Por Manuel
Zaguirre Ex Secretario General de la
USO. Militante PSC.
Yo
entré en la USO (Unión Sindical Obrera), en Catalunya, a primeros de Octubre de
1967, con casi un año previo de observación y maceración de parte de mis
mayores ya militantes. Tenía recién estrenados mis 20 años.
Una
de las primeras tareas que me encomendaron fue vender un librito que se había
editado en el extranjero y circulaba
clandestinamente en España. El libro, me dijeron, se vendía a 50 pesetas (0,30 euros) y lo que se recogiera iba
destinado a ayudar a familias que habían sufrido represión y despidos en un
pueblo cerca de Bilbao.
Yo
me lié a vender libros de aquellos en mi empresa, en el barrio, en la familia,
sin reparar mucho en su contenido que, por otra parte, venía recogido en la
portada del mismo: “Nuestra Huelga, 30 Noviembre 1966 a 15 Mayo 1967, 163 días
de lucha obrera contra el capitalismo fascista del Estado Español. Trabajadores
de Laminación de Bandas Echévarri”. El
gran pintor vizcaino Agustín Ibarrola regaló un grabado metafórico de la
huelga, un enorme monolito –la dictadura y el capitalismo omnipotentes- que lo
rodeaban por abajo infinidad de diminutos seres humanos… que era el motivo
gráfico de la portada.
Lo
que yo vendía por solidaridad a 50 pesetas era la crónica apasionada, anónima,
clandestina, de la mayor huelga que se hizo en la dictadura franquista, contra
ella y contra aquel capitalismo que era su mayor beneficiario. Fueron casi 800
trabajadores que protagonizaron aquella gesta heroica, metalúrgicos de una pequeña
siderurgia a pocos kilómetros de Bilbao, En aquella época, en aquella Vizcaya,
una empresa de 800 trabajadores era poco menos que una “pyme” en comparación
con las grandes factorías siderúrgicas o con los astilleros que ocupaban a
decenas y decenas de miles de ellos.
Estos
días se han cumplido 50 años del inicio de aquella huelga inolvidable y,
dolorosamente, nadie se ha hecho eco de aquella gesta. Valgan estas líneas para
ello.
Para
que se hagan idea de lo que hablamos, la huelga estaba radicalmente prohibida y
podía ser castigado su ejercicio como “delito de lesa patria”. Resistir durante
seis meses fuera y contra la legalidad perversa de un Estado policiaco y
represor omnipotente, da idea de la dureza de las condiciones de vida y trabajo
y de las ansias de libertad que vivía la gente. Obviamente, esa resistencia no
hubiera sido posible sólo para los 800 trabajadores de “Bandas”. Hubo un
movimiento de solidaridad imponente en Vizcaya, en Guipúzcoa, en muchos puntos
de España con presencia fuerte del Movimiento Obrero. Solidaridad con “Bandas”
que, en el País Vasco sobre todo, se veía reforzada por el gran éxito de los
grupos sindicales clandestinos en las recientes elecciones sindicales legales
de 1966. El presidente del sindicato del metal legal de Vizcaya, Antonio Prado,
era de la USO. En Guipúzcoa, el presidente y vicepresidente del sindicato del
metal, Arrázola y Susperregui, eran ambos de la USO también… Por supuesto, la
mayoría de representantes sindicales electos en “Bandas” en 1966 eran de la USO…
Nunca una táctica de utilización de la limitada legalidad sindical disponible
resultó tan inteligente y exitosa.
Obviamente,
la huelga se perdió. Para ganarla habría que haber tumbado a la dictadura y eso
era mucho pedirle a los 800 de ”Bandas” y a los miles y miles que les brindamos
apoyo generoso. A la resistencia, la combatividad, las penurias de todo tipo de
las familias huelguistas (mención de honor al coraje y firmeza de las mujeres
en lucha), la solidaridad ejemplar y sostenida… se oponía la fuerza bruta y
brutal de la represión policial, patronal, judicial, del silencio mediático más
absoluto, de una dictadura de Franco pletórica de fuerza y reconocimiento
internacional Y un 15 de Mayo de 1967,
en plena primavera, los trabajadores de “Laminación de Bandas en Frío” de
Echévarri volvieron al trabajo. Por el duro y heroico camino de la huelga se
habían quedado casi 300 de los 800, entre despedidos, encarcelados, deportados,
apaleados en comisarías y cuartelillos, amén de un gran número de represaliados
de otras empresas activas en su solidaridad … Un duro tributo. Es hora también
de recordar a una de las personas más decentes que yo traté en mi vida
militante, defensor de los trabajadores de “Bandas” ante los tribunales
franquistas, Don Joaquín Ruiz-Gimenez, que en paz descanse. Un
demócrata-cristiano auténtico y que, en cierto modo, reflejaba el apoyo
resuelto de la Iglesia vizcaína a la lucha de los de “Bandas”.
Con
el paso de los años, ya en Democracia, pude tratar esporádicamente a algunos de
aquellos militantes míticos. Para mí, la sola existencia de gente de ese valor
humano reforzaba mi propio compromiso y lealtad a la causa del Trabajo y la
Justicia … Muchos años después, en 1999, en un ejercicio inolvidable de
recuperación de la memoria histórica, reunimos a 7 u 8 compañeros, ya muy
mayores, que habían sido represaliados en “Bandas”, en una mesa redonda en la
sede de la USO en Basauri, muy cerca de Echévarri … En 50 años de militancia
uno ha vivido mucho, pero la emoción, la sencillez, la humildad de aquellos
hombres, regalándonos su memoria de una de las gestas más grandes del
Movimiento Obrero contra el franquismo, es una de las vivencias más intensas.
Inolvidable el compañero Nicéforo González que, más de treinta años después de
aquella lucha, no quiso desvelar el secreto de dónde ocultaba la multicopista
clandestina –obsesión de la policía- en la que editaban la información diaria
para dar y recibir ánimos y solidaridad a los huelguistas y a cuantos los
apoyaban … Resultado de aquella mesa redonda fue una extensa crónica que yo
publiqué en la revista de la USO “El Proyecto”, número 27, bajo el título “1966-1967,
Bandas, la más larga huelga bajo y contra el franquismo”.
Honor
y gloria a los compañeros de “Bandas” y a tantos y tantos otros que escribieron
realmente la Historia y con su sacrificio y su lucha socavaron los cimientos
del “goliat” franquista y dignificaron la grandeza de su enemigo más
insobornable, la Clase Trabajadora de los pueblos de España. Ojalá que aquellos
testimonios sean recogidos por los militantes de hoy, no importa bajo qué
siglas, para reforzar su pasión y su compromiso en la lucha por la supremacía
de la Democracia y del Trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario