12 ene 2017

El Presupuesto Regional que viene 2018

Revilla intercambia documentos con la vicepresidenta cántabra
Díaz Tezanos y el diputado de C's Rubén Gonzá
Se acabaron las fiestas, y con ello volvemos a la triste realidad de una región en crisis, llena de penurias y sombras para muchos de nuestros ciudadanos, algunos de ellos con la suerte percibir la escasa prestación asistencial de 426 euros, o tener un contrato precario de escasas horas y salario, cuando no, parados sin prestación alguna, que se agrupan en una  la lista interminable de más 44.019 personas, que a la fecha esperan el milagro de encontrar un trabajo estable que les permita alimentar a su familia, o visualizar mínimamente un futuro personal.

Una lista muy larga de cántabros que por desgracia cobija también a mas de 22.000 personas, que por no tener no tienen ni esa prestación de asistencia social que el estado concede, y que según parece tampoco este año se va a dotar con cantidad alguna del presupuesto regional con la que se pueda paliar esta grave necesidad colectiva.
Y en esas estamos cuando volvemos hablar de política, de presupuestos de promesas y en buena medida de confrontación entre partidos políticos,  que se disponen a explicarnos como van a gastar los escasos recursos económicos de nuestros impuestos, en un debate más bien reducido debido al pacto alcanzando entre PRC – PSOE – Ciudadanos que sin ningún escrúpulo se dispone a bloquear todas las propuestas de recaudación y gasto que se vayan a promover por los partidos de la oposición, que vergüenza toda una lección de democracia en el más amplio sentido de la palabra.

Para ello el Gobierno Regional se ha dotado de un Acuerdo Presupuestario que recoge de una parte la negativa de Ciudadanos a pactar cualquier iniciativa de recaudación fiscal, mientras se limita a echar un puñado de euros a la necesidad social como si se tratara de un hecho coyuntural, y de otra las propuestas del Gobierno, prácticamente las mismas políticas muchas de ellas fracasadas en el año 2016, y algunas otras repensadas una y otra vez por la Concertación Regional de sindicatos y patronal, ahora con la presencia de algunos Consejeros del Gobierno Regional.
Propuestas muchas de ellas la inmensa mayoría, limitadas sobre el papel a una mera declaración de principios, sin justificación económica y fecha de ejecución, propuestas abiertas en el tiempo y rechazadas por los partidos de la oposición, que ya las han valorado como imposibles de ejecutar al menos en su totalidad a la vista del cierre del año 2016 – con un déficit de 110 millones de euros - y la negativa a negociar una mínima reforma fiscal que ayudaría a paliar los ajustes y recortes que todo hace indicar se producirán no más tarde de la mitad de este año.

Y con estos mimbres empezamos un año nuevo, según parece, con un presupuesto inamovible, carente de credibilidad al menos para Podemos y Partido Popular, imposible de cumplir por estar inflado artificialmente los ingresos, y lo que es peor, su recaudación pendiente de la incipiente mejora de la economía todavía por demostrar.
Y si a esto le unimos el déficit del año pasado que obligara hacer ajustes para no acumular todavía mas la importante deuda pública que tiene nuestra región, al muy limitado gasto para la generación de empleo y motivación empresarial, y a los muchos ciudadanos vinculados a sectores muy castigados por las políticas de recorte europeas en ganadería y pesca  que se asienten solos y desprotegidos por la administración regional y nacional, lo que nos sale es más bien un refrito de propuestas deprimentes, algo parecido a lo ejecutado este año que ahora termina.

Y por si fuera poco un sector el de la industria, que todo hacia preveer seria objetivo prioritario para este año y que vuelve a quedar relegado al menos en el Acuerdo Presupuestario de Ciudadanos y el Gobierno Regional, a una escasa aportación de 150.000 euros para elaborar un Plan Industrial Estratégico hasta 2030, y como siempre palabras y mas palabras para la reindustrialización del Besaya y Reinosa.
Así que una vez más, y ya son demasiadas, Cantabria volverá a tener un presupuesto regional de escaso rigor técnico, sin una estrategia definida por consenso que nos ayude a salir de esta maldita crisis, con más o menos suerte a la hora de ejecutar el gasto, no vaya a ser que algún nuevo avispado nos venda alguna moto donde invertir y al final nos salga otro Néstor Martin o algo parecido, y los cántabros siempre pacientes para con sus políticos que volveremos a ser los sufridores de esta penosa gestión.

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