Un hecho sin precedentes,
así lo calificaron los medios de comunicación cuando ocho organizaciones
suscribieron el “primer análisis de las prioridades regionales de Cantabria”.
Después le siguieron unos
cuantos más a instancia del gobierno regional, universidad, consejo económico y
social, patronal y otros frutos de la “concertación regional, desde aquel
primero del año 1985. PCE, CDS, ADIC, USO, CCOO, COES – CEPYME y UNIPIMEC,
fueron las organizaciones que agrupadas en la “Mesa Regional para Cantabria” trabajaron
durante diez meses en torno a los problemas prioritarios de la región, que
resultaron ser, el paro, las comunicaciones e infraestructuras, la política
industrial y política agraria, con mayor hincapié en la ganadería.
Y nada mas lejos de
nuestro objetivo, aquel trabajo colectivo entre organizaciones plurales no fue
más que una aportación a la política en general de todos para un trabajo común
que ayudase a salir de la situación de crisis que afectaba muy directamente a
los cántabros. Han pasado muchos años, demasiados para seguir hablando de
planes de reindustrialización, del paro que sino es por una causa es por otra
azota a Cantabria sin piedad, de hojas de ruta para la Cantabria 2030, etc.,
planes que, igual que aquellos todavía están sin conseguir, acuerdos que se
pactan para el papel y que solo son útiles para la campaña electoral.
Hoy volvemos hablar del
desempleo y como ayer ponemos recetas que la “mesa regional del 1985” ya
consideraba prioritarios. Como, por ejemplo, los fondos municipales contra el
paro, las ayudas a las pymes y autónomos o la priorización para estas en la
realización de las obras que pudiera ejecutar la administración regional y
ayuntamientos, incluso el embrión de la concertación regional actual que por
aquel entonces proponíamos como una Comisión Regional de Empleo, formada por el
Inem, la consejería de empleo, sindicatos y 2 empresarios.
Y que decir de los
múltiples planes de formación profesional que hoy se proponen, también ayer se
fomentaban entorno a “una planificación racional de la formación profesional en
las distintas especialidades de acuerdo con las expectativas del mercado de
trabajo”.
La política regional de
hoy una y otra vez, se tropieza con los problemas sociales de los ciudadanos,
sin que parezca los pueda resolver sin la pelea reivindicativa, como ejemplo la
vivienda, pues bien también la mesa regional de entonces proponía medidas de
acción social ante el gobierno de turno por ejemplo el “establecer un convenio
entre la administración y la caja de ahorros para financiar la vivienda y el
pago del alquiler para los parados, o un fondo de ayuda para paliar las
necesidades urgentes (alimentación, ropa, etc.) y/o la creación de un servicio
Cooperativo para que con la mediación de la Diputación Regional no se c errase
ninguna empresa sin antes ofrecerla a los trabajadores con la mínima garantía
de viabilidad, propuestas entorno al cooperativismo que hoy la concertación
regional también propone en su actual acuerdo sobre el empleo.
Cuando leo, los planes de
reindustrialización que se han venido pactando en los sucesivos años, entre
administración, sindicatos y patronal, veo enormes similitudes con los
recogidos en aquellas prioridades de la “mesa regional”.
En aquellos años, también
se hablaba de crisis industrial, aunque con más fundamento al estar inmersos en
la famosa reconversión industrial que dejo a Cantabria fuera de las zonas de
urgente reindustrialización ZUR.
Hoy igual que ayer, se
habla de las grandes empresas de su financiación, de sus domicilios fiscales y
de sus decisiones que se encuentran fuera de nuestra región, de la necesidad de
potenciar en desarrollo tecnológico e innovación, de los polígonos
industriales, de la formación profesional, de la promoción industrial para
comarcas en crisis como las del saja Besaya y Campoo de la financiación siempre
difícil de las pequeñas y medianas empresas de su inclusión en el Consejo
Económico y Social, pendiente de constituirse, etc., planes y propuestas industriales
que se repiten sin límite una y otra vez.
Y así hasta el infinito,
han pasado más de treinta años, desde aquel primer análisis de “Prioridades
Regionales de Cantabria”, y seguimos igual, cada año un nuevo plan que se
repite en términos generales, con bronca entre el gobierno y los agentes
sociales, y sin que seamos capaces de visualizar el futuro y las especialidades
a las que se va a dedicar nuestra región, con un presupuesto escaso y con
liderazgos políticos en los partidos que dejan mucho que desear, que pena.
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