2 nov 2015

Apartado 11º.- Haciendo memoria “Así empezó todo” Cierre de las Clínicas Privadas de Torrelavega

Solar Sanatorio del Carmen Torrelavega
  El 25 de Octubre de 1983, unas cincuenta trabajadoras de la Clínica del Carmen de Torrelavega, entre ellas dirigentes regionales de la USO - se encerraban en las oficinas del Insalud de Santander, en señal de protesta por el impacto que sobre el empleo - 120 puestos de trabajo - se podía dar después de que el Insalud anunciara su decisión de suprimir los conciertos con los sanatorios de la comarca del Besaya, a cambio una promesa abierta en el tiempo de crear una estructura sanitaria que conjuntamente con el Hospital de Valdecilla atendiera a los ciudadanos de Torrelavega y su comarca.
 
Inmediatamente, el por aquel entonces Director del Insalud Fernando Lamata, puso en marcha una campaña de intoxicación informativa, para intentar convencer a los ciudadanos de Torrelavega, que los anuncios de pérdida de puestos de trabajo y del deterioro del servicio sanitario, solo obedecían a razones “tendenciosas y malintencionadas”, a la vez, que justificaba la retirada de los conciertos sanitarios, en el abuso que estos venían haciendo en la facturación al Insalud, por el mantenimiento de pacientes ingresados por más tiempo del necesario.

La UGT buena compañera de viaje del partido socialista de aquel entonces, fue quien primero justifico los recortes, envolviéndose en palabras grandilocuentes para  convencer de las maldades “corruptelas y despilfarros”  de las clínicas privadas, a quienes colocaba como meras empresas privadas, obviando su vinculación de muchos años con la atención sanitaria y la sustitución del Insalud en la comarca del Besaya. Como respuesta al abandono sanitario, se anunciaba la construcción de un hospital comarcal que por aquel entonces se encontraba en las antípodas, cuando lo que se necesitaba era mantener las clínicas privadas como garantía sanitaria para los 46.000 ciudadanos de la segunda población más importante de Cantabria.

Fernando Lamata Director Provincial INSALUD
Aquel encierro y sobretodo la causa por la Defensa de la Sanidad en Torrelavega, para la USO fue el inicio de una acción sindical sostenida en el tiempo y a la que se fueron uniendo otras organizaciones, sociales hasta la creación de la COORDINADORA POR LA SANIDAD, que en los siguientes años vertebraría la denuncia social contra el cierre de los establecimientos sanitarios.

Aquel encierro fue atajado de muy malas maneras por la policía, el desalojo fue extremadamente violento, sobremanera con los compañeros de USO, quienes fueron introducidos a trompicones en los furgones policiales para su detención, solo evitada por los ciudadanos que se arrojaron sobre la policía y los furgones haciendo imposible que arrancasen.

Días después la Clínica del Alba sería la primera en recibir la orden del Insalud, para trasladar los enfermos al Sanatorio del Carmen y Hospital de la Cruz Roja, constatando con ello su cierre y lo irreversible de la decisión política tomada un hecho que impulsaría todavía más la movilización, ahora de los trabajadores sanitarios de las tres clínicas, que veían en esa primera decisión administrativa su futuro a medio plazo.

En esta defensa colectiva de los trabajadores, los sindicatos al principio intentaron discutir con el Insalud aspectos de carácter técnico, que estuvo a punto de hacernos perder la referencia de lo más importante,  la defensa de la sanidad y de todos los puestos de trabajo. El Ayuntamiento de Torrelavega, con su alcalde Manuel Rotella a la cabeza, enseguida ofreció los terrenos para centro sanitario, lo que produjo un nuevo frente sindical ahora para integrar a los trabajadores de las clínicas privadas en el nuevo hospital comarcal de Sierrallana

Recuerdo que durante buena parte de las reuniones, los trabajadores estuvieron encerrados en la Parroquia de la Asunción, desde allí, sindicatos y comités de empresa se  desplazaban, para de inmediato regresar a informar de los avances y retrocesos, en las difíciles negociaciones que a finales del 1983 se llevaban a cabo entre el Insalud, Consejería de Sanidad, Gobierno Regional, sindicatos, clínicas privadas y comités de empresa, vamos un ejército de personas que nos empeñábamos en poner orden a un futuro sanitario que diera tranquilidad hasta que el hospital comarcal viera la luz.

Los sindicatos teníamos claro que el objetivo final no era otro, que la incorporación de los compañeros al Insalud, sin que para ello tendrían que realizar prueba alguna, cuestión esta que tropezaba con alguna que otra disposición legal que debimos sortear y en las que la administración sanitaria se hacia fuerte a nada que bajábamos la guardia. La solución final, el reconocimiento por del Insalud de una escala de baremos a razón de dos puntos por año de servicio en las clínicas privadas, baremo que facilito mucho la solución final del conflicto.

