Mientras
más achuches más difícil dejas al partido, más dificultades le pones para
encontrar el revelo, que por más que te empeñes, nunca será tu copia y ejemplo
de los más de 40 años al frente del partido.
Ya
son varias legislaturas, en las que te vienes envolviendo en la supuesta
enfermedad de siempre, en la edad ya octogenaria, el cansancio siempre envuelto
en la hora del retiro diario, para inmediatamente recordarnos tus madrugones
para encender la luz del despacho, en una especie de ejemplo para los otros
políticos que se presentan a diana, a horas un tanto intempestivas según tu
reloj personal.
Presidente
Revilla cede ya el trono a el otro, al que te pueda sustituir, o, mejor dicho,
al otro que debería ser elegido por el congreso democrático y en libertad, sin
condicionamiento de méritos puestos a dedo y/o meritados por ti, por más que te
hayan acompañado en tu larga vida política.
Siempre
me queda la duda de si este empeño por seguir y seguir se debe a una ambición
desmedida acrecentada por la edad, o son los colegas que te acompañan y jalean,
los que por miedo escénico te piden una y otra vez que te presentes a las
elecciones, sin encontrar fin, y lo que es peor - abusando de tu disposición al
servicio público - por miedo personal a perder esa posición favorable que desde
hace años has venido construyendo.
Siempre
es buen momento para recordar el protagonismo político PRC, un partido
construido desde la nada, sin apenas principios ideológicos, más allá de frases
más o menos electorales, que van desde un regionalismo descafeinado y envuelto
en tradiciones folclóricas, eso sí, siempre condicionado por tu empeño personal,
de ponerlo al servicio del estado de España, a quien deben rendir pleitesía los
regionalistas del partido, sopena de ser excluidos del tinglado a la hora de
repartir los cargos.
Déjalo
ya, da igual que los análisis médicos te hayan dado más o menos bien, déjalo
ya, pasa a jarrón chino, y confórmate con haber sido un magnífico presidente de
Cantabria.
Te
mereces el reconocimiento más allá de tus votantes, los cántabros saben muy
bien de tu compromiso ciudadano, de tus empeños por hacer de Cantabria un lugar
de calidad y muy digno para vivir.
No
achuches demasiado, nunca vas a encontrar el momento de dejarlo si no tomas
personalmente la decisión, déjalo ya, ahora que tienes un valor excepcional
personal y político más allá de tus votantes. Te lo mereces, los cántabros
sabemos de tu honestidad y seguimos a la espera de poder darte ese
reconocimiento público y sentido que te mereces.
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