El
cuatro de Noviembre de 1976, se celebro el primer acto sindical unitario entre
USO, UGT y CCOO, fue solicitado de forma
oficial ante el Gobernador Civil de Santander, Gabriel Peña Aranda, que no se
caracterizaba precisamente por llevarse bien con las organizaciones
democráticas y por supuesto sindicales. Era un tiempo en el que empezamos a
ganar el pulso a las instancias políticas de la dictadura, aunque para ello
tuviéramos que disfrazar los actos sindicales y políticos como actos culturales.
Y
este no podía ser menos, recuerdo que lo celebramos en el Instituto de
Bachillerato Villajunco de Santander, como ponente de la conferencia genérica
sobre la “Problemática Sindical” el compañero Nacho Pérez, trabajador de Nueva
Montaña Quijano militante histórico de la UGT, y muy comprometido con la clase
trabajadora desde mucho antes de la entrada de la democracia.
La
autorización administrativa la hicimos José Luis Cos García, Miguel Ángel García
Cuetos y Antonio Saiz Pi, al amparo de una norma legal del 1976 administrada
por la Presidencia del Gobierno de Carlos
Arias Navarro, que de alguna forma
regulaba el derecho de reunión, pero totalmente limitado a las decisiones
personales del gobernador civil de turno, en nuestro caso bordeándola conseguimos
que la reunión no fuera reventada por la policía armada que estuvo fuera del
instituto durante todo el acto.
Ni que decir tiene que la conferencia
del bueno de Nacho se dio, pero fue un mitin puro y duro de las organizaciones
sindicales, que dejo pequeño el pabellón polideportivo del instituto, un acto
que recuerdo con cierta nostalgia, los sindicatos estábamos hermanados teníamos
muy claro los objetivos, y no las mezquindades de protagonismo que
posteriormente presidirían las relaciones sindicales.
En la USO de aquel entonces y mucho me
temo que también ahora éramos polémicos, discutidores hasta el infinito y, por
supuesto, novatos de casi todo, producto de una época, de momentos convulsos
que se iniciaron cuando todos sabíamos que los cambios a la democracia estaban
a la vuelta de la esquina.
En ese contexto, surgieron muchas
discusiones entre nosotros, que nos llevaron a enfrentamientos muy serios, y que
estuvieron a punto de fraccionar lo que apenas tenia unos años de vida,
enfrentamientos que en buena medida fueron resueltos con el nombramiento por
parte de la Ejecutiva Confederal de una Comisión Gestora el 24 de Enero de
1978.
Ese fue el primer órgano de dirección
del sindicato, muy lejos de la celebración de un congreso que se tuvo que
demorar durante algún tiempo, a la espera de poder normalizar mínimamente la
vida interna del sindicato. Los compañeros que formaron aquella gestora de
integración entre comillas de las diversas sensibilidades fueron, Venancio
Gancedo, Juan José González Salas, Manuel González, Felipe Polidura, José Luis
Santamaría, Marisol Mata, Antonio Flores, Paco Aedo, Francisco Palazuelos,
Alberto Cayon, Belisario Gutiérrez, y Cesar Martínez García, ellos asumieron la
responsabilidad de llevarnos hasta la celebración del Iº Congreso Regional, que
se celebraría a finales de ese mismo año, siendo elegido José Luis
Santamaría como Secretario General quien asumió la responsabilidad con muchas
dificultades organizativas que pronto llevarían a un reguero de dimisiones, la
mayoría por problemas de relaciones personales, difíciles de resolver.
El II
Congreso, lo celebramos seis años mas tarde en 1984, resulto elegido
Secretario General, Juan José González Salas. Su mandato se caracterizo también por
fuertes tensiones, pero ya no tanto por enfrentamientos personales, sino por la
incorporación de nuevos colectivos independientes que provocaron tensiones
entre militantes que al final pudimos reconducir, aportando al sindicato nuevos
afiliados y mas representación en las empresas, a la vez de nuevos dirigentes a
la vida orgánica aportando más pluralidad sindical a la USO que por aquel entonces,
tenia excesivos corsés ideológicos que provocaban algún que otro rechazo a
estos colectivos.