Esta solución fue base para una bolsa de trabajo que escrupulosamente controlada por los sindicatos sirvió para que se inscribieran los trabajadores sanitarios, procedentes de la Clínica del Alba, Sanatorio del Carmen y Hospital de la Cruz Roja, y su incorporación a la Seguridad Social en distintos lugares de Cantabria, cubriendo, bajas, vacaciones, contratos de interinidad, etc.

Ahora solo quedaba acordar la atención sanitaria en la zona mientras se construía el Hospital de Sierrallana, para ello se barajaron muchas alternativas que una y otra vez tropezaban con el Insalud empeñado en cerrar las tres clínicas, incluso proponiendo que de forma temporal quedase una abierta. Para el Insalud el futuro solo pasaba por que asumiéramos el padrón de beneficiarios, 46.000 personas y con ello los ratios de estructura personal y numero de camas necesarias – 120 -  para atender dicha población, números y mas números que no hacían mas que demostrar el excedente de al menos dos de las clínicas privadas.

Esta rigidez, diría tozudez, por parte del Insalud, fue inmediatamente contestada por el Ayuntamiento de Torrelavega y por personas muy cualificadas del sector sanitario, como los doctores Manuel Teira y Eduardo Cuevas, destacados dirigentes del PSOE, y por la propia Coordinadora que cerró filas en torno a unos datos que demostraban lo absurdo de los argumentos del Insalud.

En uno de los manifiestos que la Coordinadora - constituida inicialmente por los sindicatos USO - CCOO, partidos políticos AP, PDP, PCE, CDS y PRC y asociaciones de vecinos, Rio Indiana, Covadonga, Sierrallana, Caseríos, Santa María, Nueva Ciudad, el Consejo Municipal de la Tercera Edad y la Asamblea de Mujeres de Torrelavega - se podía leer “Este Insalud, establece que una asistencia sanitaria decente debe disponer de 3 camas por cada 1.000 habitantes. Atendiéndose a sus recursos económicos, aunque el criterio de la Organización Mundial de la Salud establece 5 camas, partiendo de este dato y para una mayor comprensión del problema, bastará observar el cuadro siguiente para comprobar la negativa evolución y constantes rebajas a las que en materia de sanidad, se esta sometiendo a Torrelavega y su comarca. Habitantes de la Comarca, mas de 180.000, camas necesarias según el Insalud, 400, camas disponibles actualmente 203, camas que el Insalud pretender darnos 120, estos datos fueron el revulsivo que provocaría la asistencia masiva a las manifestaciones y concentraciones que se dieron a lo largo del tiempo, y a las que en buena parte no acudieron al menos de forma oficial ni el PSOE ni la UGT.

Habían pasado mas de dos años y ahora le tocaba en suerte defender las posiciones del Insalud a su Director Provincial Arcadio Prieto, quien prácticamente, venia a decir lo mismo que Fernando Lamata, “las clínicas privadas deben asumir el concierto económico que diga el Insalud, con una ocupación de doscientas camas a repartirse entre el Sanatorio del Carmen y la Cruz Roja”, y así sucesivamente una y otra vez sin ofrecer alternativa al dialogo, ni con las clínicas, ni con la Coordinadora, aunque formalmente la vía de negociación nunca se cerrara.

La Coordinadora por la Sanidad de Torrelavega, también llevo la movilización al Ayuntamiento, y lo hizo en sucesivas ocasiones aunque la más importante se desarrollaría el 4 diciembre de 1985, en un pleno, al que se le obligo a incluir en su orden del día el problema sanitario, por aquel entonces el alcalde era el socialista José Gutiérrez Portilla.

La USO fue quien llevo la voz cantante de los trabajadores, e interpelo al alcalde para que se tratase el tema sanitario, una interpelación que acabo como el rosario de la aurora, con bronca, suspensión del pleno, desalojo de todos, concejales incluidos del salón de plenos, intervención directa de la policía nacional, quien se llevo por delante entre otros a Juan Carlos con cierta violencia, vamos un pleno para olvidar si no fuera por lo que estaba en juego.

El Sanatorio Nuestra Señora del Carmen en el mes de Septiembre de 1985, presento oficialmente el Expediente de Regulación de Empleo que dejaba en la calle a setenta trabajadores, para ello  argumento, pérdidas económicas derivadas del incremento de costes, imposible de asumir debió a que la Seguridad Social estaba reduciendo de forma paulatina el número de pacientes en la clínica.

Las compañeras Trinidad Fuentevilla y María Ángeles Hernández, fueron las encargadas de negociarlo y hacerlo prácticamente en la calle. Después de cada reunión se celebraban asambleas, a la vez que se informaba a los distintos miembros de la Coordinadora, y Instituciones de las propuesta del Sanatorio del Carmen que llego a ofrecer en venta sus instalaciones y negocio al Insalud, Cruz Roja Ayuntamiento de Torrelavega, Diputación Regional de Cantabria y en último extremo a los propios trabajadores.

