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7 sept 2015

Apartado 7º.- Haciendo memoria “Así empezó todo” Las adhesiones a la USO

 En el transcurso de los años al sindicato, se le unieron diversos colectivos y sindicatos de trabajadores, que ampliaron la afiliación a la vez que aportaron dirigentes y pensamiento ideológico para el desarrollo de la organización en Cantabria, compañeros que no solo hicieron más grande al sindicato, sino que  de alguna manera le “obligaron” adaptarse a nuevas situaciones, tanto para los que se incorporaban como para los que, les recibíamos.
 
Si tuviéramos que poner orden a esta relación de colectivos y sindicatos, tendríamos que situar al SOAS (Sindicato Obrero Autogestionario de Solvay), como primer referente de ello. Este sindicato de ámbito de empresa se integro en el año 1978, después de haber concurrido a las primeras elecciones sindicales en la empresa Solvay, con un magnífico resultado de cuatro miembros en el comité de empresa, compitiendo con UGT, CCOO  y la propia USO que solo obtuvo un representante.
 
El SOAS estaba dirigido por los compañeros Cesáreo Sotorrios y Juan Carlos Gutiérrez Torre quienes a su vez estaban vinculados a HOAC y más en concreto al Movimiento Obrero Autogestionario.
 
Julian Gomez del Castillo
Cuando tuve la oportunidad de hablar con Juan Carlos sobre este importante episodio sindical me dijo que el componente ideológico de aquel entonces “socialismo autogestionario”, presidía toda la actividad del SOAS, por eso no tuvieron muchas dificultades para alcanzar la integración en USO, nuestros estatutos Confedérales y Carta Fundacional recogían ampliamente este objetivo, alcanzar una nueva sociedad donde el Socialismo Autogestionario fuera una realidad y hacerlo a partir de los trabajadores, jóvenes hijos de aquellos que lucharon por la libertad contra la dictadura de Franco.
 
Sus interlocutores de USO fueron Álvaro Oreña, Ángel Méndez y Rufino Castañeda, ellos como ya comente anteriormente, no solo compartieron el importante momento de la integración sino fueron entre otros, los orígenes de la USO en la Comarca del Besaya.
 
Prácticamente en el mismo momento de la integración del SOAS a la USO, se produjo en Solvay  una de las mas importantes movilizaciones sindicales, que puso a prueba la coincidencia de estrategia y de acción sindical de ambas organizaciones, una huelga de 41 días por la que se reivindicaba entre otras cosas, la homologación de salarios y condiciones laborales y sociales, entre las diversas  plantas de Solvay en España, conflicto que requirió de estrategias unitarias y que cerraron todavía mas la unidad sindical, entre amabas organizaciones.
 
Juan Carlos recordaba con enorme cariño la solidaridad de los trabajadores  de Cantabria durante el conflicto  “nos enviaron dinero que ayudo mucho a nuestra pelea sindical” y que fue reintegrado a la bolsa común para que otros trabajadores en otros conflictos se pudieran apoyar, conflicto que duro demasiado y que requirió de estrategias novedosas para los “nuevos sindicatos”.
 
Jose Luis Lastra LLata
Traer a la memoria de USO este pasaje tiene su importancia, porque, los dirigentes sindicales de Solvay enseguida asumieron la importante misión de implantar el sindicato en la comarca, y con ello por mucho tiempo la simultaneidad de responsabilidades y cargos, lo que a la larga condicionaría la acción sindical del conjunto. Este sin duda fue el caso de los compañeros de Solvay, que durante demasiados años marcaron el devenir el sindicato desde la sección sindical.
En 1978 se produjo la integración regional en la USO del MOA (Movimiento Obrero Autogestionario), organización, que no tenía un perfil clásico de sindicato, sino que respondía mas a un movimiento obrero de pensamiento cristiano dentro de la iglesia católica, organización que pronto se abrió un pequeño espacio en el sindicato desde el área de formación, especialmente entre los compañeros de Torrelavega, muy receptivos a las charlas y debates de Benigno Ortiz y Gertrudis Barriuso entre otros.
El líder del MOA a nivel nacional Julián Gómez del Castillo - militante muy reconocido entre los trabajadores - fue quien después de un amplio debate entre sus afiliados y simpatizantes decidiera integrar su organización en la USO descartando otras opciones como la UGT, que por aquel entonces se empeñaba en demostrar que nuestro sindicato estaba vinculado a la UCD. El tono agresivo e infundado de este sindicato ayudo mucho a que Gómez del Castillo se decidiera por nosotros.
Pero el colectivo más importante que se vinculo a la USO sin duda fue la Central de los Sindicatos Independientes de Cantabria, en el año 1979, integración que genero dentro de la USO un enorme debate sobre el perfil ideológico de algunos de sus dirigentes. Por aquel entonces el sindicato había decidido a nivel nacional abrir la organización a estos colectivos, que de forma desestructurada se habían implantado en las empresas y sectores una vez desaparecido el sindicato vertical.
Su implantación competía con la USO en muchas empresas, sin que nos separaran posiciones insalvables en la mayoría de los casos, por lo tanto, salvar estos obstáculos “supuestamente ideológicos” fue el principal problema que se encontró el sindicato, y que necesito para su resolución la intervención directa de la Confederación a través del compañero Ismael Montero, quien a la postre presidiendo el II Congreso Regional, hizo posible con sus buenos oficios,  convencer a los unos y a los otros de esta importante integración.

Acto de fusion de SITA con USO
Por aquel entonces el pensamiento político de USO, tropezaba con algunos  dirigentes de estos colectivos, que proviniendo del sindicalismo vertical  -  que impero en España durante cuarenta años de dictadura - era la antítesis de lo que la USO de Cantabria  quería para sus filas.
En los Consejos Regionales de aquel entonces, era habitual el debate entre los dirigentes de USO reafirmando sus posiciones de “Autogestionarios y Socialistas” y la replica desde el colectivo independiente - representando por Fernando Cortines – que se empeñaba en recordarnos que “el sindicalismo no tenia porque ser ni socialista ni marxista, ni capitalista, solo de clase” argumentos, hoy perfectamente superados, que chocaban una y otra vez, que fueron resueltos por una comisión compuesta por USO, MOA y el Colectivo Independiente, demostrando que las diferencias estaban mas en las opiniones personales entre dirigentes, que entre los propios afiliados a las diversas organizaciones.
Un Consejo Regional celebrado el 8 Marzo de 1980, pudo elegir una ejecutiva regional de integración en la que todas las posiciones quedaron comprometidas, y que finalmente cerró el II Congreso Regional. Esta ejecutiva estuvo integrada por Juan José González Salas como Secretario General, Martín Mora, de Organización, Ladislao Pérez Acción Reivindicativa, José Vía de Formación, José María Mier Secretario de Sectores Específicos, José Luis Lastra de Economía, José Ramón Sobremazas Secretario de Acción Sindical, Domingo López García Información y Prensa, Clemente García Abad Secretario de Empleo, Fernando Cortines Alonso Secretario de Política - Sindical
El referente más importante – al menos para mi - del colectivo independiente fue José Luis Lastra, compañero muy comprometido con todas las responsabilidades que asumió, y quien hizo posible se salvaran muchos de los escollos que se abrieron por aquel entonces, su decisión personal de asumir el cargo de Secretario de Económica y Finanzas, durante tiempo, y en la Comisión de Garantías, ayudo mucho a ello. Pero es de justicia también el recordar, a otros compañeros de los “Independientes”  - que era como se les llamaba por aquel entonces – quienes haciendo muchas veces de tripas corazón, soportaron reproches innecesarios de quienes desde USO se consideraban en posesión de las esencias de la izquierda sindical, y que el tiempo en algunos casos demostraría mas bien todo lo contrario. Domingo López, José María Mier, Clemente García Abad, Iluminado Martínez, Fernando Cortines, entre otros, fueron de esos militantes comprometidos que hicieron mas grande el sindicato en afiliados y representación.
Seccion Sindical ASI-RBET-USO
Posteriormente vendrían otros sindicatos, con miras a estrategias vinculadas a las elecciones sindicales, en diversas empresas de nuestra región, como el Sindicato Independiente de Trabajadores de Aspla (SITA-USO) liderado por José Oyarbide, el Sindicato Independiente de Trabajadores de Bridgestone (SITB-USO),el Sindicato Independiente de Funcionarios de Cantabria (SIFCA-USO) y más recientemente el Sindicato Independiente de Trabajadores de Nissan, y la Asociación Sindical  Independiente Robert Bosch (ASI-RBET-USO) que nació como rechazo a la “doble escala salarial” firmada por los sindicatos mayoritarios en la empresa, la USO fue el vehículo que los trabajadores utilizaron para resolver -  incluso judicialmente - esta agresión salarial a los más jóvenes.

