Lo que fue presentado por Lorenzo Vidal
de la Peña - Presidente de CEOE Cantabria - como un Plan Estratégico para la
Región, se ha quedado, en una Hoja de Ruta de meros enunciados, en muchos casos
coincidentes con otros planes industriales - incluidos los elaborados por Sodercan,
CES, Universidad, etc. - que bien pudiera ser útil, si el reciente Consejo
General del Dialogo Social de Cantabria lo adoptara como instrumento de
análisis, para todas las ideas y propuestas que vayan apareciendo en el debate
político.
Recoge con literalidad esta nueva
propuesta “que el objetivo es trazar un
camino a recorrer por Cantabria para la recuperación económica y desarrollo de
sus potencialidades, siempre con un
horizonte temporal no vinculado y limitado por las legislaturas políticas”,
objetivo que choca frontalmente con la práctica habitual de los partidos -
entre otras instituciones - que tienen la responsabilidad de aportar ideas y
propuestas para el desarrollo de la región principalmente en los momentos de
elecciones políticas, por lo que, limitar esta capacidad a que pasen el filtro
de la hoja de ruta de la CEOE, parece difícil de asumir. No lo veo yo muy claro,
que por ejemplo el PRC le pase al estudio de la patronal, la viabilidad de sus
propuestas estrella como la del Llano de la Pasiega, o la recuperación del
Túnel de la Engaña, y eso mismo aplicable al conjunto de los partidos
políticos que este año se preparan para las elecciones.
Si entramos un poco más a fondo en esta
hoja de ruta no parece que encontremos aportes especialmente novedosos, desde
el principio, en las “debilidades y fortalezas” Cantabria 2030 repite lo ya
conocido desde hace tiempo “ el pequeño tamaño de nuestras empresas, la escasa
inversión en investigación y desarrollo, los desequilibrios territoriales, o la
falta de conexiones ferroviarias y de infraestructuras” nada que no supiéramos.
Quizá un pequeño comentario a lo que la consultora Deloitte destaca como
debilidad la “indefinición de la Marca Cantabria” algo tan elemental que a
estas alturas debería estar resuelto y que choca con la gala que hace el
Presidente Revilla una y otra vez cuando dice ser el mejor embajador de nuestra
región.
Y ya puestos, haciendo lista de las
debilidades, otra de las clásicas esta vez con reproche incluido para los
promotores de la hoja de ruta, la falta de formación especializada en
conocimiento técnico digital, y la escasa vinculación de planes de formación en
la demanda de profesionales para los sectores más productivos, situaciones que
deberían ser llamada de atención a la propia CEOE que desde hace años viene
participando en la formación profesional y en contacto con la Universidad de
Cantabria para la integración de sus alumnos a la actividad profesional en la
empresa.
Apostar por la
fortaleza de nuestras empresas centenarias como punto de encuentro para la
tracción de nuevas empresas, tampoco parece muy acertado, y más cuando de
muchas de ellas sea dicho que tienen procesos productivos obsoletos y falta de
inversiones en nuevas tecnologías, que necesitan, de fuertes ayudas económicas
incluso para su supervivencia. Pero en cualquier caso según Deloitte, siempre
nos quedara la fortaleza del Banco de Santander y la rentable apuesta por las
energías renovables representadas por el Instituto de Hidráulica Ambiental, el
Tanque de Ingeniería Marítima y la Torre de Energía Renovable y poco mas, alguna que otra investigación y las mas de
“cien cuevas de arte rupestre, el Centro Botín, y la implantación de la antigua sede del Banco
de España en centro asociado del Museo Reina Sofía y el Smart City de Santander”,
nada que no supiéramos y que nuestros
políticos no estén estrujando una y otra vez para vender su buena gestión.
Por lo que respecta a las líneas
estratégicas que recoge Cantabria 2030, a mi modo de entender son muy
generalistas, no definen suficientemente el futuro para hacer de Cantabria una región más
competitiva y especializada. Apostar globalmente por la robótica, por una
aceleradora de contenidos digitales, por el impulso de la sostenibilidad medioambiental la
biotecnología, el impulso de nuevos negocios dirigidos a la tercera edad o para
reconvertir el PCTCAN en un Parque
Tecnológico Avanzado no me parece suficiente y mas sin explicar cómo hacerlo y
lo más importante con qué dinero.
Y si me pregunto con qué dinero, es
porque el gobierno regional ya tiene su propia hoja de ruta aprobada y en curso
la “Estrategia para el Desarrollo y Crecimiento Industrial de Cantabria hasta
2030” que según declararon en su día los Consejeros Juan José Sota y Francisco
Martin “cuenta con la colaboración de la Comisión Europea para ser apoyado con
financiación de 500.000 euros a repartir en los próximos años, y los medios
técnicos para marcar la senda regional hasta el año 2030” entonces, dos hojas de ruta, elaboradas en apenas un año
que alguien deberá unificar para sacar rentabilidad a tanto esfuerzo
“intelectual” y económico para que el Consejo General del Dialogo Social lo
considere como única hoja de ruta y de una vez por todas nuestra región pueda
tener una estrategia industrial con mirada larga.
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