Aquellas discusiones duraron oficialmente unos tres meses, por la mesa pasaron diversos planes y multitud de documentos justificativos de ofertas y contraofertas que de nada sirvieron, siempre tropezábamos con el mismo problema, el futuro no estaba en la mesa de negociación, el futuro estaba muy lejos de Torrelavega, alguien había tomado la decisión de cerrar las clínicas y con ello el negocio de la asistencia sanitaria contratada entre el Insalud y la medicina privada, y como cabeza de turco un Director Provincial del Insalud, Arcadio Prieto Moro que por más que le presionamos no dio para atrás ni para tomar impulso.

Y una vez mas - y era la tercera - los ciudadanos de Torrelavega, salieron a la calle, unas cinco mil personas, bajo el grito “contra  el desmantelamiento hospitalario de Torrelavega”, esta vez, reclamando viabilidad para las clínicas principalmente para el Sanatorio del Carmen que día tras día veía mas cerca su cierre, una manifestación que finalizo dejando la puerta abierta a nuevas movilizaciones, por aquel entonces ya se empezaba hablar de huelga general.

 Sin solución de continuidad unos días después la dirección del Sanatorio del Carmen, entrego definitivamente las cartas de despido a todos los trabajadores, a quienes por aquellas fechas se les adeuda cinco meses de salario, y mas de lo mismo, debates y mas debates sobre el “concierto sanitario”  y su futuro, debates que ya no tenían ningún fin ya que los trabajadores a partir del 22 de febrero de 1986 dejaron de pertenecer a la empresa.

 

Todavía vendrían  grandes palabras ahora de José Ramón Toribio, Secretario General del PSOE en Torrelavega quien llego anunciar que “El Sanatorio del Carmen abriría con un decreto de intervención”, de mano del Delegado del Gobierno García Villoslada, declaraciones grandilocuentes de un partido político que se movía entre dejar caer la sanidad y publicitar su oferta electoral, estábamos en elecciones políticas.

 El 21 de Marzo de 1986, se celebro la  huelga general secundada por toda la población, el cien por cien de los establecimientos comerciales, entidades bancarias, colegios, empresas, todos se sumaron a la convocatoria solo fue empañada mínimamente por la UGT - PSOE que no la secundaron.

Los militantes de USO siempre estuvieron al frente de aquellas movilizaciones, demostrando un valor y una claridad de ideas encomiables, militantes como Fernando Izuel, Secretario General de USO, por aquel entonces, Rufino Castañeda, Juan Carlos Gutiérrez, entre otros muchos, no duraron ni solo memento en prestar su fuerza sindical y personal que de todo hubo en aquellos largos años de confrontación social.

Luego llegaría la construcción del Hospital Comarcal de Sierrallana, el hospital de referencia que tanto y tanto costo que se hiciera, del que tanto presumió el PSOE como si fuera la obra de una pelea social por ellos conseguida, enorme mentira, la solución de ese hospital importante del que hoy disfrutan los ciudadanos del besaya, fue fruto de una movilización social que duro mas tres años.

Pero no hay dos sin tres, la Coordinadora de la Sanidad, se tuvo que poner una vez mas al frente de la movilización, ahora por la instalación de unos barracones sanitarios – el Insalud los llamaría módulos provisionales – en el Centro de Salud Dobra del barrio de la Inmobiliaria, barracones que no fueron aceptados por sus vecinos ya que su instalación podría justificar retrasos intencionados en la finalización del hospital comarcal.

Pero la instalación de esos barracones dejo algo más que confrontación social, dejo un lista de sancionados y demandas judiciales instadas por el Insalud, a Rufino Castañeda, que era miembro de la Coordinadora, Presidente de la Asociación de Vecinos de la Inmobiliaria y dirigente de USO  le costo un pleito judicial por un “supuesto delito continuado de desordenes públicos” por los que el fiscal solicito una pena de seis meses y un día de prisión menor y una indemnización entre dos y cuatro millones de de las antiguas pesetas.

Bien es cierto que sucesivamente se fueron retirando las sanciones a los diversos compañeros de la Coordinadora a José Alberto García, Ángel Francisco Ceballos, Dionisio de la Parte, Pedro Ontavilla, Herminio Ruiz, entre otros, pero con Rufino se ensañaron lo dejaron hasta el final, hasta el mes de septiembre de 1996, quisieron dejarle como ejemplo de lo que les podía pasar a los que se manifestarán en contra de las decisiones del Insalud y el Ayuntamiento, pero Rufino aguanto, y acompañado de los vecinos y militantes de USO que siempre le reconocieron su liderazgo y compromiso social pudo llevar ese mal trago y rabia contenida que te produce la injusticia cuando lo único que has hecho ha sido defender la sanidad para una comarca tan importante como la del besaya.

Seguro que me dejo muchas cosas en el tintero, fue una pelea social de todo un pueblo y de muchos compañeros y amigos del sindicato que justo seria reconocerles con su nombre en este escrito, pero son muchos los que se manifestaron y se la jugaron en el Ayuntamiento de Torrelavega, por eso vaya el reconocimiento a una ejemplar actuación sindical de la USO y sus militantes. 

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