Sin duda la estrategia de abrir la USO a los colectivos independientes bajo mi opinión,  fue muy acertada y en buena medida inacabada. Todavía quedan colectivos al margen de la USO esperando que el sindicato sea generoso para con ellos, representando muy dignamente a funcionarios y trabajadores en general.

25 ago 2015

Apartado 6º.- Haciendo memoria “Así empezó todo” Ellos también lo hicieron posible

Alvaro Oreña
Angel Mendez y Rufino Castañeda
 Álvaro Oreña y Juan Gutiérrez fueron los primeros que asumieron responsabilidades organizativas en la comarca, luego llegarían entre otros, los compañeros Rufino Castañeda y Juan Carlos Gutiérrez, que hicieron compatible la acción sindical y la militancia en el movimiento vecinal, gracias a ellos la USO tuvo una cierta incidencia a la hora de tratar los temas de carácter social en Torrelavega, y lo hizo asumiendo que la practica reivindicativa del sindicato no se debía quedar en la empresa, para nosotros el trabajador no solo tenía problemas en su ámbito profesional, sino en los barrios, por lo que, de forma natural, incorporábamos a nuestras reuniones dicha acción reivindicativa, evidentemente dejando a buen recaudo los espacios de representación de cada uno.  El origen de la USO en Torrelavega, se debió principalmente a los compañeros de la empresa Solvay.
Hoy ya no es igual, se siguen manteniendo en algunos militantes esa doble condición, pero por desgracia ya no penetran los problemas de carácter social ajenos a la empresa, en el sindicato, según mi opinión porque los partidos políticos en su afán de consolidar el voto, han entrado en buena parte del movimiento vecinal y con ello están limitando su reivindicación social.

Juan Carlos Gutierrez
Otro de nuestros compañeros históricos fue José Antonio Navarro, militante duro en sus planteamientos de izquierdas y muy comprometido con los trabajadores y por la democracia, Navarro referencio la posición mas critica dentro del sindicato, no había debate en el cual el compañero no apostara por la reivindicación incluso con la confrontación si fuera el caso, era de esos que no daba marcha atrás ni para coger impulso, un buen compañero, de quien aprendimos mucho los jóvenes del sindicato.

En este pequeño repaso, quizá un poco atropellado recordar al amigo y compañero Ángel Méndez, trabaje con el durante algunos años en Metemosa, luego entraría a trabajar en Solvay donde ocupo importantes responsabilidades en el Comité de Empresa y en la Sección Sindical de USO, con el compartí mucha actividad sindical sobremanera durante la negociación de los convenios colectivos del pequeño metal, donde el riesgo al despido siempre estuvo a la orden.


Pepe Via
A Fernando Izuel, le cabe el honor de haber sido el primer secretario general electo por el congreso comarcal en Torrelavega, durante algún tiempo marco la estrategia sindical en momentos difíciles y de crisis industrial, que golpeo de forma muy dura a las empresas de la comarca, con el compartían responsabilidades entre otros Cesáreo Sotorrios, José Manuel Gutiérrez, Ángel Blanco y como no, el compañero José Vía, de quien dice Álvaro Oreña que se subió al bidón en la huelga de Solvay del año 1977 y todavía no se ha bajado, ni tan siquiera el tiempo ha templado sus ganas por hacer sindicalismo.

José Vía  es un militante sindical que lo ha dado todo por la causa, personalmente he compartido muchos años de militancia común, hoy, estamos separados por causas diversas, pero esta breve historia no está escrita para empañar una amistad que duro muchos años, hemos compartido horas y horas de militancia en todos los frentes, miles de kilómetros por todas partes de España, estaciones de tren, habitaciones de hotel y alguna que otra mala pensión, en fin, hemos hecho de nuestra vida la vida de unos militantes de aquel entonces.


Angel Blanco
Pepe Vía, ocupo altas responsabilidades dentro del sindicato en todos los ámbitos, haciendo lo que mejor sabe hacer, la acción reivindicativa directa del conflicto y la negociación colectiva. Por sus manos han pasado buena parte de la conflictividad laboral en la que la USO ha participado, sobremanera en Cantabria, por eso hoy igual que ayer sus opiniones y silencios sindicales son muy respetados por los afiliados al sindicato.

Pero estamos hablando de tiempos pasados y las cosas no eran como ahora de bonitas, también tuvimos que recurrir a nuestros propios compañeros para que nos dejaran algún que otro local, para con pequeños retoques convertirlos en locales sindicales y de esto sabe mucho el compañero José María Contreras de El Astillero y Daniel Gutiérrez Fernández de Los Corrales de Buelna, ellos durante algún tiempo no escatimaron ningún esfuerzo para implantar el sindicato en sus zonas de influencia, luego vendría locales en Santoña,  donde las compañeras Áurea Rey, Dolores Quintana y Félix González militarías principalmente en el sector de las conservas, mujeres de rompe y rasga que sabían defender sus derechos en un difícil sector de trabajo como el de la conserva de pescado, caracterizado por su fuerte temporalidad.

Nuestros primeros pasos en Ramales de la Victoria, fueron dado por Manuel Varona, Marcos Abedul, Ángel López entre otros, ellos aprendieron rápidamente lo que era el sindicalismo, su empresa Trefilerías y Derivados, la más importante de la localidad, entro en esa espiral de locura y especulación de compra y venta de sociedades en cadena, y con ello generar inestabilidad interesada para justificar  y el cierre contra el que tuvieron que pelear y mucho durante años.

En estos inicios de la actividad sindical de USO, recordar también a Emilio Pérez Auzmendia, Eduardo Lezcano, Miguel Abad y Antonio Pérez, militantes en Castro Urdiales, que conjuntamente con un grupo de jóvenes de la JOC, implantaron el sindicato en la zona, como primer responsable de la zona fue elegido Secundino Carriles que  trabajaba en Femsa de Colindres, empresa que sirvió de base para implantar el sindicato, Carriles fue un militante muy activo también en su participación regional donde ocupo responsabilidades de la mano de su compañero y amigo inseparable Ramón Carrancio.

Fueron tiempos difíciles, con muy escasos recursos, que nos hicieron ideárnoslas de mil formas para implantar el sindicato en la región, y no lo hicimos tan mal, al menos es lo que a mí me parece, a todos ellos muchas gracias, por todo lo que me dieron de amistad y de conocimiento, muchas gracias de verdad, con ellos hice un camino de trabajo sindical que después de todo ha merecido la pena.

17 ago 2015

Apartado 5º.- Haciendo memoria “Así empezó todo” La parroquia de San Juan Bautista y la USO

Saturnino Barcena Gainza
Nuestra primera sede fue la Parroquia de San Juan Bautista en el Paseo General Dávila, junto al Grupo San Francisco, en ella nos dieron cobijo, su párroco Saturnino y Fernando, dos curas como la copa de un pino, que se la jugaron por nosotros y por nuestro sindicato, dos curas que hicieron posible que la USO tuviera un lugar donde impartir militancia obrera durante casi tres años, donde planificar los conflictos y huelgas, primeros de mayo, negociación colectiva, la militancia en los barrios obreros con las familias necesitadas, con los jóvenes, en fin, la actividad propia del sindicato de aquel entonces. 

