instrumentos culturales es imprescindible si no queremos fracasar en el
intento, como dice el memorándum previo “ El objetivo es lograr que Santander
sea el eje de la reflexión cultural europea, para que sus conclusiones sean una
referencia en el pensamiento europeo”, loable objetivo pero no fácil de
conseguir sin la participación de los agentes culturales, sociales y económicos
de la ciudad y de Cantabria.
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