Compositores como Osvaldo Pugliese, que “aporto al tango composiciones armónicas de gran valor” como La Yumba, Negracha, Malandra, Horacio Salgan, destacado “arreglista musical” de tangos como, A fuego lento, La llamo Silbando, Grillito…. Homero Expósito, “inclinado a la metáfora vanguardista” por su influencia universitaria, autor de Oro falso, Percal, Yuyo Verde, Afiches…. Enrique Cadicamo, autor de La casita de mis viejos, Nostalgias, Tres Esquinas, al Mundo le falta un Tornillo…Alberto Castillo, de marcado estilo porteño y exagerado en gestos y vestimenta que contrasto con la elegancia de Carlos Gardel al que todos quisieron imitar. En su tango “Así se baila el Tango” deja clara su “arrogancia frente al otro”, Que saben los pitucos / lamidos y shushetas (petimetre) / que saben lo que es tango / que saben de compas / Aquí está la elegancia / que pinta / que silueta / que porte / que arrogancia / que clase pa bailar.
En este recorrido por las
estrellas del tango, imprescindible citar al bandoneista Astor Piazzolla, inventor
de una nueva manera de sentir e interpretar el tango, polémico donde los haya,
que dividió y divide al público declarando que “Si, es cierto, soy un
enemigo del tango; pero del tango como ellos lo entienden. Ellos siguen
creyendo en el compadrito, yo no. Si todo ha cambiado, también debe cambiar la
música de Buenos Aires. Somos muchos los que queremos cambiar el tango, pero
estos señores que me atacan no lo entienden ni lo van a entender jamás, yo voy
a seguir adelante a pesar de ellos”.
Y bien que siguió, primero
creando al grupo Octeto Buenos Aires que revolucionaria la estética del tango, musicalizando
películas, poemas de Borges o escribiendo la ópera Maria de Buenos Aires, y
luego impulsando el género creando obras maestras como la música en Adiós
Nonino o Verano Porteño, entre otras muchas.
Con Carlos Gardel abrimos
la lista de los cantantes de tango. El Morocho del Abasto, como se le llamaba
en su barrio y sobre el que se tejió el “mito” de su vida. Magnifico cantante y
actor de cine, que no solo triunfo en Argentina sino en otros muchos lugares
como Paris, New York, etc., un cantante que también interpreto música
folclórica, “campera” con su amigo Jose Razzano consiguiendo el reconocimiento
para dar el salto al tango y hacerlo a partir de 1917 de forma significativa, con
el tango Mi noche Triste.
Entre otros cantantes
caben destacar, Edmundo Rivero - la voz ronca del tango y erudito del
lunfardo - con el que lucio muchas de sus creaciones, entre otras, Amablemente,
El Ciruja, Viejo Smoking, Anclado en Paris…. Roberto Goyeneche (El Polaco),
caracterizado por su manejo de la pausa, acento y comprensión del texto que le
hicieron único en el paisaje porteño, Angel Vargas, el cantor, que sin
grandes alaracas, ni desgarraduras dramáticas supo abrirse paso, solo con su
voz agradable y afinada, Julio Sosa el (Varón del tango) que con un
estilo “recio” fue el último cantor al viejo estilo sin incursiones vanguardistas
y Susana Rinaldi (La Tana) la cantante que desde la literatura se pasó
al tango, y que con una “voz ronca, afinada y bien modulada” alcanzo el reconocimiento
en el tango, del que dijo que “es mucho más
que una música popular, es una manera de ser, de reconocerse y de entender la vida”.
Espero que estos retazos
sobre el tango hayan servido para conocerlo un poco más, a la vez que a sus
músicos, compositores y poetas, personajes que a todos los milongueros nos
suenan, pero que muchas veces nos resulta difícil distinguir.
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