 Nuestra primera sede, siempre estará vinculada al compañero Juan José González Salas, (Juanjo) una maldita enfermedad nos lo llevo con 54 años. El fue quien nos puso en contacto con la iglesia de San Juan Bautista, vivía en la Bajada de la Calzada y conocía muy bien los entresijos de la lucha obrera clandestina, el mejor que nadie, sabia de la protección que una parte de la iglesia estaba brindando al movimiento obrero de aquel entonces.  

Rebuscando papeles encontré una pequeña biografía sindical de Juanjo en la que de su puño y letra, contaba a su estilo, su militancia en el país vasco, en Éibar concretamente donde trabajo entre los años 1959 al 1962, “participe en huelgas y boicot a establecimiento públicos, contra la subida de precios, huelga de apoyo en las reivindicaciones mineras. Detenido por motivos político-sindicales. 

En diciembre de 1962 en el Ferrol, organice actos de protesta en la Tercera Brigada de Marina, contra su comandante con cierto éxito ya que lo trasladaron, y ya en Santander, en el año 1965 salí elegido vocal jurado de empresas, para posteriormente en el sindicato vertical ser nombrado Presidente Provincial de Maquinaria y Equipo Industria, y vocal permanente de U.T.T Provincial y Nacional. 

Desde estos cargos de representación, participe en la organización de la Marcha de AUTHI de los Corrales de Buelna a Santander, en diversas iniciativas de boicot a la prensa del Movimiento, y en el desarrollo de la C.O.S en Noviembre de 1976, año en que deje las Comisiones Obreras, por la intromisión de los partidos políticos en ellas, y a partir de dicho año dedicación a la USO, fui de los primeros tres afiliados fundador del sindicato en Cantabria , y ocupe cargos de mucha relevancia entre ellos la Secretaria de Formación en el año 1978 y la Secretaria General en el 2º Congreso de Cantabria”. 

Juanjo fue un militante verdaderamente admirable, era un hombre comprometido con la causa de la democracia, temperamental duro en sus análisis, seguro en sus decisiones, era de esos hombres, que dan confianza y a quienes acompañarías sin mirar atrás, con Juanjo podías discutir y mucho, pero su amistad siempre estuvo por encima de la discusión, su tiempo siempre fue el tiempo de todos. Descansa en paz Juanjo y ten por seguro que muchos de nosotros no te hemos olvidado, como tampoco lo ha hecho la memoria colectiva de la USO en ella conservas un lugar preferente.

No quiero perder la oportunidad de recordar el homenaje que por sus 50 años de sacerdocio  en enero del 2007 se le dio a Saturnino Bárcena Gainza, y en el que participamos homenaje merecido y sentido por sus vecinos, donde se rememoraron pequeñas andanzas y grandes gratitudes, muy poco cosa, para lo que él nos ofreció.

Extracto - Muchas gracias Saturnino quiero que sepas que no te olvidamos, que la historia de la USO en Cantabria se escribe a partir de tu colaboración, muchas felicidades por tu cumpleaños de sacerdote y nuestro reconocimiento a un cura obrero comprometido con los más débiles y necesitados de siempre y  para siempre ------- un cura sencillo con quien siempre se pudo hablar y estar a gusto, muchas gracias.

Gracias a ellos la USO fue posible

Luego vendría nuevas sedes de todo tipo, humildes en la mayoría de las ocasiones, en la Cuesta de la Atalaya, calle Arrabal, Pasaje de la Puntida, y la calle Cádiz, esta ultima, sede de los sindicatos independientes, integrados en  la USO.

En aquellos locales la actividad sindical prioritariamente eran reuniones y asambleas, locales donde la gestión a nivel administrativo apenas existía, lo justo para tener un listado de afiliados, de convenios colectivos, mínimo control para los abogados el equipamiento necesario para imprimir las hojas de propaganda e información. Y amplios lugares de reunión donde discutir hasta la saciedad de lo que hacíamos y como lo hacíamos, vamos, muy diferente a la actual actividad sindical donde las sedes se han convertido en oficinas de gestión meramente administrativa, necesaria en los tiempos que corremos, pero que en muchos casos han dejado al lado la reunión, la asamblea de trabajadores, el lugar de encuentro para hablar de sindicalismo.

Por esos locales pasaron muchos militantes, algunos ya jubilados, otros que por causas diversas dejaron la actividad sindical o se pasaron a otros sindicatos, compañeros que dejaron huella en la organización como los ya fallecidos Juan José González Salas, Secretario General del 2º Congreso Regional,  Laureano Giles Sarabia, dirigente del sector de la banca y profesor de auto escuela, a él se le debe la integración en la USO de un colectivo procedente del Partido Carlista, pero sobre todo la de un sindicato independiente de profesores de las autoescuelas, del que formaban parte, Jesús Sánchez, José Ramón Quintela, Ernesto Álvarez, e Ignacio García entre otros.
El compañero Giles fue un ejemplo de militancia de base, siempre estuvo en el centro de la acción directa, un todo terreno como se les llamaba antes, militante que nunca puso objeción a nada, a pesar de que algunas veces estuviera en contradicción con su pensamiento político, el objetivo final del sindicato predomino siempre en su caso.

José María Mier, y Pedro Aranaga, también fueron militantes destacados en el sector de la recaudación de tributos del estado en la región, ellos representando a la USO hicieron frente al Gobierno de Hormaechea en el año 1987 cuando se puso en marcha el concurso de la privatización de las recaudaciones, acción reivindicativa que dio su resultado positivo al conseguir que no se perdiera ni un solo puesto de trabajo    

Por aquel entonces había un cierto interés en privatizar algunos de los servicios de la administración, que como este provenía de empresas creadas por los propios recaudadores del estado, aunque su única función fuera atender precisamente esa recaudación, esta línea argumental fue la que la sección sindical de USO defendió para considerarse funcionarios y/o personal laboral dependiente del Gobierno de Cantabria.

La solución final después de movilizaciones y huelgas vino de la mano de una propuesta parlamentaria de los socialista, regionalistas, y el CDS por la que se creó la Recaudación de Tributos del propio Gobierno de Cantabria iniciativa peleada por la USO y que fue asumida posteriormente por el Partido Popular de cuyos diputados se nutría el presidente Hormaechea para tener mayoría parlamentaria.

Si tuviera que poner nombre a la militancia histórica de USO en Santander, y arriesgo de dejar compañeros sin citar, me gustaría recordar entre otros a José Manuel Bolado, asesor laboral, Domingo López, publicista del periódico Alerta, hasta que el gobierno socialista se deshizo de la prensa del movimiento que era como se llamaba a los periódicos dependientes del estado, a Marino, Miguel Calva, Ramón Pérez y Miguel Ángel Diez Jañez de la empresa Fyesa, a Ramón Mariño, de Simsa, Marisol Mata, Joaquín de la Peña, Isabel González, Vitoria Cuevas, entre otros del Hospital Marqués de Valdecilla, ellos fueron los primeros responsables del sector sanitario de la USO, a Luis Alberto Cayon de Correos, a Francisco Rivas y  José Belisario, de Pérez del Molino, Arturo Robles y Genaro Conejo de Hierros y Aceros, y fundadores del sector de comercio.

De la federación de banca a quienes traspaso responsabilidades sindicales el compañero Giles, recuerdo a Ángel Cardenal y Antonio Flores a quien – según decía - se le había quedado corto la USO, por eso se paso a la CNT – AIT, un hombre con fuerte capacidad de trabajo sindical, dentro de la Caja Cantabria, José María Contreras, Matías Hernández Rodríguez, José Antonio Bermejo Rol, buenos compañeros del sector de la construcción, Fernando Cortines funcionario público y a la vez asesor del colectivo independientes que se integro en la USO, Ángel Mazón, Rafael Santiago, Pedro Rodríguez Ferreras, este último de la empresa Femsa en Colindres, y responsable unión comarcal de la zona oriental, que por aquel entonces tenía su sede en Santoña.

