Mal que les pese a algunos alcaldes y a otros dirigentes del PRC, Paula Fernández Viaña ganó las primarias con el 65,3 % de los votos, convirtiéndose en la candidata oficial del partido para las elecciones regionales de 2027 y llamada a suceder al líder histórico, Miguel Ángel Revilla. Si el PRC no quiere recorrer la misma senda que el Partido Popular —sustituyendo a Casado por Feijóo de forma abrupta y poco edificante— el partido, todo el regionalismo cántabro, debería cerrar filas en torno a su candidata.
El pasado
mes de octubre, el Comité Ejecutivo aprobó cinco condiciones en relación con
unos presupuestos “viables y sin coste económico” que el Gobierno del PP debía
aceptar como punto de partida para negociar el Presupuesto de 2026. Sin
embargo, la estrategia de María José Sáenz de Buruaga parecía perfectamente
definida: plantear un pulso político —quién sabe si con la complicidad de
algunos alcaldes regionalistas— para forzar el repliegue de la candidata
oficial del PRC.
De poco
sirvieron las escasas reuniones mantenidas. El PP tenía claro su relato,
dirigido especialmente a los alcaldes regionalistas: que el PRC “nunca tuvo
voluntad de apoyar el presupuesto” y que todo había sido “puro teatro”. Una
posición que evidenció un desencuentro político deliberado.
Como era
previsible, la respuesta no se ha hecho esperar. Un reducido grupo de alcaldes
regionalistas, encabezados por el histórico Francisco Asón, ya amenaza con
abandonar el partido si Paula no “dobla la cerviz”, modifica la estrategia
aprobada por la Ejecutiva Regional y firma el presupuesto autonómico, incluso
incumpliendo los acuerdos adoptados por el propio partido apenas un mes antes.
Parece no
importar que Paula haya defendido recientemente en el Congreso Nacional a las
enfermeras y fisioterapeutas, que haya criticado al Gobierno central y
autonómico por el retraso de los nuevos trenes de cercanías, o que se haya
posicionado con claridad en defensa de las prioridades regionales - sanidad,
servicios públicos e inversiones - frente a otros partidos centrados
exclusivamente en agendas nacionales.
Por lo
visto, ahora lo que toca es “apañar” un año más el presupuesto regional, aunque
ello suponga la humillación de la estrategia del partido, que durante meses ha
ejercido una oposición responsable al Gobierno de Buruaga, planteando
alternativas a corto y medio plazo con la vista puesta en las próximas
elecciones.
Soy de los
que piensan que el relevo de Revilla por Paula proyectará una combinación de
continuidad y renovación que puede consolidar, e incluso ampliar, la base
electoral del PRC en Cantabria. Paula tiene la capacidad de conectar con un
electorado más joven y, desde una posición de centro y regionalista, atraer a
votantes desencantados tanto del PP como del PSOE, partidos que hoy solo
parecen ofrecer confrontación permanente y barro político.


