El tiempo es el mejor juez para valorar
las acciones de todo tipo y las sindicales también, y ese tiempo nos llevo a
concluir que la apertura del sindicato a estos colectivos fue una magnífica
propuesta, de la que nos ayudamos todos y con la que pudimos soldar una
alternativa sindical independiente con historia y fuerte componente ideológico
que hoy vértebra en exclusiva nuestra organización.
Con el III Congreso Regional, celebrado en 1991, se inicio una nueva
etapa mucho más tranquila, fui elegido Secretario General, y se dieron algunas
condiciones favorables que propiciaron un crecimiento de afiliados
significativo. A mi modo de entender se debió principalmente al desarrollo de una
acción sindical de mucho impulso, en muchas ocasiones de confrontación con los
otros sindicatos que por aquel entonces – vamos igual que ahora – hacían del
pacto social con la patronal y el gobierno su única estrategia. Fueron años de
consolidación organizativa, que en buena medida marcaron los congresos
siguientes, de los años 1996 y 2001 donde también fui elegido Secretario
General.
Y
llego el 20 de Marzo del 2006 y lo que había sido un periodo sindical
importante y con aciertos en el trabajo del sindicato se convirtió en algo
oscuro y en confrontación, cuatro miembros de la ejecutiva regional
perfectamente agrupados y dirigidos por el Secretario Confederal de
Organización Ladislao Pérez Iglesias, aprovechándose de una falsa mayoría
decidieron “renunciar a desarrollar sus funciones y a dirigir el sindicato y
pidieron a la Comisión Ejecutiva Confederal que asumiera la dirección de la
Unión Regional hasta la celebración del 6º Congreso”, los Estatutos Confedérales recogían la posibilidad
de crear Comisiones Gestoras en los lugares en conflicto y una vez terminado el
mandato del quinto congreso – Julio del 2005 - así se hizo en la Unión Regional
de Cantabria.
Se constituyo una Comisión Gestora ( que no recogió las diversas sensibilidades
del sindicato ) y con el apoyo de la Confederación comenzó la preparación del
nuevo congreso que se demoraría
veintisiete meses, y que tuvo de todo incluso la modificación del
sistema de nombramiento de la Comisión Ejecutiva Regional.
Los prolegómenos a tanto desatino se iniciaron unos meses antes de finalizar
mi último mandato. En la cafetería Chiqui del Sardinero, celebre una reunión
instancia de José Vía Iglesias Secretario Confederal de Acción Sindical, (quien
dijo hablar en nombre de la Ejecutiva Confederal) en la que acordamos abrir el
debate para nominar a un nuevo Secretario General en Cantabria barajando tres
compañeros (Agustín Gracia Benito, José Mª Mateos López y Mercedes Zubimendi)
como posibles que a su vez habían sido nominados por la propia Comisión
Ejecutiva Confederal. Por mi parte quedo perfectamente aceptado dicho
planteamiento para su traslado a la ejecutiva, y con ello dar los pasos
pertinentes.
Pues bien, por lo sucedido posteriormente, no basto esa conversación primando
sobre ella, interés particulares que condicionaron lo que debió ser una renovación
limpia y transparente, intereses que provocaron mi aislamiento ante las
decisiones que se fueron tomando, la de un dirigente fundador del sindicato en
la región y con mas de cuarenta años de militancia - de ello hablare en los apartados
de este relato HACIENDO MEMORIA - la sinrazón llego incluso a prohibirme dar mi
último informe de gestión, el miedo a que mi intervención pusiera en peligro la
elección de la ejecutiva regional prefabricada por Ladislao Pérez en nombre de
la confederación, provoco que solo pudiera dirigirme al plenario en calidad de
asistente al congreso y no como secretario general saliente.