Pepe Roldan del sector del transporte y referente de la organización en la negociación colectiva del transporte de viajeros, José Manuel Negueruela, del sector de la seguridad privada, también cargado de años y de trabajo sindical, al igual que Pepe Roldan referente del sector de la vigilancia y seguridad de USO, no solo en Cantabria, sino a nivel nacional.

Estoy seguro que me dejo a muchos compañeros, militantes y fundadores del sindicato que con su ejemplo callado sin escaparate alguno hicieron posible que la USO de hoy sea una realidad y referente para muchos cántabros.

El salto importante lo dimos en el verano de 1998, cuando trasladamos nuestra sede regional a una entreplanta en la calle Carlos III, habíamos pasado de estar en alquiler a tener nuestra propia sede, empezábamos a tener un patrimonio que posteriormente nos ayudaría a comprar la actual sede de la Unión Comarcal Saja Besaya.

En esto de las sedes sindicales siempre estuvimos a la cola de la devolución del patrimonio sindical, en Cantabria a los sindicatos mayoritarios enseguida se les entrego locales, sin que para nosotros hubiera ni un mal chamizo, a pesar de que presionamos mucho a las administraciones, recuerdo que una de las mas importantes fue la que hicimos al Director Provincial de Trabajo, Gonzalo Burgués que con paciencia y talante democrático soporto estoicamente la invasión de su despacho,  - la verdad, que a Gonzalo le toco vivir los momentos de mayor tensión de la transición democrática en materia laboral - al final conseguimos, que el Delegado del Gobierno Alberto Cuartas Galván, se pusiera de nuestro lado y se nos concedió el usufructo de la actual sede de la Unión Regional en la calle Burgos de Santander.

1 ago 2015

Apartado 4º.- Haciendo memoria “Así empezó todo” El sindicato en marcha

 El cuatro de Noviembre de 1976, se celebro el primer acto sindical unitario entre USO,  UGT y CCOO, fue solicitado de forma oficial ante el Gobernador Civil de Santander, Gabriel Peña Aranda, que no se caracterizaba precisamente por llevarse bien con las organizaciones democráticas y por supuesto sindicales. Era un tiempo en el que empezamos a ganar el pulso a las instancias políticas de la dictadura, aunque para ello tuviéramos que disfrazar los actos sindicales y políticos como actos culturales.
Y este no podía ser menos, recuerdo que lo celebramos en el Instituto de Bachillerato Villajunco de Santander, como ponente de la conferencia genérica sobre la “Problemática Sindical” el compañero Nacho Pérez, trabajador de Nueva Montaña Quijano militante histórico de la UGT, y muy comprometido con la clase trabajadora desde mucho antes de la entrada de la democracia.

La autorización administrativa la hicimos José Luis Cos García, Miguel Ángel García Cuetos y Antonio Saiz Pi, al amparo de una norma legal del 1976 administrada por la Presidencia del Gobierno de  Carlos Arias Navarro, que de  alguna forma regulaba el derecho de reunión, pero totalmente limitado a las decisiones personales del gobernador civil de turno, en nuestro caso bordeándola conseguimos que la reunión no fuera reventada por la policía armada que estuvo fuera del instituto durante todo el acto.

Ni que decir tiene que la conferencia del bueno de Nacho se dio, pero fue un mitin puro y duro de las organizaciones sindicales, que dejo pequeño el pabellón polideportivo del instituto, un acto que recuerdo con cierta nostalgia, los sindicatos estábamos hermanados teníamos muy claro los objetivos, y no las mezquindades de protagonismo que posteriormente presidirían las relaciones sindicales.

 
Este procedimiento también fue utilizado por USO en sus actos sindicales, el primero de ellos, en Febrero de 1977, en la Iglesia de Sierrapando de Torrelavega, a cargo compañeros del sindicato del país vasco, por cierto que uno de ellos había salido de la cárcel de Bilbao el mismo día, la propuesta cultural que utilizamos fue la presentación de un libro.

En la USO de aquel entonces y mucho me temo que también ahora éramos polémicos, discutidores hasta el infinito y, por supuesto, novatos de casi todo, producto de una época, de momentos convulsos que se iniciaron cuando todos sabíamos que los cambios a la democracia estaban a la vuelta de la esquina.

En ese contexto, surgieron muchas discusiones entre nosotros, que nos llevaron a enfrentamientos muy serios, y que estuvieron a punto de fraccionar lo que apenas tenia unos años de vida, enfrentamientos que en buena medida fueron resueltos con el nombramiento por parte de la Ejecutiva Confederal de una Comisión Gestora el 24 de Enero de 1978.

Ese fue el primer órgano de dirección del sindicato, muy lejos de la celebración de un congreso que se tuvo que demorar durante algún tiempo, a la espera de poder normalizar mínimamente la vida interna del sindicato. Los compañeros que formaron aquella gestora de integración entre comillas de las diversas sensibilidades fueron, Venancio Gancedo, Juan José González Salas, Manuel González, Felipe Polidura, José Luis Santamaría, Marisol Mata, Antonio Flores, Paco Aedo, Francisco Palazuelos, Alberto Cayon, Belisario Gutiérrez, y Cesar Martínez García, ellos asumieron la responsabilidad de llevarnos hasta la celebración del Iº Congreso Regional, que se celebraría a finales de ese mismo año, siendo elegido José Luis Santamaría como Secretario General quien asumió la responsabilidad con muchas dificultades organizativas que pronto llevarían a un reguero de dimisiones, la mayoría por problemas de relaciones personales, difíciles de resolver.

El II Congreso, lo celebramos seis años mas tarde en 1984, resulto elegido Secretario General, Juan José González Salas. Su mandato se caracterizo también por fuertes tensiones, pero ya no tanto por enfrentamientos personales, sino por la incorporación de nuevos colectivos independientes que provocaron tensiones entre militantes que al final pudimos reconducir, aportando al sindicato nuevos afiliados y mas representación en las empresas, a la vez de nuevos dirigentes a la vida orgánica aportando más pluralidad sindical a la USO que por aquel entonces, tenia excesivos corsés ideológicos que provocaban algún que otro rechazo a estos colectivos.

El tiempo es el mejor juez para valorar las acciones de todo tipo y las sindicales también, y ese tiempo nos llevo a concluir que la apertura del sindicato a estos colectivos fue una magnífica propuesta, de la que nos ayudamos todos y con la que pudimos soldar una alternativa sindical independiente con historia y fuerte componente ideológico que hoy vértebra en exclusiva nuestra organización.

Con el III Congreso Regional, celebrado en 1991, se inicio una nueva etapa mucho más tranquila, fui elegido Secretario General, y se dieron algunas condiciones favorables que propiciaron un crecimiento de afiliados significativo. A mi modo de entender se debió principalmente al desarrollo de una acción sindical de mucho impulso, en muchas ocasiones de confrontación con los otros sindicatos que por aquel entonces – vamos igual que ahora – hacían del pacto social con la patronal y el gobierno su única estrategia. Fueron años de consolidación organizativa, que en buena medida marcaron los congresos siguientes, de los años 1996 y 2001 donde también fui elegido Secretario General.

 

Y llego el 20 de Marzo del 2006 y lo que había sido un periodo sindical importante y con aciertos en el trabajo del sindicato se convirtió en algo oscuro y en confrontación, cuatro miembros de la ejecutiva regional perfectamente agrupados y dirigidos por el Secretario Confederal de Organización Ladislao Pérez Iglesias, aprovechándose de una falsa mayoría decidieron “renunciar a desarrollar sus funciones y a dirigir el sindicato y pidieron a la Comisión Ejecutiva Confederal que asumiera la dirección de la Unión Regional hasta la celebración del 6º Congreso”, los Estatutos Confedérales recogían la posibilidad de crear Comisiones Gestoras en los lugares en conflicto y una vez terminado el mandato del quinto congreso – Julio del 2005 - así se hizo en la Unión Regional de Cantabria.

