Que poco le ha dado de si a Pedro Casares el Diputado por Cantabria del PSOE, en su articulo conmemorativo “40 años de autonomía al servicio del progreso y la igualdad” recientemente publicado en el Diario Montañés. Una página de prensa que tenía demasiado relleno de palabras huecas, y que concluye con la consabida lista de genéricos, que, para cuarenta años de democracia, digo yo debería haber conseguido algo más. Aunque bien es cierto, que muchos de esos años se les debería apuntar el PP siempre acompañado del PRC listos a colaborar con quien haga falta.
Hombre, que
por aquel entonces la autonomía de Cantabria se abría paso con dificultades. Las
mismas que las del conjunto del estado español, que hemos tenido que ir
recuperando, tradiciones, costumbres, etc., es un hecho, pero no hubiera estado
demás que hubieras comentado, lo que le sigue faltando a nuestra comunidad.
Mas
legislación que reafirme la autonomía y más identidad regional, y con ello, más
exigencia ciudadana para con los políticos y partidos que nos representan en el
Congreso de los Diputados, unos partidos, totalmente supeditados a la política
global, incapaces de dar respuesta a comunidades autónomas como la nuestra,
siempre esperando al día después para recoger los “recursos” que van dejando
los otros.
Según mi opinión,
exageras cuando sitúas a Cantabria como “referencia indiscutible del bienestar
en España, y espejo en el que se mira nuestro país”. Un poco excesivo tanto
autobombo, a no ser que el bolígrafo te haya traicionado la glosa festiva de tu
artículo, porque en Cantabria hay mucha necesidad entre sus ciudadanos, hay mucho
desempleo, prestaciones sociales de miseria, escasez de viviendas sociales, por
no citar la falta de atención de la administración generalizada, que está
causando el Covid.
Y ahora la
lista, el catalogo que igual vale para la derecha que para la izquierda, el
inventario útil para hacer política electoral y que, sin rubor alguno, se apuntan
los políticos como si fueran de su propiedad. El Hospital Marques de Valdecilla,
los centros educativos, la política de la dependencia, las carreteras, el
puerto de Santander, y para que no falte de nada la alta velocidad, los trenes
de cercanías siempre estropeados y la Universidad. La misma lista de siempre,
la que igual vale para un roto que para un descosido, la que nos deja fríos y a
la espera de nuevas iniciativas generadoras de empleo y riqueza regional, pero
propuestas de verdad, no de las que fracasan al poco ser anunciadas, de esas ya
hemos tenido demasiadas.
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