Donde esta la tan “cacareada concertación regional”, esta vez, incapaz de influir mínimamente en la tramitación de los presupuestos regionales del 2021. Donde están los sindicatos UGT y CCOO, que nos tenían acostumbrados a la presión política sobre los partidos del parlamento y Gobierno Regional, que, desde hace tiempo, venia concertando con ellos, cierto pacto de consenso presupuestario.
De que les sirvió la Declaración suntuosa – firmada por el presidente del gobierno, vicepresidenta, y responsables de CEOE, UGT y CCOO - por la que constituían el Consejo de Dialogo Social de carácter Institucional al amparo de la Ley 4/2009, consejo que se constituía como órgano de participación política obligatoria en el debate presupuestos entre otros derechos. Absolutamente de nada.
El
Gobierno Regional una vez más, abusando de su mayoría parlamentaria, ha pasado
el rodillo al debate de presupuestos, y obligado a los sindicatos, a recurrir –
de forma vergonzosa - a los amigos diputados del PSOE, para meter un paquete de
enmiendas - bastante testimoniales – para lavar la cara a tanta falta de
influencia sindical.
Entre
ellas, el incremento del Fondo de Covid en unos seis millones de euros, para
complementar a trabajadores en ERTEs, y otro fondo de unos diez millones para
trabajadores y familias en extrema necesidad, fondos, como decía muy
testimoniales.
Donde
si parece han puesto más interés, es en la Ley de Acompañamiento o de Medidas
Fiscales y Administrativas, ley desde donde han pretendido modificar entre
otras, el texto que regula el nuevo Consejo Económico y Social (CES) y con ello
echar al sindicato USO, y al Consejo de Supervisión Continua del Instituto de
Finanzas de Cantabria (ICAF) donde siguen reclamando presencia.
En
una reciente concentración sindical ante la Delegación del Gobierno, hemos oído
a los secretarios generales de los sindicatos mayoritarios, pedir - con la boca
chica - al Gobierno Regional que “no dé la espalda al diálogo social”, que el presupuesto
para 2021 era "una auténtica mordaza" que “no miraba a los
trabajadores, que les daba la espalda”, en definitiva, que no eran ni “tan
expansivos”, ni tan eficaces como se estaban vendiendo.
Pues
bien, si ese es el pensamiento de los sindicatos, porque están tan escondidos
entre el ruido que produce el Covid 19, porque no actúan con la fuerza reivindicativa
necesaria, es que 45.000 parados en Cantabria, y el 11,8% de la población
–11,9% de los hogares– en situación de exclusión social, entre otros, es poco
problema para mover el animo de los sindicatos.
Si
hubiera un momento para la reivindicación en favor de los ciudadanos. Para
proponer e influir decisivamente, sin ninguna duda serie este, no hacerlo es y
una falta de interés y una vergüenza que el movimiento obrero no debería
permitir.
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