Se constituyo una Comisión Gestora ( que no recogió las diversas sensibilidades del sindicato ) y con el apoyo de la Confederación comenzó la preparación del nuevo congreso que se demoraría  veintisiete meses, y que tuvo de todo incluso la modificación del sistema de nombramiento de la Comisión Ejecutiva Regional.

 Hasta la fecha en todo España el único sistema de elección, era el de candidatura abierta y elección directa al candidato - principio consolidado en todos los estatutos regionales y confedérales - pues bien ante el miedo a que hubiera más de la candidatura oficial y con el permiso del Secretario Confederal del sindicato una enmienda presentada con nocturnidad en el mismo congreso bloqueo la presentación de nuevos candidatos forzando el voto para la única candidatura completa presentada, y lo que debió ser una fiesta democrática fue una victoria pírrica que dejo tocada la organización y que a la postre provocaría problemas mayores. 

Los prolegómenos a tanto desatino se iniciaron unos meses antes de finalizar mi último mandato. En la cafetería Chiqui del Sardinero, celebre una reunión instancia de José Vía Iglesias Secretario Confederal de Acción Sindical, (quien dijo hablar en nombre de la Ejecutiva Confederal) en la que acordamos abrir el debate para nominar a un nuevo Secretario General en Cantabria barajando tres compañeros (Agustín Gracia Benito, José Mª Mateos López y Mercedes Zubimendi) como posibles que a su vez habían sido nominados por la propia Comisión Ejecutiva Confederal. Por mi parte quedo perfectamente aceptado dicho planteamiento para su traslado a la ejecutiva, y con ello dar los pasos pertinentes. 

Pues bien, por lo sucedido posteriormente, no basto esa conversación primando sobre ella, interés particulares que condicionaron lo que debió ser una renovación limpia y transparente, intereses que provocaron mi aislamiento ante las decisiones que se fueron tomando, la de un dirigente fundador del sindicato en la región y con mas de cuarenta años de militancia - de ello hablare en los apartados de este relato HACIENDO MEMORIA - la sinrazón llego incluso a prohibirme dar mi último informe de gestión, el miedo a que mi intervención pusiera en peligro la elección de la ejecutiva regional prefabricada por Ladislao Pérez en nombre de la confederación, provoco que solo pudiera dirigirme al plenario en calidad de asistente al congreso y no como secretario general saliente. 

Y no se pudo contar y por supuesto valorar, lo que fue la gestión sindical llevada a cabo después de que José Vía Iglesias abandonara la ejecutiva regional para irse hacer “fortuna” a la ejecutiva confederal, la gestión de un sindicato que estuvo presente en el Consejo Económico y Social de Cantabria participando en la elaboración de importantes dictámenes y leyes a través de la Comisión de Calidad de Vida y Desarrollo Territorial, tampoco pudimos hablar de la afiliación que había incremento en un 34 % durante aquellos cuatro años, o del resultado electoral que nos dejo a 42 delegados del objetivo de 400 que nos habíamos marcado, en definitiva, se le privo al congreso de un debate profundo sobre la realidad de la gestión del 5º congreso, sustituido por una intervención deslavada de Miguel Ángel González Colsa que tomo la palabra, mas como candidato oficial que como representante de la ejecutiva saliente. 

Durante ese periodo se llevaron a cabo importantes actividades en materia de inmigración, conseguimos agrupar entorno al sindicato, unas diez asociaciones de diversos países latinoamericanos, a través de un programa de acción que vertebraba el Festival por La Integración durante tres años, paso desapercibida la gestión del compañero José María Mateos López responsable de Sotermun y Presidente de las ONGs de Cantabria, con una magnifica gestión de proyectos solidarios destinados principalmente a países latinoamericanos.  

El compañero Chema Mateos llego a gestionar alrededor de 100.000 euros durante el mandato del quinto congreso, que fueron destinados entre otros proyectos a la construcción de una carretera en la Aldea Pelón de Honduras, a la edificación de dos aulas de formación profesional, y a la fabricación de mermeladas conservas y mieles de frutas para familias de escasos recursos en Chile, a diversos proyectos como un taller para adolescentes dedicado a la artesanía de cuero, un taller de costura para madres y adolescentes victima de la violencia en Argentina  y la presencia de tres cooperantes que a instancia de Sotermun se desplazaron durante al algún tiempo a la Sociedad Protectora de la Infancia en Chile, para trabajar con los niños y dejar constancia de la solidaridad de la USO, con los países más necesitados. 

 
El trabajo en la prevención de riesgos laborales, fue prioritario para la concienciación de los representantes sindicales de las empresas, para que entendieran que las acciones reivindicativas en salud laboral eran estratégicas para el sindicato e imprescindible para los trabajadores, desarrollamos un buen programa de formación y campañas de concienciación entre otras sobre tabaquismo, alcohol, ruido, jornada de trabajo, riesgos en las oficinas, en el comercio, y drogadicción en el ámbito laboral, a través del cual se formaron algunos compañeros como, mediadores. 

Por no debatir, ni tan siquiera lo hicimos para hablar de la huelga general del 2002 que la USO convoco al margen de los otros sindicatos. Una huelga general contra el gobierno del Partido Popular por su empeño en implantar una política económica, social y laboral que entre otros efectos, congelo el salario del personal funcionario, que implanto - con el concurso de CCOO - un contrato de carácter indefinido con indemnización reducida, incremento el periodo de carencia para el cálculo de las pensiones, elimino el PER para los trabajadores del campo y todo ello a cambio de nada. 

Se paso de puntillas a la hora de analizar la conflictividad en la que participo el sindicato principalmente en Trefilerías Quijano, Sniace, Candemat, Ferroatlantica, Servicio Municipal de Transportes Urbanos, Aspla, Simsa, empresas que habían estado en el candelero sindical por motivos diversos, y donde la USO había tenido un protagonismo importante. 

Nada sobre la Escuela de Formación Integral para el Empleo, a pesar de que nuestra gestión formativa estaba generando importantes niveles de inserción profesional a través de los cursos de fontanería, gas y carnets profesionales, habíamos realizado durante el periodo 2001 al 2005, veintitrés cursos por los que pasaron 320 alumnos, de los cuales 309 el 96% fueron calificados de Aptos, con un nivel de inserción laboral de 210 alumnos el 68%. 

Nada sobre la integración de importantes colectivos independientes, sobre la gestión en materia de relaciones institucionales, sobre el 1º Curso Integral de Formación de Cuadros al que asistieron 33 compañeros, nada de nada, estábamos más preocupados por si al final había más de una candidatura y como evitarla, que para rendir cuentas de la gestión. 

Una breve intervención a modo de reflexión fue todo lo que pude hablar en el congreso regional, por la auto limitación que me impuse para no causar dificultades a la organización y mucho menos después de haber expresado públicamente mi posición favorable abandonar la secretaria general, auto limitación que algunos compañeros todavía hoy no han comprendido, ellos hubieran querido que mantuviera posiciones más críticas.

 

10 jul 2015

Apartado 3º.- Haciendo memoria “Así empezó todo” Y de pronto Unión Sindical Obrera

Mi profesor de Psicología Social del Trabajo, en la Escuela de Graduado Social, Mario Gutiérrez Barbero me invito la Semana Santa del año 1973 a un viaje a Madrid a conocer a una gente que a la postre serian militantes de la Federación de Partidos Socialistas y de USO
Recuerdo que durante el camino hicimos una parada para recoger a Ramón Carrancio, quien durante algunos años, compartiría militancia sindical en la USO, para posteriormente tomar el camino del movimiento vecinal y político.
Sin saber muy bien lo que iba a pasar al menos yo, en un viaje totalmente novedoso para un joven de 20 años que hasta la fecha su mundo sindical se movía entorno a un grupo de curas obreros, y la asistencia a reuniones que se convocaban  en la HOAC y JOC, entre otras, acabamos en un bar en los alrededores de la Estación de Atocha, un bar que no tenía ninguna característica que hoy pueda destacar, donde unos paisanos jugaban a las cartas y bebían unos chiquitos de vino, totalmente ajenos a la causa por la que nosotros estábamos allí, al menos eso es lo que a mi me pareció.

