Solar Sanatorio del Carmen Torrelavega |
El 25 de Octubre de 1983, unas cincuenta trabajadoras de la Clínica del Carmen de Torrelavega, entre ellas dirigentes regionales de la USO
- se encerraban en las oficinas del Insalud de Santander, en señal de protesta
por el impacto que sobre el empleo - 120 puestos de trabajo - se podía dar
después de que el Insalud anunciara su decisión de suprimir los conciertos con los
sanatorios de la comarca del Besaya, a cambio una promesa abierta en el tiempo
de crear una estructura sanitaria que conjuntamente con el Hospital de
Valdecilla atendiera a los ciudadanos de Torrelavega y su comarca.
Inmediatamente, el por aquel entonces
Director del Insalud Fernando Lamata, puso en marcha una campaña de
intoxicación informativa, para intentar convencer a los ciudadanos de
Torrelavega, que los anuncios de pérdida de puestos de trabajo y del deterioro
del servicio sanitario, solo obedecían a razones “tendenciosas y malintencionadas”,
a la vez, que justificaba la retirada de los conciertos sanitarios, en el abuso
que estos venían haciendo en la facturación al Insalud, por el mantenimiento de
pacientes ingresados por más tiempo del necesario.
La UGT buena compañera de viaje del partido
socialista de aquel entonces, fue quien primero justifico los recortes, envolviéndose
en palabras grandilocuentes para convencer de las maldades “corruptelas y
despilfarros” de las clínicas privadas, a
quienes colocaba como meras empresas privadas, obviando su vinculación de
muchos años con la atención sanitaria y la sustitución del Insalud en la
comarca del Besaya. Como respuesta al abandono sanitario, se anunciaba la
construcción de un hospital comarcal que por aquel entonces se encontraba en
las antípodas, cuando lo que se necesitaba era mantener las clínicas privadas
como garantía sanitaria para los 46.000 ciudadanos de la segunda población más
importante de Cantabria.
Fernando Lamata Director Provincial INSALUD |
Aquel encierro y sobretodo la causa por la
Defensa de la Sanidad en Torrelavega, para la USO fue el inicio de una acción
sindical sostenida en el tiempo y a la que se fueron uniendo otras
organizaciones, sociales hasta la creación de la COORDINADORA POR LA SANIDAD, que
en los siguientes años vertebraría la denuncia social contra el cierre de los
establecimientos sanitarios.
Aquel encierro fue atajado de muy malas
maneras por la policía, el desalojo fue extremadamente violento, sobremanera
con los compañeros de USO, quienes fueron introducidos a trompicones en los
furgones policiales para su detención, solo evitada por los ciudadanos que se
arrojaron sobre la policía y los furgones haciendo imposible que arrancasen.
Días después la Clínica del Alba sería
la primera en recibir la orden del Insalud, para trasladar los enfermos al
Sanatorio del Carmen y Hospital de la Cruz Roja, constatando con ello su cierre
y lo irreversible de la decisión política tomada un hecho que impulsaría todavía
más la movilización, ahora de los trabajadores sanitarios de las tres clínicas,
que veían en esa primera decisión administrativa su futuro a medio plazo.
En esta defensa colectiva de los
trabajadores, los sindicatos al principio intentaron discutir con el Insalud
aspectos de carácter técnico, que estuvo a punto de hacernos perder la
referencia de lo más importante, la
defensa de la sanidad y de todos los puestos de trabajo. El Ayuntamiento de
Torrelavega, con su alcalde Manuel Rotella a la cabeza, enseguida ofreció los
terrenos para centro sanitario, lo que produjo un nuevo frente sindical ahora
para integrar a los trabajadores de las clínicas privadas en el nuevo hospital
comarcal de Sierrallana
Recuerdo que durante buena parte de las
reuniones, los trabajadores estuvieron encerrados en la Parroquia de la
Asunción, desde allí, sindicatos y comités de empresa se desplazaban, para de inmediato regresar a
informar de los avances y retrocesos, en las difíciles negociaciones que a
finales del 1983 se llevaban a cabo entre el Insalud, Consejería de Sanidad, Gobierno
Regional, sindicatos, clínicas privadas y comités de empresa, vamos un ejército
de personas que nos empeñábamos en poner orden a un futuro sanitario que diera
tranquilidad hasta que el hospital comarcal viera la luz.
Los sindicatos teníamos claro que el
objetivo final no era otro, que la incorporación de los compañeros al Insalud,
sin que para ello tendrían que realizar prueba alguna, cuestión esta que
tropezaba con alguna que otra disposición legal que debimos sortear y en las
que la administración sanitaria se hacia fuerte a nada que bajábamos la
guardia. La solución final, el reconocimiento por del Insalud de una escala de
baremos a razón de dos puntos por año de servicio en las clínicas privadas, baremo
que facilito mucho la solución final del conflicto.