Y no se pudo contar y por supuesto valorar, lo que fue la gestión
sindical llevada a cabo después de que José Vía Iglesias abandonara la
ejecutiva regional para irse hacer “fortuna” a la ejecutiva confederal, la
gestión de un sindicato que estuvo presente en el Consejo Económico y Social de
Cantabria participando en la elaboración de importantes dictámenes y leyes a
través de la Comisión de Calidad de
Vida y Desarrollo Territorial, tampoco pudimos hablar de la afiliación que
había incremento en un 34 % durante aquellos cuatro años, o del resultado electoral
que nos dejo a 42 delegados del objetivo de 400 que nos habíamos marcado, en
definitiva, se le privo al congreso de un debate profundo sobre la realidad de la
gestión del 5º congreso, sustituido por una intervención deslavada de Miguel
Ángel González Colsa que tomo la palabra, mas como candidato oficial que como representante
de la ejecutiva saliente.
Durante ese periodo se llevaron a cabo
importantes actividades en materia de inmigración, conseguimos agrupar entorno
al sindicato, unas diez asociaciones de diversos países latinoamericanos, a
través de un programa de acción que vertebraba el Festival por La Integración durante
tres años, paso desapercibida la gestión del compañero José María Mateos López responsable
de Sotermun y Presidente de las ONGs de Cantabria, con una magnifica gestión de
proyectos solidarios destinados principalmente a países latinoamericanos.
El compañero Chema Mateos llego a gestionar
alrededor de 100.000 euros durante el mandato del quinto congreso, que fueron
destinados entre otros proyectos a la construcción de una carretera en la Aldea
Pelón de Honduras, a la edificación de dos aulas de formación profesional, y a
la fabricación de mermeladas conservas y mieles de frutas para familias de
escasos recursos en Chile, a diversos proyectos como un taller para adolescentes
dedicado a la artesanía de cuero, un taller de costura para madres y adolescentes
victima de la violencia en Argentina y
la presencia de tres cooperantes que a instancia de Sotermun se desplazaron
durante al algún tiempo a la Sociedad Protectora de la Infancia en Chile, para
trabajar con los niños y dejar constancia de la solidaridad de la USO, con los países
más necesitados.
Por no debatir, ni tan siquiera lo hicimos para
hablar de la huelga general del 2002 que la USO convoco al margen de los otros
sindicatos. Una huelga general contra el gobierno del Partido Popular por su
empeño en implantar una política económica, social y laboral que entre otros efectos, congelo
el salario del personal funcionario, que implanto - con el concurso de CCOO -
un contrato de carácter indefinido con indemnización reducida, incremento el
periodo de carencia para el cálculo de las pensiones, elimino el PER para los
trabajadores del campo y todo ello a cambio de nada.
Se paso de puntillas a la hora de analizar la conflictividad en la que
participo el sindicato principalmente en Trefilerías Quijano, Sniace, Candemat,
Ferroatlantica, Servicio
Municipal de Transportes Urbanos, Aspla, Simsa, empresas que habían estado en
el candelero sindical por motivos diversos, y donde la USO había tenido un
protagonismo importante.
Nada sobre la Escuela de Formación
Integral para el Empleo, a pesar de que nuestra gestión formativa estaba
generando importantes niveles de inserción profesional a través de los cursos
de fontanería, gas y carnets profesionales, habíamos realizado durante el
periodo 2001 al 2005, veintitrés cursos por los que pasaron 320 alumnos, de los
cuales 309 el 96% fueron calificados de Aptos, con un nivel de inserción
laboral de 210 alumnos el 68%.
Nada sobre la integración de importantes
colectivos independientes, sobre la gestión en materia de relaciones
institucionales, sobre el 1º
Curso Integral de Formación de Cuadros al que asistieron 33 compañeros, nada de
nada, estábamos más preocupados por si al final había más de una candidatura y
como evitarla, que para rendir cuentas de la gestión.
Una breve intervención a modo de reflexión fue todo lo que pude hablar
en el congreso regional, por la auto limitación que me impuse para no causar
dificultades a la organización y mucho menos después de haber expresado
públicamente mi posición favorable abandonar la secretaria general, auto
limitación que algunos compañeros todavía hoy no han comprendido, ellos
hubieran querido que mantuviera posiciones más críticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario