A
riesgo de extendernos un poco más de lo que solemos, queremos haceros
partícipes de un tema que en USO nos resulta particularmente interesante, tanto
es así que llevamos un par de años solicitando al ayuntamiento que introduzca
en su plan de formación cursos relacionados con él: los desfibriladores de uso
público. ¿Por qué nos resulta tan interesante estos aparatos? Veréis, cada año
fallecen unas 30.000 personas en España por paradas cardiorrespiratorias,
siendo la fibrilación ventricular la causa más frecuente de muerte súbita. Es
fundamental que la víctima de una parada cardiorrespiratoria a consecuencia de
una fibrilación auricular sea atendida con un desfibrilador en el plazo máximo
de 5 minutos, y para conseguir este objetivo nos encontramos con que sólo es
posible salvar estas vidas si disponemos de una buena red de espacios
cardioprotegidos con desfibriladores que puedan ser utilizados por personal no
sanitario.
Lamentablemente, España está a la cola de Europa en el número de
desfibriladores instalados; mientras que en toda la geografía española se
estima que hay 10.000 unidades, en Francia hay 100.000, en Alemania 80.000 y en
el Reino Unido 50.000. El Consejo Europeo de Resucitación reconoce que la
desfibrilación en los 3-5 primeros minutos del colapso puede producir tasas de
supervivencia tan altas como 50-70%, por eso recomiendan en sus guías que se
deberían implementar activamente programas de acceso público a Desfibriladores
Externos Automáticos o SemiAutomáticos en los espacios públicos. Sin embargo,
que nosotros conozcamos, el ayuntamiento tan solo tiene instalados aparatos de uso público en el Instituto
Municipal de Deportes. No parece que sean necesarias más explicaciones a la
hora de pedir que el consistorio extienda esta protección al resto de
instalaciones municipales, lo que redundaría no solo en beneficio de la
plantilla de trabajadores municipales, sino también en el de la población de
Santander, al formar estas instalaciones una red extendida por toda la ciudad.
Nos
encontramos un serio obstáculo en la falta de legislación al respecto en
España. En la mayor parte de las comunidades autónomas, que tienen transferida
la competencia, las normas se limitan a establecer la obligatoriedad de la
comunicación a las autoridades sanitarias y a la necesidad de formación del
personal que vaya a manejar estos aparatos. Actualmente, tan solo en 4
comunidades autónomas (Canarias, Cataluña, Andalucía y el País Vasco) se ha
establecido la obligatoriedad de la instalación de desfibriladores externos
automáticos en determinados espacios fuera del ámbito sanitario, y se trata
siempre de espacios con afluencias de público elevadísimas. Según esas
normativas, en Santander sólo estaríamos obligados a instalar desfibriladores
en las estaciones de tren, en la de autobuses y en el aeropuerto. La norma del
País Vasco, que es la más reciente y avanzada, dice que Las administraciones sanitarias de
la Comunidad Autónoma de Euskadi en el ámbito de sus competencias, promoverán y
recomendarán la instalación y uso de los DEA fuera del ámbito sanitario en
lugares y espacios donde, aun no
estando obligados a ello, pueda considerarse pertinente su instalación.
Igualmente se impulsará la formación con contenidos en soporte vital básico y
manejo del DEA.
Desde
USO queremos hacer un llamamiento al consistorio en pleno, y especialmente a la
nueva alcaldesa, para que establezcan un programa de instalación de
desfibriladores en centros públicos de Santander, y lo acompañe con un plan de
formación que facilite la operatividad plena de todos los aparatos . Son
aparatos de un coste relativamente asequible (alrededor de los 1000 €), por lo
que la inversión necesaria estaría claramente al alcance de la corporación;
pensemos además que estamos hablando de salvar vidas humanas. También queremos
pedir desde aquí al gobierno de la comunidad que se involucre en el tema y
aporte una ley que permita a Cantabria colocarse a la cabeza de los territorios
cardioprotegidos del país.
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