10 feb 2021

El Tango en Cantabria

 A nosotros los milongueros y milongueras de Cantabria, se nos esta haciendo demasiado largo las limitaciones sociales que el Covid nos está aplicando especialmente por las restricciones que ello supone, para nuestra pasión, el baile del tango.  Para quienes, en el tango, encontramos momentos de fuerte intensidad y relación social. Estar sometidos al paseo diario, entre la calle burgos, los jardines de pereda, puerto chico y … sin tener como referencia la celebración de la “Milonga”, no deja de ser un mal rollo, que vamos soportando con paciencia franciscana, eso sí, con la disciplina debida y siempre atentos al Presidente Revilla que entre una de cal y otra de arena, difícil de saber cuándo vamos a volver a bailar.

Y así, mientras el Covid esté presente, siempre nos quedaran las redes sociales, los encuentros en Facebook, los blogs de diverso contenido, la última moda de clases de tango online, algún que otro comentario con más o menos acierto, e incluso colectivos de profesores y aficionados que una y otra vez no dejan de tener encendida la llama del tango.

Hasta cuando, difícil de saberlo, - incluso con las vacunas -, un tiempo largo que espero no haya desanimado a los promotores de las cuatro milongas de Santander, la Milonga La Capillita, el Centro Social y Cultural La Encina, Centro Cultural Montaraz y la Sala Black brid Club y que podamos disfrutar cuanto antes de nuestra pasión el tango.

Y mientras tanto la PACIENCIA con mayúsculas, la salud por encima de todo, los tangueros somos conscientes de que este momento es el momento de todos para la solidaridad y el cumplimiento riguroso de las medidas anti Covid y a ello nos hemos obligado sin ninguna limitación.

PACIENCIA el tango de 1937 letra Francisco Gorrindo y música de Juan `D Arienzo, interpretado por El Tito Héctor Maure

Anoche, de nuevo te vieron mis ojos;
anoche, de nuevo te tuve a mi lao.
¡Pa qué te habré visto si, después de todo,
fuimos dos extraños mirando el pasao!
Ni vos sos la misma, ni yo soy el mismo. .
¡Los años! ... ¡La vida!... ¡Quién sabe lo qué!...
De una vez por todas mejor la franqueza:
yo y vos no podemos volver al ayer.

Paciencia...
La vida es así.
Quisimos juntarnos por puro egoísmo
y el mismo egoísmo nos muestra distintos.
¿Para qué fingir?
Paciencia...
La vida es así.
Ninguno es culpable, si es que hay una culpa.
Por eso, la mano que te di en silencio
no tembló al partir.

Haremos de cuenta que todo fue un sueño,
que fue una mentira habernos busca o;
así, buenamente, nos queda el consuelo
de seguir creyendo que no hemos cambiao.
Yo tengo un retrato de aquellos veinte años
cuando eras del barrio el sol familiar.
Quiero verte siempre linda como entonces:
lo que pasó anoche fue un sueño no más.

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