En el artículo
del pasado 30 de Julio “La España inestable”, Castañeda anunciaba que, si la
izquierda llegase al poder, el gobierno regional se enfrentaría a una sequía
económica de cuatro años por sus compromisos con Cataluña y el País Vasco. Promesas
sin concretar, a la vez que recordaba lo bueno que seria para Cantabria un
gobierno del PP entiendo sin Vox, que por cierto no citado por su nombre en
ningún momento del largo artículo.
Afortunadamente,
el bueno de Castañeda comienza su escrito reconociendo las buenas e
incorruptibles prácticas democráticas del actual gobierno en funciones, para
concluir declarando una inestabilidad “por culpa de los partidos
independentistas y contrarios a la constitución”. Inseguridad que me imagino se
referirá a Vox, CIU, Junts y PNV – sin citarlos - aunque este último bien
pudiera librarse de la sentencia que recoge el escrito.
Y ya puestos
en la pontificación, yo me pregunto, si durante esta legislatura que acaba de
finalizar, o cuando los partidos mayoritarios negociaban con algunos de estos
partidos, los españoles no éramos iguales, a mí me parece que sí. Los gobiernos
del PP y PSOE indistintamente cuando han gobernado, lo han hecho para todos,
incluso en el debate presupuestario siempre útil para la censura política.
Dice
Castañeda que entramos en la incertidumbre, al menos, hasta que Sánchez pueda
formar gobierno – descarta a Feijoo – a la vez que hace un llamamiento a
Buruaga, para que cumpla con su programa electoral, en buena parte, heredado
del gobierno anterior, sin apenas encargos destacados, a no ser los retos
añejos de siempre, el AVE a Reinosa, la autovía Aguilar de Campoo a Burgos, los
espigones de la magdalena, el derribo de la residencia Cantabria y poco más.
Y para
solucionar lo que llama “punto final a la decadencia de la región” una reforma
fiscal apenas esbozada, la promesa de siempre ya cumplida de “elección de
centro educativo por los padres”, la reducción de plazos en la gestión
administrativa y ver como se convence a los alcaldes recién electos, para que
se agrupen con el ayuntamiento vecino, vamos una tarea escasa para un gobierno
comprometido hasta las cachas con el PRC y Vox, que le miran con cierta benevolencia,
a la espera de darle algún que otro bocado a nada que se distraiga.
Vale que
Buruaga esperaba un gobierno del PP – Vox y ahora lo va a tener un poco mas
difícil, pero de eso anunciar a bombo y platillo, la discriminación de
Cantabria por culpa del pacto político con los independentistas va un gran
trecho, que en el peor de los casos esta aun por demostrar.
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