Y asi sin
ninguna o muy poca experiencia teatral, se han subido al escenario a recordar,
en una especie de obra de teatro, a modo de relato - a ratos leído y a ratos
interpretado - nos han ido explicando con todo lujo de detalles lo que fue
aquello, los sentimientos, las penurias económicas, y el desarraigo que sufrieron
en post del bien común de los ciudadanos de gran parte del norte de España, sin
que recibieran por ello, explicaciones razonables y mucho menos el justiprecio
que en justicia les correspondía. Ante la injusticia les tocaba empezar de
nuevo en una España se posguerra llena de sufrimiento, especialmente para
aquellos que como los afectados, habitantes de Reinosa, lo habían perdido todo.
Y a tal fin,
con la mirada puesta en el recuerdo y en buena medida en la denuncia, los
amigos de la Comisión Campurriana para la Historia del Pantano del Ebro, se han
puesto a la faena, construyendo un relato, que en la escena recupera
conversación entre personas que con nombre y apellidos han formado parte de la
historia. La cantina, el ayuntamiento, la iglesia, las casas lugares de
encuentro de las mujeres, los barracones donde vivieron los presos, entre
otros, son los espacios que agrupan la conversación que camina entre la
historia hasta 1952 que el dictador Franco inauguro el pantano.
Enhorabuena
para los miembros de la Comisión Campurriana, os deseo éxito y os deseo animo
en vuestro objetivo de recordar este suceso sin sentido que, de una forma u
otra, arruino tanta vidas.
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