Recuerdo que estuvimos esperando pacientemente durante algún tiempo, hasta que un buen señor se acerco a nosotros nos pregunto si éramos los de Santander y nos hizo pasar a una trastienda que tenia el bar detrás de una puerta perfectamente camuflada con una barrica, allí estaban mas compañeros de otras provincias, y dirigentes políticos de la Federación de Partidos Socialista, y de USO, se trataba de una reunión de captación, donde te ponían al día y te lanzaban a la militancia, me imagino que después de cierto conocimiento de las personas que allí estábamos, desconozco quien hablo por nosotros, aunque me imagino que lo hizo bien por lo bien que fuimos recibidos.

De la reunión entre el miedo que tenia y lo mucho que hablaban aquellas personas no recuerdo gran cosa, lo único que recuerdo claramente es que después de aquella larga tarde/noche, las últimas palabras fueron para decirnos que en los próximos días recibiríamos una llamada telefónica de unos compañeros de Bilbao, ellos nos indicarían lo que teníamos que hacer. Y así sin mas después de bastantes horas nos fuimos a dormir a la ciudad universitaria al Colegio Mayor Juan XXIII, alguien había reservado para nosotros la cama, un colegio mayor al que volvería al cabo de los años cuando celebramos nuestro Iº Congreso Confederal en el año 1977.

Y como estaba previsto sin apenas pasar un mes nos llamo Bonifacio Rojo, Secretario General de USO en el País Vasco, con quien contactamos en el atraque de las lanchas de los diez hermanos en el paseo marítimo, después de un breve saludo nos entrego una caja de cartón cargada con folletos de propaganda de la USO, y adiós parís que se quedo sin gente, vuelta al nerviosismo y a la gran pregunta “ahora que hacemos con esto”.

Recuerdo que Mario Gutiérrez Barbero tenia un pequeño local en general dávila, y allí fue donde  llevamos la propaganda haciendo durante algún tiempo de aquel local nuestro cuartel general. Allí celebramos las primeras reuniones clandestinas en las que nosotros también hacíamos lo que aprendimos en aquel bar de Atocha, charlas de concienciación y de militancia ahora ya, a favor de la USO, del que no conocíamos apenas nada, solo lo que pudimos leer en la propaganda que nos dejo el bueno de Boni a través de un pequeño folleto “Así es la USO”.

Y ese fue el comienzo de una militancia cargada de ilusiones y de miedos, de actos clandestinos, de reuniones que no tenían fin, una militancia con un discurso político y a la vez sindical, donde la palabra democracia y libertad ocupaba muy buena parte de nuestro trabajo, convencidos de que en las fabricas y en los barrios nos esperaban. Así fue como empezamos a contactar con otros compañeros, en reuniones no exentas de cierta tensión, a las que asistían trabajadores con los que previamente habíamos mantenido contactos privados, compañeros invitados a reunirse en lugares seguros para  hablar de lo que   “pasaba” intercambiar estrategias, cruzar algún que otro nombre, reuniones para entregar un puñado de hojas y  repartirlas al día siguiente en el tajo, para hablar de los compañeros que habían perdido el trabajo y de sus familias, o de los que estaban represaliados por los tribunales de justicia, y de tantas y tantas cosas que encerraba la militancia obrera de aquel entonces.

Como sedes improvisadas los salones parroquiales de las iglesias del Barrio Pesquero, Peña Castillo, Sierrapando entre otras, donde nos sentíamos seguros frente a la policía, donde estaban los sacerdotes comprometidos con los trabajadores, que daban la cara por nosotros, “curas obreros” como se les llamaban por aquel entonces, ellos eran los primeros en ponerse a la puerta de la iglesia a nada que se acercara la policía, parroquias que nos dieron cobijo, donde discutir y planificar las estrategias, sindicales.

Durante algunos años Mario Gutiérrez Barbero estuvo militando en la USO, aunque no era precisamente lo que más le motivaba, Mario era un intelectual, un hombre de izquierdas, en cierta medida un radical, en la defensa de los valores sociales, tenia perfectamente marcadas las pautas de actuación en todo aquello que se embarcaba, sobremanera en el movimiento ciudadano que por aquel entonces estaba en ciernes en nuestra región, fundó la Asociación de Vecinos La Encina, una de las primeras asociaciones, conjuntamente con Isabel Tejerina y Santos Saldaña.

Fue parte sustancial de la vanguardia de la política regional que se abría camino entre los nuevos partidos políticos, en ellos participaba el abogado Mario García Oliva – que durante algún tiempo ayudo a la USO - Martínez de la Pedraja, líder del movimiento ganadero, Daniel Callejones Prieto de la Democracia Cristina liderada por Joaquín Ruiz Jiménez, por eso no me extraña que los contactos políticos de Mario nos llevarían aquella semana santa a Madrid, para el compañero Mario ese viaje formaba parte de una estrategia política, en torno al nuevo socialismo regional, aunque al final lo que nos trajimos fue la USO, el  socialismo ya tenía referente en Jaime Blanco García.

Y así con cierto nivel de improvisación, fue como la USO se puso en marcha en Cantabria, un viaje a Madrid, treinta kilos de propaganda, un megáfono y la ilusión por defender la causa de los trabajadores y la democracia, fueron los utensilios con los que construyo el sindicato. La USO por aquel entonces a nivel nacional y en otras regiones españolas era muy conocida, pero en Cantabria todavía no había tenido la posibilidad de entrar, y fuimos precisamente nosotros los que pusimos la bandera.

29 jun 2015

Apartado 2º.- Haciendo memoria “Así empezó todo”, Democracia, libertad deseada

El camino que abrió la democracia en el movimiento sindical no estuvo exento de dificultades, los debates, que muchas veces parecían surgir de la nada, fueron el territorio para el aprendizaje de una cultura política y asociativa que hasta entonces no había tenido espacio alguno, debates interminables e inútiles en demasiadas ocasiones, centrados en los procedimientos – qué hacer y cómo – que nos hacían perder la perspectiva de lo importante e inmediato
En esta tarea fue importantísimo saber que estábamos acompañados por personas de contrastada valía y que lo habían dado todo por esa libertad que empezábamos a disfrutar. Ellos, nos mostraron el camino limpio de la democracia y la participación, a quienes no teníamos en aquel instante más bagaje que nuestra ilusión por acompañarles.

Lideres reconocidos por sus vecinos, que habían estado en la pelea diaria, y que no estaban en el escaparate político regional, trabajadores que habían sabido enfrentarse a situaciones extremas siendo conscientes de lo que les podía pasar, líderes que impartían formación política, desde el ejemplo personal, los que con motivo de la huelga se ponían al frente, los que contaban que no había que vivir de rodillas, e hicieron de la militancia social su compromiso en muchos casos cristiano.  

Hacer una relación sería bastante injusta para muchas personas que desde el movimiento obrero potenciaron importantes movilizaciones y huelgas, en Maliaño, Torrelavega, Reinosa, Los Corrales de Buelna, Santander, en todas ellas hubo compañeros que en muchos casos sacrificaron su empleo y con ello el bienestar de su familia, que fueron detenidos, maltratados y juzgados por el Tribunal de Orden Publico, a ellos me estoy refiriendo, entregados y ejemplo para quienes tuvimos el gusto de sucederles.


Mi camino, estoy convencido ya estaba marcado hacia el sindicalismo, de una familia de izquierdas capitaneada por mi padre Rufino, no se podía esperar otra cosa.

