4 oct 2025

El espejismo del PRC en la investidura de Buruaga

 


El Partido Regionalista de Cantabria (PRC) ha vuelto a evidenciar que, cuando llega la hora de negociar, sus exigencias políticas acaban reducidas a meras recomendaciones sin fuerza real. Lo que inicialmente se presentó como más de treinta condiciones para apoyar la investidura de María José Sáenz de Buruaga, ha terminado convertido en un documento descafeinado que no acaba de comprometer al gobierno del Partido Popular.

Lejos de preocuparse por la política nacional, el PRC sigue centrada en preservar su imagen ante el electorado cántabro con su principal bandera de éxito, el de afirmar que Vox “no pinta nada” en la comunidad, aunque lo cierto es que tanto el PP como el regionalismo de Revilla, van dejado la puerta entreabierta para que Vox pueda tener espacio político si en el futuro resulta necesario.

Mientras tanto, las grandes promesas se han difuminado. El plan de vivienda joven, la defensa de la sanidad rural, los 100 millones para la reindustrialización, la ampliación del PCTCAN o las infraestructuras estratégicas (conexiones ferroviarias a la Meseta y Bilbao, nuevos carriles Polanco–Santander o Laredo–Bilbao, carreteras en Los Tornos, San Glorió, La Hermida o el enlace Sierrapando–Barreda) han desaparecido del acuerdo o se han relegado a menciones vagas, sin plazos ni compromisos concretos.

También se han quedado fuera las mejoras en las condiciones de los empleados públicos y los planes de sostenibilidad turística ya presupuestados. Todo depende, una vez más, de la voluntad del PP.

Lo que sí se mantiene en la agenda son proyectos heredados de la legislatura anterior —La Pasiega, el MUPAC, la Protonterapia, el Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo— y la recuperación aún indefinida del Fondo de Cooperación Municipal. A ello se suma la eterna incógnita de la gestión del lobo, siempre pospuesta a lo que decidan Bruselas y Madrid.

En definitiva, el “acuerdo de investidura” - hoy en revisión expres - no es más que un salvavidas político para el regionalismo, que se esta conformando con sobrevivir esta legislatura a la sombra del PP. El PRC vuelve a vender humo como si fueran conquistas, mientras Cantabria afronta una legislatura marcada por promesas rebajadas, compromisos ambiguos y un vacío evidente de ambición.

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