Con un pan
debajo del brazo, a modo de Plan Estratégico Cantabria 2030, fue como acudió al
parlamento regional el diputado Lorenzo Vidal de la Peña, un plan que según pude
comprobar personalmente, en una reunion de presentación con el Diputado de
Podemos Jose Ramon Blanco, ilusionaba al diputado convencido que iba a ser la
alternativa a la crisis industrial permanente en la que vive nuestra región desde
hace muchos años.
El diputado
popular, después de intentar convencer al gobierno regional – y especialmente
al presidente Miguel Angel Revilla - de las bondades de su plan, y sin que
avanzase más que la suerte de los otros
planes – el montón de los papeles – , decidió ofertarle a los del PP, esta vez con
éxito, el proyecto, aunque más por la necesidad política de la presidenta Buruaga, que por
su utilidad, convirtiéndolo enseguida en producto electoral.
Buruaga que
nunca creyó ni apoyo el plan de Vidal de la Peña enseguida lo enterró en el cajón
de las esperas, no sin antes aprovecharse de la idea y sacar la cabeza de la
bronca, que por aquel entonces tenía en su partido con el presidente Nacho
Diego.
Ese fue el
negocio que hicieron los populares con Vidal de la Peña, más allá, de incorporarle
como número dos en la candidatura, y aprovecharse de la buena imagen que por
aquel entonces tenía.
Han pasado
cuatro años, que le abran pesado mucho, y en los que se abra
preguntado una y otra, que es de lo mío, obtenido la respuesta
reiterada de la espera a mejor tiempo,
sin que este haya llegado nunca.
Algunos
calificaron a Vidal de la Peña como un verso suelto dentro del Partido Popular,
pero no es cierto, el diputado nunca fue un verso suelto, fue número dos de la
candidatura del PP, llevo una propuesta de reindustrialización perfectamente
desarrollada para salir de la crisis industrial, según la CEOE y útil para los
populares como propuesta política.
Por eso no
estoy muy de acuerdo con la despedida que hace el bueno de Vidal de la
Peña, diciendo que la política es lenta a la hora de tomar decisiones – que
también – sino que su partido es el que ha sido lento en defender y proponer su
Plan Estratégico 2030.
Eso sí que
ha sido lento, y más, una vez que el diputado denunciase en prensa la lentitud
e ineficacia de su partido, el que hoy abandona entre justificaciones más o
menos benevolentes.
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