Quizá de toda la familia yo fui el mas “rebelde” por llamarlo de alguna forma, al que le dio por la militancia social más activa. Mis convenciones cristianas, el conocimiento con detalle de la realidad social, la apertura asociativa que a todos los niveles se abría en España, la estrenada cultura política agrupada en los partidos y en el voto libre y secreto, pero sobretodo, el nuevo espacio sindical, vertebrado por las organizaciones sindicales clandestinas sin duda, ayudaron a ello.

Todo esto no podía sino llevarme al sindicalismo, a ser un sindicalista vocacional, no  un sindicalista de nuevo cuño, de estos que hacen de su actividad una profesión exclusivamente sin el menor escrúpulo de pactar, y en muchos casos vender de forma exagerada derechos de los trabajadores a cambio de nada.

Permitirme este momento que reivindique al sindicalista, y hacerlo ahora que esta bajo mínimos su crédito social, ser sindicalista nunca fue fácil y mucho menos por el tiempo al que me estoy refiriendo, éramos militantes al servicio de una causa y a ella entregábamos todo incluso en bienestar de nuestras familias, por eso me da mucha rabia cuando se generaliza en todos los sindicatos y sindicalistas los malos ejemplos, de los malos sindicalistas por llamarlos de alguna forma.

Es imposible ser sindicalista hoy, igual que ayer, si no tienes un componente de moralidad y de capacidad de servicio  a favor de los trabajadores perfectamente contrastado y reconocido por ellos, de poco sirve ser muy eficaz en la gestión, sino lo acompañas de compromiso social, pero de compromiso social para con el mas débil, para con el que mas te necesita.

Hoy la inmensa mayoría de los sindicalistas no ven más allá del convenio colectivo de su empresa, la solidaridad, la concepción de clase trabajadora, la defensa de los derechos sociales frente a las agresiones y no solo del empresariado, sino también de las administraciones, la lucha por la manipulación de la libertad, evitando el confinamiento de la democracia al ejercicio del voto periódico, entre otras muchas cosas, les suena muy lejano.

Por eso me permito reivindicar al sindicalista, y hacerlo sin añoranza alguna, soy consciente que encontrar a un sindicalista de verdad, no es tarea fácil, a los sindicatos les cuesta mucho encontrar compañeros que les apasione la militancia, pero cuando encuentras algún joven que apuesta por ello, lo primero expresarle estos valores, y segundo convencerle que gracias a ellos se puede convertir en “líder” de quien poderse fiar.


Y todo esto ocurría a mediados de los años setenta, en los que Cantabria, sentía la crisis industrial que de forma generalizada afectaba a España, la dependencia directa de nuestra economía de las fluctuaciones nacionales, golpeaba de forma directa en nuestra región. Más de cuatrocientas empresas se veían afectadas por cierres o procesos de reconversión industrial que al final provocaron la pérdida de más de catorce mil puestos de trabajo.

Por aquel entonces la palabra mágica para los sindicatos en todas sus movilizaciones era ZUR, Zona de Urgente Reindustrialización, con ellas, el gobierno central intentaba recuperar el sector industrial destruido, con importantes inversiones. Cantabria, no tuvo la suerte de ser considerada una de ellas, y ello a pesar de las fuertes movilizaciones que se llevaron a cabo por los sindicatos, unos más que otros, porque hay que recordar, entonces gobernaban los socialistas, y la UGT tenía algunas contradicciones entre apoyar la movilización o callar para no agredir a su gobierno hermano.

Empresas como Nueva Montaña Quijano, Femsa, Astilleros de Santander, Corcho, Standard Eléctrica, entre otras fueron testigos de esta situación, sobre ellas se cebo la crisis, perdiendo muchos puestos de trabajo y recortando salarios entre otros derechos laborales.

Que Cantabria era merecedora de una ZUR no cabe ninguna duda, basta comparar la situación de la industria actual y establecer cierta comparación – salvando las distancias - con la que tenia nuestra región, entre los años 1975 y 1985, para comprobar la pérdida de un sector industrial que siempre la caracterizo.

En estas movilizaciones participaba la recién estrenada USO, principalmente compañeros de Torrelavega, que veían en sus empresas con mayor crudeza la reconversión industrial, de Sniace, Firestone, Solvay, Talleres Obregón, Montajes Basauri, Landaluce, entre otras, que recortaron plantilla o se cerraron, mientras que el gobierno central lo mas que otorgo a Cantabria fue una pobre Zona de Preferente Localización Industrial para el sector agroalimentario, y alguna que otra ayuda económica que de forma generalizada se otorgaban en España, a sectores como el siderúrgico, la gama blanca, la construcción naval, ayudas que en la mayoría de los casos sirvieron para pagar despidos no para crear puestos de trabajo alternativos. Eran años de confrontación con el gobierno central que en el caso de la comarca del Besaya, se cebo también cerrado las clínicas privadas de El Carmen, Cruz Roja y la Clínica Alba.

22 jun 2015

Apartado 1º.- Haciendo memoria “Así empezó todo”. De la escuela al trabajo


Ese era el tránsito de los jóvenes, que como yo, con catorce años, terminábamos los estudios primarios, en los años sesenta, jóvenes, que alcanzaban la mayoría de edad para el trabajo, pero que no dejaban de ser niños para muchas otras cosas, jóvenes que aprendíamos en la calle, en los barrios, acompañados de otros niños, sin apenas referentes sociales donde mirar, con una formación escasa y sujeta a los avatares de un contexto socio económico de mucha necesidad y falto de casi todo.

Esa era la sociedad de aquel entonces, donde unos pocos lo tenían todo, donde la universidad era una realidad totalmente ajena para los hijos de los trabajadores, una sociedad que desde la misma escuela  ya te educaba para que asumieras la diferencia de clases como algo natural, donde unos pocos estaban tocados para la gloria y otros muchos para la incertidumbre del futuro, donde planificar aunque fuera mínimo ese futuro no dejaba de ser una utopía, en fin, una sociedad marcada por el color gris.

 Era el final de un tiempo, donde la escuela te facilitaba a media mañana un vaso de leche en polvo y por la tarde una trozo de queso para la merienda - me imagino que con ello, la administración pensaría, que ayudaba a paliar en algo la mal nutrición de los niños - un tiempo donde para ver la televisión tenias que ir a la tasca del barrio, donde las madres hacían milagros para llenar el puchero, un tiempo que no podía durar más, por mucho que se empeñaran los amigos de la dictadura.

En ese contexto recuerdo mi transito de la escuela al trabajo, un tránsito en positivo, sin trauma alguno, había terminado los estudios primarios en las “Escuelas Verdes” de José María Pereda, y tocaba firmar mi primer contrato laboral. Fue en Metemosa, un pequeño taller de electricidad y radio en la calle  Martillo - donde ahora está la Sala de Exposiciones de la Fundación Botín – donde me estrene como aprendiz de un oficio que me ocupo unos quince años.

Este trabajo me lo facilito el sacerdote Don Antonio Aldasoro, siempre dispuesto a echar una mano, el, mejor que nadie, sabia de las muchas necesidades de las familias del barrio. Recuerdo que  me dio una nota a modo de recomendación para que me presentara ante el dueño de la empresa, sin duda, cuando me contrató ni se imaginaba  los quebraderos de cabeza que le iba a dar por causas sindicales, al final acabo despidiéndome en el año 1976, para entonces yo ya estaba en la USO,  plenamente vinculado al movimiento obrero.

Recuerdo que cuando me despidieron del trabajo la primera vez, el juez pregunto después de una larga intervención del abogado de la empresa “lo que yo había hecho”, no entendía como me podían despedir sin razones que lo justificaran, tampoco eran necesarias, como ahora, bastaba poner un puñado de pesetas en la indemnización y a la calle. Al cabo de algún tiempo me entere que me había seguido la policía, en un viaje sindical a  Asturias, y que dicho viaje, había motivado el despido.

Eran tiempos donde la policía jugaba un papel importante, llegando incluso a las empresas a preguntar a los compañeros de trabajo, sobre los comportamientos sindicales “subversivos dirían ellos” con el claro interés de imputarles delitos y así someterles a procesos judiciales varios.