Esta solución fue base para una bolsa de
trabajo que escrupulosamente controlada por los sindicatos sirvió para que se
inscribieran los trabajadores sanitarios, procedentes de la Clínica del Alba,
Sanatorio del Carmen y Hospital de la Cruz Roja, y su incorporación a la
Seguridad Social en distintos lugares de Cantabria, cubriendo, bajas,
vacaciones, contratos de interinidad, etc.
Ahora solo quedaba acordar la atención
sanitaria en la zona mientras se construía el Hospital de Sierrallana, para
ello se barajaron muchas alternativas que una y otra vez tropezaban con el Insalud
empeñado en cerrar las tres clínicas, incluso proponiendo que de forma temporal
quedase una abierta. Para el Insalud el futuro solo pasaba por que asumiéramos
el padrón de beneficiarios, 46.000 personas y con ello los ratios de estructura
personal y numero de camas necesarias – 120 -
para atender dicha población, números y mas números que no hacían mas
que demostrar el excedente de al menos dos de las clínicas privadas.
Esta rigidez, diría tozudez, por parte
del Insalud, fue inmediatamente contestada por el Ayuntamiento de Torrelavega y
por personas muy cualificadas del sector sanitario, como los doctores Manuel
Teira y Eduardo Cuevas, destacados dirigentes del PSOE, y por la propia
Coordinadora que cerró filas en torno a unos datos que demostraban lo absurdo
de los argumentos del Insalud.
En uno de los manifiestos que la
Coordinadora - constituida inicialmente por los sindicatos USO - CCOO, partidos
políticos AP, PDP, PCE, CDS y PRC y asociaciones de vecinos, Rio Indiana,
Covadonga, Sierrallana, Caseríos, Santa María, Nueva Ciudad, el Consejo
Municipal de la Tercera Edad y la Asamblea de Mujeres de Torrelavega - se podía
leer “Este Insalud, establece que una
asistencia sanitaria decente debe disponer de 3 camas por cada 1.000
habitantes. Atendiéndose a sus recursos económicos, aunque el criterio de la
Organización Mundial de la Salud establece 5 camas, partiendo de este dato y
para una mayor comprensión del problema, bastará observar el cuadro siguiente
para comprobar la negativa evolución y constantes rebajas a las que en materia
de sanidad, se esta sometiendo a Torrelavega y su comarca. Habitantes de la
Comarca, mas de 180.000, camas necesarias según el Insalud, 400, camas
disponibles actualmente 203, camas que el Insalud pretender darnos 120, estos
datos fueron el revulsivo que provocaría la asistencia masiva a las
manifestaciones y concentraciones que se dieron a lo largo del tiempo, y a las
que en buena parte no acudieron al menos de forma oficial ni el PSOE ni la UGT.
Habían pasado mas de dos años y ahora le
tocaba en suerte defender las posiciones del Insalud a su Director Provincial
Arcadio Prieto, quien prácticamente, venia a decir lo mismo que Fernando
Lamata, “las clínicas privadas deben asumir el concierto económico que diga el
Insalud, con una ocupación de doscientas camas a repartirse entre el Sanatorio
del Carmen y la Cruz Roja”, y así sucesivamente una y otra vez sin ofrecer
alternativa al dialogo, ni con las clínicas, ni con la Coordinadora, aunque formalmente
la vía de negociación nunca se cerrara.
La Coordinadora por la Sanidad de
Torrelavega, también llevo la movilización al Ayuntamiento, y lo hizo en
sucesivas ocasiones aunque la más importante se desarrollaría el 4 diciembre de
1985, en un pleno, al que se le obligo a incluir en su orden del día el problema
sanitario, por aquel entonces el alcalde era el socialista José Gutiérrez
Portilla.
La USO fue quien llevo la voz cantante
de los trabajadores, e interpelo al alcalde para que se tratase el tema
sanitario, una interpelación que acabo como el rosario de la aurora, con
bronca, suspensión del pleno, desalojo de todos, concejales incluidos del salón
de plenos, intervención directa de la policía nacional, quien se llevo por
delante entre otros a Juan Carlos con cierta violencia, vamos un pleno para
olvidar si no fuera por lo que estaba en juego.
El Sanatorio Nuestra Señora del Carmen
en el mes de Septiembre de 1985, presento oficialmente el Expediente de
Regulación de Empleo que dejaba en la calle a setenta trabajadores, para
ello argumento, pérdidas económicas
derivadas del incremento de costes, imposible de asumir debió a que la
Seguridad Social estaba reduciendo de forma paulatina el número de pacientes en
la clínica.
Las compañeras Trinidad Fuentevilla y María
Ángeles Hernández, fueron las encargadas de negociarlo y hacerlo prácticamente
en la calle. Después de cada reunión se celebraban asambleas, a la vez que se informaba
a los distintos miembros de la Coordinadora, y Instituciones de las propuesta
del Sanatorio del Carmen que llego a ofrecer en venta sus instalaciones y
negocio al Insalud, Cruz Roja Ayuntamiento de Torrelavega, Diputación Regional
de Cantabria y en último extremo a los propios trabajadores.
Aquellas discusiones duraron
oficialmente unos tres meses, por la mesa pasaron diversos planes y multitud de
documentos justificativos de ofertas y contraofertas que de nada sirvieron,
siempre tropezábamos con el mismo problema, el futuro no estaba en la mesa de
negociación, el futuro estaba muy lejos de Torrelavega, alguien había tomado la
decisión de cerrar las clínicas y con ello el negocio de la asistencia
sanitaria contratada entre el Insalud y la medicina privada, y como cabeza de
turco un Director Provincial del Insalud, Arcadio Prieto Moro que por más que
le presionamos no dio para atrás ni para tomar impulso.
Y una vez mas - y era la tercera
- los ciudadanos de Torrelavega, salieron a la calle, unas cinco mil personas,
bajo el grito “contra el
desmantelamiento hospitalario de Torrelavega”, esta vez, reclamando viabilidad
para las clínicas principalmente para el Sanatorio del Carmen que día tras día
veía mas cerca su cierre, una manifestación que finalizo dejando la puerta
abierta a nuevas movilizaciones, por aquel entonces ya se empezaba hablar de
huelga general.
Todavía vendrían grandes palabras ahora de José Ramón Toribio,
Secretario General del PSOE en Torrelavega quien llego anunciar que “El
Sanatorio del Carmen abriría con un decreto de intervención”, de mano del
Delegado del Gobierno García Villoslada, declaraciones grandilocuentes de un partido
político que se movía entre dejar caer la sanidad y publicitar su oferta
electoral, estábamos en elecciones políticas.
Los militantes de USO siempre estuvieron
al frente de aquellas movilizaciones, demostrando un valor y una claridad de
ideas encomiables, militantes como Fernando Izuel, Secretario General de USO,
por aquel entonces, Rufino Castañeda, Juan Carlos Gutiérrez, entre otros
muchos, no duraron ni solo memento en prestar su fuerza sindical y personal que
de todo hubo en aquellos largos años de confrontación social.
Luego llegaría la construcción del
Hospital Comarcal de Sierrallana, el hospital de referencia que tanto y tanto
costo que se hiciera, del que tanto presumió el PSOE como si fuera la obra de
una pelea social por ellos conseguida, enorme mentira, la solución de ese
hospital importante del que hoy disfrutan los ciudadanos del besaya, fue fruto
de una movilización social que duro mas tres años.
Pero no hay dos sin tres, la
Coordinadora de la Sanidad, se tuvo que poner una vez mas al frente de la
movilización, ahora por la instalación de unos barracones sanitarios – el
Insalud los llamaría módulos provisionales – en el Centro de Salud Dobra del
barrio de la Inmobiliaria, barracones que no fueron aceptados por sus vecinos
ya que su instalación podría justificar retrasos intencionados en la
finalización del hospital comarcal.
Pero la instalación de esos barracones
dejo algo más que confrontación social, dejo un lista de sancionados y demandas
judiciales instadas por el Insalud, a Rufino Castañeda, que era miembro de la
Coordinadora, Presidente de la Asociación de Vecinos de la Inmobiliaria y
dirigente de USO le costo un pleito
judicial por un “supuesto delito continuado de desordenes públicos” por los que
el fiscal solicito una pena de seis meses y un día de prisión menor y una
indemnización entre dos y cuatro millones de de las antiguas pesetas.
Bien es cierto que sucesivamente se
fueron retirando las sanciones a los diversos compañeros de la Coordinadora a
José Alberto García, Ángel Francisco Ceballos, Dionisio de la Parte, Pedro
Ontavilla, Herminio Ruiz, entre otros, pero con Rufino se ensañaron lo dejaron
hasta el final, hasta el mes de septiembre de 1996, quisieron dejarle como
ejemplo de lo que les podía pasar a los que se manifestarán en contra de las
decisiones del Insalud y el Ayuntamiento, pero Rufino aguanto, y acompañado de
los vecinos y militantes de USO que siempre le reconocieron su liderazgo y
compromiso social pudo llevar ese mal trago y rabia contenida que te produce la
injusticia cuando lo único que has hecho ha sido defender la sanidad para una
comarca tan importante como la del besaya.
Seguro que me dejo muchas cosas en el
tintero, fue una pelea social de todo un pueblo y de muchos compañeros y amigos
del sindicato que justo seria reconocerles con su nombre en este escrito, pero
son muchos los que se manifestaron y se la jugaron en el Ayuntamiento de
Torrelavega, por eso vaya el reconocimiento a una ejemplar actuación sindical
de la USO y sus militantes.
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