Hay condenas judiciales que a pesar de ser condenables - valga la redundancia - sirven de reconocimiento social, como en este caso, el de unos trabajadores, que defendieron con uñas y dientes a Ferroatlantica - la antigua Fyesa - una industria que vienen desde hace muchos años vertebrando el empleo de Guarnizo y alrededores.
En estos días se ha hecho publica la sentencia de condena, para cuatro compañeros que en el año 2004 lucharon por ganar distancia entre la industria y una urbanización, empeñada en situar las viviendas a escasos metros de la zona industrial y con ello mantener en el tiempo un empeño mas que duro por acabar con esta industria.
Recuerdo muy bien como se desarrollo la confrontación, una pelea que no solo se traslado a la empresa constructora, poniéndola dificultades en su empeño por construir, una zona que debió ser terreno industrial, sino la manifestación publica y sobretodo frente al Ayuntamiento de Astillero.
Fueron muchos plenos municipales, a los que acudieron una y otra vez los trabajadores reclamando solución para una fila de viviendas, que de ninguna manera podía situarse a escasos metros de los hornos, una solución que solo fue posible, como siempre, después de la movilización, y en este caso por desgracia con cuatro trabajadores condenados en un triste día de agosto del que seguro, los primeros en lamentarlo serán los propios trabajadores.
Por cierto los mismos que como hijos de empleados y/o trabajadores de Fyesa, unos años antes se vieron en la obligación de confrontar con la empresa y con la policía por mantenerla abierta.
Así que vaya mi reconocimiento para los compañeros condenados, que solo lo han sido por defender los puestos de trabajo de la Ferroatlatica.
En estos días se ha hecho publica la sentencia de condena, para cuatro compañeros que en el año 2004 lucharon por ganar distancia entre la industria y una urbanización, empeñada en situar las viviendas a escasos metros de la zona industrial y con ello mantener en el tiempo un empeño mas que duro por acabar con esta industria.
Recuerdo muy bien como se desarrollo la confrontación, una pelea que no solo se traslado a la empresa constructora, poniéndola dificultades en su empeño por construir, una zona que debió ser terreno industrial, sino la manifestación publica y sobretodo frente al Ayuntamiento de Astillero.
Fueron muchos plenos municipales, a los que acudieron una y otra vez los trabajadores reclamando solución para una fila de viviendas, que de ninguna manera podía situarse a escasos metros de los hornos, una solución que solo fue posible, como siempre, después de la movilización, y en este caso por desgracia con cuatro trabajadores condenados en un triste día de agosto del que seguro, los primeros en lamentarlo serán los propios trabajadores.
Por cierto los mismos que como hijos de empleados y/o trabajadores de Fyesa, unos años antes se vieron en la obligación de confrontar con la empresa y con la policía por mantenerla abierta.
Así que vaya mi reconocimiento para los compañeros condenados, que solo lo han sido por defender los puestos de trabajo de la Ferroatlatica.
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