Yo tampoco me libre de esas preguntas como me dijo la madre de mi amigo y militante de USO durante muchos años Paco Aedo, a ella, la pidieron una declaración expresa contra mi, declaración a la que se negó de forma rotunda, afirmando que yo era un joven de muy buena conducta y amigo de su hijo  compañero de trabajo.

Daba igual los años que tuvieras, que tu implicación en la política social estuviera empezando, como era mi caso, se trataba de cortar de raíz cualquier movimiento que pudiera darse, aunque fuera en un ámbito tan limitado como una empresa, y si para ello, se tenía que mandar al paro algún trabajador, la propia empresa se ponía a la orden de la policía.

En el verano de 1975 me case con Merche, a la que conocí en el Club Juvenil Dosa; muy pronto nacieron mis hijas Vanessa y Marta de las que se ocupo principalmente ella, yo por aquel entonces no tenía tiempo ni para las hijas y mucho menos para ayudar en casa, tiempo que hoy por mucho que me empeñe no puedo recuperar, ni en cantidad ni en calidad, porque la infancia y los momentos del colegio perdidos ya no se pueden a repetir, seguro que ellas ya me lo han perdonado.

Merche siempre compartió conmigo mis actividades sindicales, lo hizo con cierta distancia en el día a día,  pero con preocupación y opinión sobre las cosas que yo la contaba, opiniones que no siempre escuche con atención y que me llevaron a bastantes sinsabores sobretodo en la relación con las personas, hoy muchos años después todavía comentamos lo que pudo haber sido y no fue si la hubiera escuchado un poco más. Esa distancia por la acción sindical directa, no la impidió estar en el 1º Congreso Confederal de la USO en el año 1977.


Fueron unos años que recuerdo con cariño, era mí puesta de largo como trabajador, al mismo tiempo que libraba, mi particular pelea por la democracia y los derechos sociales.

En este camino me ayudo mucho mi pertenecía al Movimiento Adsis, un movimiento cristiano de jóvenes trabajadores y universitarios animados por el sacerdote salesiano José Luis Pérez Álvarez, donde fui descubriendo la importancia de “estar presente” entre los jóvenes de aquel entonces.

Adsis me proporcionó una fuerte base de compromiso social, un buen bagaje ideológico para afrontar las múltiples situaciones por las que he pasado en estos años de sindicalista, sin estos valores, probablemente, no hubiera podido aguantar durante tanto tiempo.

Recuerdo muy bien cuáles eran las ideas fuerza que motivaban nuestra actuación como cristianos ante el movimiento juvenil de aquel entonces. El Credo de Adsis, fruto de una reflexión profunda de sus primeros militantes en el año 1973, declaraba con firmeza que ante la injusticia en que viven sumidos tantos hombres, sobre todo jóvenes y pobres; ante el egoísmo de unos y la desesperanza de otros; mientras haya opresores y oprimidos”….se exige un serio y profundo análisis de la realidad e implica un compromiso radical cristiano de transformación de la misma”…” hacia un mundo nuevo por construir y liberar”.

Estas ideas, que hoy puede sonar un poco antiguas, eran motivadoras de la militancia cristiana, que en mi caso se realizaba en el entorno de los jóvenes trabajadores que acudían habitualmente a los clubes juveniles que proliferaban por las diversas parroquias de Cantabria, o que potenciaban los curas obreros, que asumían desde el trabajo manual  en las fabricas su apostolado cristiano.

Adsis fue un lugar de aprendizaje y de encuentro militante, allí tuve la oportunidad de conocer compañeros que luego ocuparían responsabilidades  sindicales en Cantabria, recuerdo a Félix Martínez, Ignacio Pérez, ellos entre otros, me ayudaron a estudiar Graduado Social  y canalizar así mis esfuerzos y preocupaciones sociales en relación al mundo sindical. Realicé la carrera, no sin grandes sacrificios, ya que cursé los estudios en el nocturno mientras trabajaba; pero mereció la pena. Estudiar Graduado Social fue una buena decisión, que se la debo a mi mujer y en buena medida a Florencio Echezarreta, ellos siempre estuvieron cerca de mis estudios, empujando en los momentos difíciles y de desanimo, estudios que sin duda me capacitaron profesionalmente para desarrollar mi trabajo de permanente sindical en la USO y, como Secretario General de la Organización durante algunos años.

Y así, poco a poco me fui acercando a otros compañeros militantes de sindicatos, del movimiento vecinal, de partidos políticos, participando en las manifestaciones sociales, asistiendo a múltiples reuniones, descubriendo amigos como  Isidro Hoyos, Cesar Campa, López Coterillo, Antonio Hontañon, Saturnino Barcena, Aniano Jiménez, Paco Torres, Daniel Gallejones, Mario García Oliva, José Luis Cos, y tantos otros que fueron ejemplo por su compromiso en la lucha por la libertad.

Buena parte de aquella militancia eran o estaban muy cerca de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) o en la Juventud Obrera Cristiana (JOC), organizaciones que vertebraban no solo las acciones sindicales y en muchos casos políticas de la ciudadanía de Cantabria, sino que nos daban cierta cobertura y estabilidad a la hora de poder celebrar las reuniones.

Sus locales en la calle rualasal de Santander, fueron testigos de muchas de estas reuniones, de muchas charlas y debates políticos siempre abiertos a todos, su propia organización ayudo mucho a los compañeros que eran represaliados por la dictadura, sus militantes ejemplo y referentes sociales, en los que nos mirábamos los jóvenes de aquel entonces.

También la USO se nutrió de esa militancia y utilizo sus medios para explicar nuestro proyecto sindical, especialmente en Castro Urdiales, donde nuestra primera sede fue precisamente la sede de la JOC, y muchos de sus militantes, sindicalistas de la USO.


Otra iniciativa de denuncia social y de formación a la juventud en la que participe muy activamente, fue la Revista hablada “La Rueda”, iniciativa que alcanzo un enorme prestigio en Santander y que sirvió de referente para la exposición de las ideas en libertad.

La policía un sábado si y otro también, acudía clandestinamente a nuestros actos para conocer lo que decíamos y quien lo decía, cuando no para prohibir su celebración.

Desde La Rueda se hablaba de todo, tan pronto eran los sindicalistas quienes se subían al escenario para exponer las ideas y anunciar la movilización puntual, como era el teatro o los cantautores que con sus canciones de denuncia nos ayudaban a sentirnos más cerca de la libertad. Las conferencias siempre se acompañaban de un debate abierto a la participación de todos, conferencias impartidas por prestigiosos profesores e intelectuales de Cantabria, y de fuera de nuestra región que comprometidos con la libertad acudían los sábados aun a riesgo de quedar marcados por la policía.

La Rueda ayudo mucho, sobremanera a los jóvenes que empezábamos, se celebraba en el salón de actos de rualasal cinco, era un salón amplio con un escenario por el que pasaron muchas personas, sin censura previa alguna, solo bastaba tener algo que decir, para dirigirte a los jóvenes allí presentes, pero claro cuando  fue adquiriendo reconocimiento social y con ello incidencia de masas, la autoridad competente se empezó a poner nerviosa, y lo que antes era una visita clandestina, para conocer lo que allí hacíamos, se convirtió en visitas fiscalizadoras de los textos y de las personas que allí participaban e incluso en varias ocasiones a través del método de la patada en la puerta prohibir su celebración y detener a los responsables y participantes según el caso, en fin como en tantas otras ocasiones al final se prohibió la revista, cerrando  un espacio de libertad que yo recuerdo con mucho cariño. 

Y así poco a poco entre iniciativas como las que acabo de narrar fui comprometiéndome con la militancia social, fui asumiendo mayores niveles de responsabilidad conjuntamente con otros jóvenes sindicalistas, con estudiantes universitarios, con militantes de la causa en los barrios, en definitiva con otros jóvenes cargados de ilusión, a los que nos unía el convencimiento de que se abría, definitivamente, un tiempo nuevo.